Obama, presidente del imperio invasor y saqueador del mundo

1. ¿Puede alguna persona serena y equilibrada tener confianza o esperanza (hope) en un presidente que es el representante de un gobierno imperial, es decir, de una potencia que domina al mundo desde hace un siglo por medio de su poderío económico, militar e ideológico? La realidad es que sólo se podría tener confianza si ese presidente fuera producto de una profunda revolución de las conciencias, si viniera de una prolongada lucha social y contara con poderosas organizaciones de trabajadores con experiencias de organizaciones colectivas y de autogobierno. Pero si (como el caso de Obama) viene de un simple proceso electoral, como los miles de comicios que ha habido en el mundo, sólo habría que averiguar qué poderosos sectores aprobaron su candidatura, quienes pagaron su campaña y cuál es el contenido real, entre líneas, de su discurso.

2. Como bien se ha publicado: Obama recibió el apoyo de grandes multinacionales, personajes de mucho peso, multimillonarios y de miembros reconocidos de su partido demócrata; además de captar el voto afro-estadounidense y un sector juvenil que antes no había expresado un interés notable en la política nacional. Logró recaudar más dinero que cualquier otro candidato de la historia de EEUU. La campaña de Obama convirtió la palabra cambio se convirtió en una moda. Incluso llegó a decir Obama (para no dividir con su negrura) que la nación era un sola, que no veía color ni sexo ni afiliación política; que los EEUU­ era un solo gran país. En sus discursos, según puede leerse, fue claro con su punto de vista imperial y su reafirmación sobre la necesidad de recuperar la posición de Estados Unidos como una superpotencia y como el país más grande y dominante del mundo. Y esto del poderío sin par, lo ha subrayado hablando de Iraq.

3. En sus discursos Obama dio a entender que era mejor concentrar todas las fuerzas en Irak, destruir al enemigo rápidamente y retirar al ejército de ocupación para que los soldados estadounidenses y sus familias no sufran. Es decir, según Obama hay que hacer bien las cosas, a la perfección: EEUU debe actuar con firmeza para reafirmar que es la nación más poderosa del mundo y para que sea respetada. ¿Será la misma estrategia intervencionista brutal que aplicará contra Cuba, Venezuela, Bolivia, las FARC, Irán o Palestina? Si esto fuera así como lo he entendido entonces podríamos estar hablando de un dictador sin piedad que con la risa en los labios busca reivindicar el gran poder yanqui para frenar cualquier competencia. Pero esperemos que no sea así, que sea una mala interpretación y que, por el contrario, arrepentidos los yanquis, quieran reconciliarse con el mundo.

4. Dice Obama: Tenemos una situación difícil en Pakistán porque, para empezar, tomamos una mala decisión al ir a Irak cuando no habíamos terminado la tarea de capturar a Bin Laden ni aniquilado a Al-Qaeda. Entonces lo que ocurrió fue que nos distrajimos, desviamos recursos y finalmente Bin Laden se escapó, instaló base en Pakistán en las provincias. Ahora están atacando a nuestras tropas en Afganistán, desestabilizando la situación. Ahora son más fuertes que nunca desde 2001. Y es por eso que pienso que es tan importante cambiar el rumbo, porque ese es el frente principal en el tema terrorismo. […] Si tenemos a Osama bin Laden localizado y si el gobierno paquistaní es incapaz o no está dispuesto a sacarlos, entonces pienso que tenemos que actuar y sacarlos nosotros. Mataremos a bin Laden. Aniquilaremos Al-Qaeda. Esa debe ser nuestra mayor prioridad de seguridad nacional.

5. Sin embargo, si decimos que basta con que haya sido elegido un negro y que su gobierno cambie algunas cosas en los EEUU para que ya sea ganancia, entonces queremos que las cosas sigan igual. No debe olvidarse, por ser un asunto esencial, que EEUU es el país más poderoso del mundo, que domina el universo en gran parte y que sus políticas llegan a ser determinantes para muchos países. A EEUU debe medírsele, principalmente, por su política exterior, de manera secundaria por su política interna. ¿Se puede soslayar acaso que su extensión territorial, que todo su gran desarrollo, que todas sus enormes riquezas, que todo su potencial económico los logró amenazando, invadiendo, saqueando y cobrando rentas a los demás pueblos y gobiernos del mundo y, sobre todo, que esa política la ha continuado hasta el siglo XXI?

6. ¿Puede Obama negarse a aplicar la política imperialista que los grandes consorcios o empresas transnacionales necesitan? Basta recordar lo que sucedió a uno de los presidentes más populares de los EEUU (John F. Kennedy) por ser joven, blanco y multimillonario y tener a una esposa admirada en el mundo por su belleza. Arrebató en 1960 a los republicanos la Presidencia al derrotar a Richard Nixon, quien era el vicepresidente de Eisenhower. A pesar de que Kennedy ordenó la expulsión de Cuba de la OEA, la invasión de ese país, la intensificación de la guerra en Vietnam, la represión a los negros, el imperio le exigía más; pero como no profundizaba la represión y los saqueos en el mundo fue asesinado en noviembre de 1963. Se quiso culpar a los comunistas pero investigaciones posteriores demostraron que fueron los derechistas.

7. Obama tiene como objetivo recuperar el gran poder de los EEUU en el mundo. No está mal que cualquier país que no haya sido imperialista, que una nación que no buscara dominar, quisiera prosperar y sobresalir o estar más presente en el mundo para solucionar sus problemas económicos. Pero en el caso de los EEUU que durante todo el siglo veinte sólo se ha dedicado a presionar, amenazar, intervenir e imponer sus políticas en otros países no puede esperarse otra cosa que buscar dominar. Obama conoce diez veces más la historia de ese país que muchos de nosotros, pero su compromiso, según discursos pronunciados, es volver a situar a ese país como el más poderoso del mundo. Y parece que ahora los medios de información, controlados ideológica y económicamente por ese país, le están dando la vuelta al mundo para crear nuevas esperanzas.

8. Si pensando en lo que podría pasar sólo nos basamos en simpatías, en suposiciones y deseos, sin acudir a los textos de sus discursos y a los análisis crítico, podríamos caer en simples impresiones. La obligación de quienes están preocupados por comprender lo que sucede en el mundo es seguir de manera permanente la problemática y escarbar un poco la historia. La historia política de dominación ejercida por los EEUU no da ningún espacio para pensar que podrían cambiar en dos o cinco años. Contrario a los que quiere Obama: recuperar el poder de los EEUU, los pueblos del mundo desean lo contrario: que en ese país de registre una gran revolución, un profundo cambio, que logre acabar con su papel imperial y que los EEUU se conviertan en una nación dispuesta a colaborar, de igual a igual, con todos los países del mundo. Si eso sucediera el mundo sería otro.



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Pedro Echeverría V.


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