Preparémonos para la ofensiva, porque el imperio se dispone a golpear la revolución

La expulsión de los embajadores gringos por parte de los gobiernos revolucionarios de Bolivia y Venezuela fue una medida que el imperio no se esperaba, y que momentáneamente lo dejó descolocado.

La gran iniciativa tomada por el presidente Chávez de convocar a la UNASUR y amenazar con intervenir militarmente en Bolivia si se produce el derrocamiento de Evo Morales, ha servido para detener por el momento la ofensiva fascista de los opositores separatistas del oriente boliviano.

Pero el imperio tiene un plan trazado, y por ahora no creemos que se vaya a detener. Ya vimos la respuesta casi inmediata de colocar en la lista de narcotraficantes y colaboradores de las FARC a tres altos funcionarios del gobierno bolivariano. La trampa montada con el cuento del maletín de Antonini sigue su curso y poco a poco van involucrando tanto a Chávez como a otros altos funcionarios del estado venezolano.

De las opiniones que dan Ravell y otros representantes directos de la conspiración en Venezuela se desprende que algo tienen montado para los próximos días o semanas. La derecha en Venezuela está derrotada en casi todas partes, apenas mantienen algunas esperanzas electorales en pocos estados. Su capacidad de movilización es casi nula, no han podido incendiar a Venezuela como se lo habían propuesto. En los Estados Unidos las cosas no están buenas debido a la profundización de la crisis económica. Hasta el huracán Ike dejó varias decenas de muertos y destrozos por doquier. En ese contexto tan negativo, escuchamos a la oposición venezolana muy contenta tanto con el juicio de Antonini como con lo que sucede en Bolivia.

¿A qué se debe tanta euforia en medio de tanta derrota? ¿Chávez los volvió locos? ¿O será que los gringos les han anunciado medidas contundentes contra Venezuela en el corto plazo? Es evidente que el plan develado consistía en tratar de capturar a Chávez y llevárselo para juzgarlo en los Estados Unidos, en una acción militar semejante a la realizada para capturar a Noriega en 1989.

Si uno interpreta la medida contra Rodríguez Chacín y los jefes de la Disip y el DIM, y lo une con las amenazas que hace algunos meses profirió el vicepresidente colombiano Santos, quien amenazó con secuestrar al alcalde de Maracaibo, Di Martino, por ser colaborador de las FARC, podemos concluir que ese plan de secuestrar al presidente puede ejecutarse también contra otros funcionarios del estado venezolano. Cualquiera de los mencionados en el juicio de Miami, pudieran ser arrestados en cualquier aeropuerto del mundo y llevados a los Estados Unidos para ser juzgados.

Ya hoy USA descertificó a Venezuela y Bolivia en la “lucha contra las drogas”, lo que puede implicar más adelante otro tipo de sanciones contra nuestro país. Se sigue desarrollando el mismo libreto que condujo a la invasión de Panamá y a la captura de Noriega en 1989.

Ese es el guión ya escrito, y que probablemente veremos desarrollarse en los próximos meses. Venezuela tiene que responder en el mismo sentido, realizando contundentes acusaciones judiciales contra todos los representantes explícitos del imperio que actúan en este país, comenzando por los dueños de Globovisión y demás medios del fascismo criollo, los cuales deben todos terminar en la cárcel en el corto plazo. Igual debe hacerse contra los dirigentes políticos que aparecen constantemente alentando golpes de estado e insurrecciones militares.

La única manera de evitar que Venezuela se deslice por la pendiente fascista que ha recorrido Bolivia es actuando desde ya con la mayor energía contra los conspiradores. Mantener la blandenguería y la impunidad contra los golpistas sólo los fortalecerá y les permitirá seguir moviéndose por todo el país intentando desestabilizar a la revolución.

De igual manera, hay que pensar cómo actuar contra los intereses gringos dentro de Venezuela, ponerlos contra la pared, golpearlos donde sea posible y necesario. La mejor defensa es el ataque. Si nos quedamos esperando el próximo golpe del imperio, pudiera suceder que sea tan contundente que no podamos responderlo. Este momento debe servir para acorralar a la oposición pitiyanki y terminar de derrotarla en los espacios que aún conservan.

Roberto López Sánchez. Unión Nacional de Trabajadores



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Roberto López Sánchez.

Roberto López Sánchez (Caracas, 1958). Profesor Titular de la Universidad del Zulia (LUZ) con ingreso en 1994. Licenciado en Educación (LUZ, 1994). Magister en Historia (LUZ, 2005) y Doctor en Ciencias Políticas (LUZ, 2013). Actualmente dicta 6 materias en la Licenciatura de Antropología en LUZ: Historia de América; Historia de Venezuela; Intercambios Económicos; Poder y Movimientos Sociales; Culturas Afroamericanas; y Modo de Vida e Identidad Nacional. Ha dictado seminarios a nivel doctoral y nivel maestría en universidades venezolanas; y seminarios de Historia de Venezuela en universidades de Chile y España. Actualmente coordina la Unidad Académica de Antropología. Ha dirigido proyectos de investigación a través del CONDES-LUZ, y CLACSO. Línea de investigación: estudio de los movimientos sociales. Ha publicado más de 50 trabajos científicos. @cruzcarrillo09

 @cruzcarrillo09

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