Son dos los cargos en contra de los acusados. Uno es el de conspiración, violación del Título 18 del Código de Estados Unidos, Sección 371. Resulta que esta infracción se refiere a conspiraciones y a fraudes EN CONTRA de Estados Unidos.
Si de verdad el dinero salió de PDVSA para financiar la campaña electoral de Cristina Fernández, es absurdo catalogar esto como una conspiración “en contra” de EEUU.
El otro cargo es que los acusados actuaron como agentes de un gobierno extranjero sin haber notificado al Fiscal General, violación del Título 18 del Código de Estados Unidos, Sección 951. Este es un estatuto relacionado con el Acta de Registro de Agentes Extranjeros. Su principal propósito es asegurar que el gobierno y los ciudadanos de EEUU sean informados de la identidad de personas envueltas en actividades políticas a favor de intereses extranjeros.
Las actividades de los involucrados están lejos de poder ser consideradas “políticas”. Mas bien parecieran actividades de amigos y conocidos, con dinero y buenas conexiones, tratando de ayudar a quien consideraban hasta ese momento uno de los suyos.
Algo que salta a la vista respecto a este caso es que el principal involucrado, Guido Alejandro Antonini Wilson, fue librado de toda culpa. El fiscal Thomas Mulvihill consideró que, tal como le contaron, el señor Antonini estaba llevando la valija a solicitud de otro pasajero y que no sabía cuál era su contenido.
O sea, al gordito le dijeron, “Guido, panita, ayúdame con esta maleta y me la das después que la pases por la aduana”. El tipo, veterano por demás de grandes negocios internacionales, aceptó sin chistar.
Otra curiosidad respecto a Antonini es que él empezó a “colaborar” con la FBI tan pronto llegó a Estados Unidos.
¿Colaborar para qué? Hasta ese momento el único que estaba en problemas era él. Era solicitado por la INTERPOL.
La única explicación posible es que sea uno de esos casos de “mutua” colaboración, él por un lado y el gobierno estadounidense por el otro. Algo así como, “ayúdenme con el problema que tengo y yo los ayudo con el ‘Chávez’ que tienen”. Y eso si es que no estaban ya de acuerdo, ¡Dios me perdone por mal pensado!, antes del maletinzazo.
Los que se declararon culpables lo hicieron a cambio de la benevolencia del sistema judicial norteamericano. Aceptaron, al igual que Antonini, “colaborar” en el caso... en contra de la República Bolivariana de Venezuela. Hasta el acusado me despierta suspicacia. Si todos se hubiesen declarado culpables, “alguien” hubiese perdido una gran oportunidad de sacar al aire tanta “información”.
Lo innegable respecto al circo de Miami es que da la impresión de que es el gobierno venezolano el que está bajo juicio, no el acusado.
Feico57@att.net
ecequea@gmail.com