Obama podrá ser negro y venir de pobre, pero es gringo

Algunos analistas políticos prevén que las relaciones entre Venezuela y
los Estados Unidos pudieran mejorar a partir de la toma de posesión de
Obama y el pase al basurero de la historia de George Bush.

Lamentablemente no compartimos esa opinión. Por el contrario, creemos que
después de algunos amagos por intentar acercar a los dos países, vendrá
una arremetida bestial contra Venezuela, por parte del gobierno gringo.
Opinadores de oficio ven en el color de piel de Obama, en su oferta de
retirar algún día las tropas de Irak y en sus superficiales críticas a la
política económica del gobierno norteamericano, señales de que la
relación de los Estados Unidos con América Latina, con Venezuela en
particular y con el resto del mundo cambiará a partir de la toma de
posesión del recién electo presidente.

Aceptar como probable esa tesis, significa dar por cierto que el
presidente de los Estados Unidos representa el poder en esa nación y que
sus decisiones son autónomas e independientes. Sería, en otras palabras,
desconocer cuál es la verdadera estructura de poder del imperio y el
papel que en ella juegan las grandes corporaciones internacionales.
Ni Clinton, ni Bush, ni Obama ni ninguno de los últimos diez presidentes
de los Estados Unidos ha tenido realmente el poder en sus manos. Esa
nación es manejada por grupos económicos muy poderosos que hacen política
en defensa de sus intereses y mercados, y el presidente no es más que una
pieza dentro de esa estructura de poder.

Venezuela y su presidente representan el principal obstáculo para los
gringos en sus planes de mantener a Latinoamérica como colonia. El que
éste rompiera con las estructuras neocoloniales y obligara a las
empresas transnacionales a someterse a las condiciones del gobierno
revolucionario, son hechos que ponen en evidencia que es posible romper
las ataduras y liberarse del yugo.

Por otro lado, el éxito económico del gobierno venezolano y su gran
impacto en la social como consecuencia de políticas nacionalistas y la
existencia de un estado que participa activamente en el desarrollo y
control de la variables económicas, despiertan interés en los pueblos de
esta parte del continente y del mundo, y dejan en evidencia los
mecanismos de opresión activados a través de instituciones como el Banco
Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Es, sin embargo, el llamado a la integración Latinoamericana; como única
vía de libertad e independencia económica, política, cultural y militar;
la causa principal por la cual el presidente Chávez y el pueblo de
Venezuela son objetivos de vital importancia para el poder real de
Norteamérica e impedimento para que existan relaciones armónicas entre
ambos gobiernos.

No le permitirían a Obama, en el caso de que él quisiera, mantener una
relación de respeto e igualdad con nuestra nación y sus líderes.
Obama, pueden tenerlo por cierto, hará algunos intentos por acercarse a
Chávez , pero todo dentro de un plan destinado a dejar al presidente
venezolano como un buscapleitos incapaz de tener buenas relaciones con
nadie. Al final, el discurso será que el problema no era Clinton ni era
Bush, sino Chávez, porque hasta un “negrito buena gente como Obama” no
pudo mantener una relación de respeto y armonía con él. A partir de ello,
continuará y arreciará el ataque contra nuestra nación.

Tampoco resolverá Obama el drama que viven los negros norteamericanos.
Estos seguirán ganando menos que los blancos por hacer el mismo trabajo,
continuarán asistiendo a escuelas de tercera categoría, se morirán en
hospitales inmundos y vivirán en barriadas insalubres. Resolver ese drama
cuesta demasiado dinero y los factores de poder (racistas todos) no están
dispuestos a destinar recursos a la solución de problemas que al fin y al
cabo tienen más de cinco siglos.

En Irak las cosas podrían cambiar, pero no porque lo desee o lo haya
ofrecido Obama. Allí se buscará una salida honrosa al ejercito y al
gobierno norteamericano porque la guerra se les enredo y tienen pocas
posibilidades de controlar el petróleo de la zona; sobre todo ahora que
tienen una crisis de espanto y brinco.

En resumen dejen de estar creyendo en pajaritos preñados porque Obama
podrá ser negro y venir de pobre, pero es gringo.


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Alexis Arellano


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