La integridad territorial de los pueblos es sagrada.
Desmembrar a un país es la más trágica de las traiciones a la patria.
Esta es la estrategia imperialista del siglo XXI. Los revolucionarios
del mundo debemos oponernos a este canallesco plan norteamericano, que
no es más que una herramienta de la dominación hegemónica.
Hoy le toca a Bolivia y a su presidente Evo Morales enfrentar esta
arremetida separatista de los territorios ricos en detrimento de los
más pobres.
La respuesta debe ser contundente, ni siquiera debe permitirse la
realización de un referéndum ilegitimo. Militarmente debe responderse
a la afrenta divisionista y anticonstitucional. Si el enemigo no
entiende otro idioma que el de las armas, pues las armas del pueblo
tendrán que hablar con voz fuerte, como ya lo hicieron en los momentos
de la lucha por la independencia contra el imperialismo español.
Nuca más debe repetirse el holocausto chileno. "Es preferible morir de
pie a vivir de rodillas". Cuando el pueblo toma el poder no puede
entregarlo por las buenas, no importa que circunstancias seudo
democráticas así lo digan, no importa la amenaza de derramar sangre
por parte de unos gorilas trogloditas que no se detendrán ante nada.
La sangre del heroico pueblo chileno fue derramada en manos de sus
verdugos, sin oportunidad para la defensa. No, eso no se puede repetir
bajo el argumento de "no derramar sangre inocente". La sangre inocente
siempre fue derramada y se instaló la dictadura.
El pueblo Boliviano debe preparase ya para la batalla final, le va la
vida en ello. El gobierno debe preparar esa ofensiva y marchare sobre
los separatistas. Es una decisión de "todo o nada". Si se les deja las
fuerzas reaccionarias apoyadas por los Estados Unidos bañaran de
sangre al pueblo. Imponiéndose tarde o temprano a sangre y fuego.
No es el momento para acobardarse, ni para "temerle al cuero". La
disyuntiva es simple o triunfa el fascismo o triunfa el pueblo
boliviano.
Disyuntiva que también tendrán que afrontar Ecuador y Venezuela y cuya
respuesta tendrá que ser la misma.
Desechemos las ilusiones, con el fascismo imperialista no hay acuerdo posible.
Cuando los pueblos toman el poder es para siempre.
¡Patria, Socialismo O Muerte!
rafaelurdanet@gmail.com
