En la noche del 21 de febrero de 1934 cayó acribillado Augusto César Sandino, por orden del Embajador de los Estados Unidos en Nicaragua Arthur Bliss Lane.
Para tenderle la celada a Sandino se prestó Anastasio Somoza García, iniciador de la tenebrosa dinastía de dictadores que hundió a Nicaragua en varias décadas de ignominia.
Sandino, en el momento de caer víctima de la traición, venía de obtener varias victorias en el combate contra el invasor estadounidense, que jamás pudo vencerlo.
Las tropas que Sandino tuvo bajo su mando, compuestas por algo más de seis mil hombres y algunas mujeres, dotadas de armas precarias, fueron llamadas en esa época un "ejército loco".
Sandino nunca tuvo formación militar, su niñez y su adolescencia transcurrieron entre las plantaciones de café como ayudante de su madre, que cumplía interminables jornadas recolectando el grano por un salario miserable. Allí conoció las primeras injusticias del régimen semifeudal, cometidas contra miles de campesinos despojados de cualquier oportunidad de expresión, sometidos al hambre y a las enfermedades.
Toda la lucha comandada por quien sería llamado "El General de Hombres Libres" se desarrolló entre 1920 y 1930.
A Sandino se le considera el autor del "primer Vietnam" sufrido por fuerzas imperialistas de EE UU en el siglo XX, pues las tropas invasoras dejaron el país el 1 de enero de 1933, derrotadas. Detrás dejaron preparado el veneno de la traición, con la colaborción de gamonales y terratenientes fletados por la United Fruit Company.
Niquinohomo, un pueblo de campesinos sencillos, ariscos y laboriosos como era el mismo Sandino, recuerda hoy a su más ilustre hijo. Allí se firmó la "Declaración de Niquinohomo, sustentada por centenares de organizaciones populares que convergen en que la miseria, la opresión, la explotación y el racismo, no desaparecieron con el fin de la llamada "guerra fría", puesto que en las últimas dos décadas el capitalismo ha adquirido nuevas y refinadas formas de agresión.
Uno de los párrafos de la "Declaración de Niquinohomo" dice: "La doctrina neoliberal responde, en realidad, a intereses económicos y políticos de quienes están dispuestos a sacrificar y exterminar a una mayoría de la humanidad, para mantener una diabólica y vertiginosa carrera detrás de la acumulación de riqueza, en magnitudes casi inimaginables".
La "Declaración de Niquinohomo" sostiene, que la única forma de salvar a la humanidad de una segura autodestrucción, es poner la satisfacción de las necesidades humanas y no la ganancia y el lucro individuales, como la prioridad básica de la sociedad futura.
Augusto César Sandino decía que una soberanía no se discute sino que se defiende con las armas en la mano. "Este movimiento es nacional y anti imperialista. Mantenemos la bandera de libertad para Nicaragua y para toda hispanoamérica" declaró en uno de sus textos históricos.
A los 74 años de su caida bajo la traición somocista, el mundo recuerda el pensamiento vivo de Sandino:"La única que quedará hundida para siempre, es la injusticia, y quedará el reino de la perfección, el amor con su hija predilecta, la Justicia Divina.
"El hombre que de su patria no exige más que un palmo de tierra para su sepultura merece ser oido, y no sólo ser oido, sino también ser creido".
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