1. Los gobiernos yanquis de Eisenhower, Kennedy, Johnson y Nixon pusieron todas sus estrategias y fuerzas para derrocar al gobierno de Fidel Castro en Cuba. Durante 15 años (1959/74) se valieron de todos los medios para tratar de desprestigiarlo y asesinarlo porque sus muchos discursos (con duración de tres a seis horas) eran verdaderas lecciones de historia y política que miles de jóvenes de América y el mundo escuchamos con atención. A partir de mediados de los setenta puede decirse que la revolución cubana se consolidó, pero los dirigentes de ese país, con alrededor de 10 millones de habitantes, jamás dejaron de demostrar ante el mundo la política imperial de los gobiernos de EEUU. Las agresiones que ahora sufren los gobiernos de Venezuela y Bolivia, podría decirse que no son tan poderosas como las enfrentaron los cubanos. La más importante fue (es aún) el bloqueo económico que ha impedido a Cuba desarrollarse como debiera.
2. En Venezuela el gobierno de Bush, poniendo a su servicio a las poderosas fuerzas empresariales (las Fedecámaras) y a los medios de información agrupados en organismos semifascistas, lograron desplazar del gobierno a Hugo Chávez con un golpe cívico militar apoyado por el gobierno yanqui en abril de 2002, cosa que nunca sucedió en Cuba. Pero la movilización pro Chávez, la fidelidad de sus militares y la opinión mundial lo colocaron nuevamente en el poder 48 horas después. Sin embargo, después de aquel fallido golpe de Estado, el gobierno de Chávez se ha fortalecido; por ese motivo ha seguido en la mira de Bush colocándolo en la lista de los países del “eje del mal” y no ha dejado de trabajar por sus derrocamiento porque ese líder venezolano ha continuado denunciando la política guerrerista y saqueadora del gobierno yanqui. Además Chávez, como político, ha logrado unificar a otros gobiernos contra la política asesina de Bush.
3. En Bolivia, desde que en diciembre de 2005 el indio Evo Morales derrotó en las elecciones al candidato de los empresarios y los terratenientes, ha resistido las agresiones de los poderosos dueños de haciendas que buscan escindir el país. Los departamentos o estados de la llamada “media luna”, unas cinco provincias controladas por los grandes ricos racistas, propietarios de grandes extensiones de tierras, han controlado con el apoyo de los medios de información y el gobierno de los EEUU, los procesos electorales y mediante amenazas han evitado que los pobres elijan a sus representantes. Se han convertido en una verdadera amenaza al plantear la separación de esa región de Bolivia. Así que tanto Hugo Chávez de Venezuela, como Evo Morales de Bolivia son hoy el objetivo que busca destruir el gobierno de los EEUU; no porque pongan en peligro su seguridad (Bolivia tiene 10 millones de habitantes, Venezuela 28 y los EEUU 305 millones más sus armas nucleares)
4. Lo importante es que Bush se va entre unos días y el arribo de Obama puede cambiar un poco el escenario. Quizá la posición que adopte Obama frente al bloqueo económico que sufre Cuba desde hace medio siglo, sea la muestra de lo que hay que esperar de los yanquis en los próximos años. Sería interesante hacer un análisis de los gobiernos anteriores de EEUU para ver el lugar de Bush; quizá como el descabezado Fox, Bush esté ya muy cerca del basurero de la historia. Gobernó durante el período de Chávez, pero Bush se va revolcado en el lodo del desprestigio mientras Hugo Chávez parece comenzar a agarrar su segundo aire. ¿Qué puede hacer en América Latina el negro Obama para no gobernar como los blancos, es decir, para liberarse de los poderosos empresarios de las invasiones y las guerras? En primer lugar hablar con todos los gobiernos de igual a igual y respetar los acuerdos que se tomen. Pero cualquier recomendación sería hacerse ilusiones.
5. La política exterior norteamericana es esencial para el mundo. Aunque la economía de los EEUU esté desplomándose junto con la de los países dependientes de él, este país sigue siendo el más poderoso desde el punto de vista material y militar. Aunque en el contexto internacional hayan surgido países y grupos económicos que han empezado a adelantarse a los EEUU, tales como el Mercomún europeo, como los asiáticos encabezados por China y Japón, etcétera, los yanquis siguen determinando en parte el rumbo del mundo. Pensar que los yanquis se caen porque su dólar no tiene fuerza, porque en Iraq ha perdido a muchos soldados, porque varios países lo están abandonando y porque otras alianzas empiezan a dar resultados, puede ser un terrible error. Bush al parecer fue uno de los gobiernos más funestos que ha estado en la Casa Blanca, pero el imperio no se derrumbó por él. Quizá el mismo imperio escogió a Obama para tratar de limpiarse la cara y para aplicar otra política.
6. Todavía no se puede asegurar que con el cambio de gobierno en los EEUU los objetivos sigan siendo exactamente los mismos. Al parecer Venezuela y Bolivia tendrán que esperar (estando en guardia permanente) más definiciones. Antes de esos dos países de América del Sur a los EEUU interesa (en primer lugar) resolver su bronca económica e internacional; después Iraq, Afganistán y toda la zona petrolera, seguido del problema árabe/israelí y la zona petrolera; en América el asunto del bloqueo a Cuba por toda la presión internacional que representa y, sólo después, vendrá Venezuela. Así se presentan los problemas aunque Obama y la Clinton pueden aplicar otra estrategia. Sin embargo hay que tener confianza en que Raúl Castro, Hugo Chávez y Evo Morales no bajen ningún instante la guardia porque, de acuerdo a la historia, ningún gobierno gringo ha coincidido con los intereses de los países dependientes, socios o competidores. EEUU ha sido, desde el siglo XX, un país imperialista.
7. Así como en cada país debemos de buscar y luchar por la unidad de todas las fuerzas de los trabajadores contra el capital, así también hay que buscar que todos aquellos países con gobiernos progresistas o antiimperialistas su unan para construir alternativas diferentes a las que EEUU ha aplicado durante todo el siglo XX y lo que va del presente. La batalla no ha sido ni será nada fácil. Los latinoamericanos debemos estar muy atentos de los pasos que dé ese imperio que ha actuado como un policía mundial. Así como defendimos en las calles, en los sesenta, a Cuba, así deberían juntarse las fuerzas para defender a Venezuela, Bolivia, Ecuador y a todos los países agredidos por el imperio. Ya sabemos cuáles son los intereses y las estrategias yanquis para someter a los pueblos del mundo. Los yanquis están debilitados pero todavía pasarán algunas décadas bajo su dominación. A nosotros corresponde brindar nuestra solidaridad activa. No tenemos otro camino.
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