De las barbas de Fidel a la verruga de Chávez y de la guerra a la paz en la lucha revolucionaria..

No son desconocidas las narraciones que suele contarnos nuestro comandante presidente de sus tiempo de soldado y su relación espiritual con los movimientos guerrilleros. A él le pasa lo que nos pasa a muchos ante la indignación que producen las maniobras y políticas imperiales, que al fin de cuentas, desatan una gran indignación que nos lleva de corazón a terminar tornándose en la furia que en muchos momentos históricos ha llevado a los pueblos y a sus gobernantes honestos, a enfrentar de manera frontal y radical a las fuerzas avasallantes del imperio dominante. Estas vías son las de la respuesta armada.

En otros artículos hablo con nostalgias de los tiempos en que la guerrilla era la forma de los pueblos enfrentar los abusos y las injusticias cometidos por los gobiernos burgueses y también hablo en ellos de la casi imposibilidad de poder tener ese derecho de enfrentar hasta con la vida a tantos años de irrespeto y dominio que han traído tanta miseria e ignorancia, tanta exclusión y tanta pobreza a todos nuestros pueblos.

Creo que Chávez, nuestro comandante presidente, fácilmente, si hubiera tenido como, se hubiera convertido en militante de aquellas gloriosas guerrillas de FLN o las FALN que de manera digna y valiente enfrentaron a gobiernos asesinos, como el de Rómulo Betancourt, donde los desaparecidos, asesinados, donde la represión y la explotación y saqueo a nuestra patria eran el suceder cotidiano.

La realidad es que estos movimientos armados no nacen de las arrecheras que podemos sentir en esos momentos, nacen de la explosión de fuerzas que se tornan incontenibles en el corazón de los pueblos. Muchos hemos sentido y propuesto, yo me incluyo, en una respuesta armada, organizada en las bases dirigentes de sus pueblos, ante la ignominiosa y cruel imposición de un gobierno gorila en Honduras.

Trato, y confieso que me cuesta, de entender que hay que agotar los caminos de la resistencia pacífica.

Me cuesta porque me parece me un gran irrespeto, una burla descarada que no exista manera de restituir al presidente Zelaya nuevamente en sus funciones, irrespeto que a diario el pueblo hondureño sea masacrado, reprimido, torturado y asesinado. Burla porque los gorilas se entronizan y abren una `posibilidad de propagar la guerra, los golpes fascistas para tratar de someter de nuevo a todos las naciones que avanzamos en la liberación del continente.

Con los sucesos de Honduras tan recientes, es lo más lógico y natural otro ataque de arrechera cuando el presidente Uribe, bufón gringo, anuncia que en Colombia se permitirá a estados Unidos su presencia en 7 bases militares o más. Es comprensible que el presidente “congele” nuevamente las relaciones, o para decirlo mas claro, que vuelva a a meter a Uribe en la nevera.

Ciertamente, el mismo Fidel castro, nos da luces claras. La paz debe ser nuestra bandera. Así tengamos que tragarnos las rabias, la indignación y las ganas de ir a entrompar cara a cara a tanto lacayo. ¿Por qué? Por la terrible diferencia en poderes armamentísticos, la superioridad de Estados >Unidos en el enfrentamiento militar es insalvable. Es cierto que su poder de dominio no logrará jamás la sumisión de los pueblos invadidos, como pasa en Irak y Afganistán, la guerra asimétrica termina dejándolos a la merced de los comandos o guerrillas que a diario atacan e impiden la consolidación del imperio en los territorios dominados. Pero que seamos capaces de resistir, como resisten aquellos países invadidos, o como lo está haciendo el valiente pueblo de Honduras, termina dándoles a ellos la victoria de su presencia en esos territorios a quienes rinden con la superioridad de un imperio armado de tecnologías, como nos decía Fidel, de aviones intripulados, capaces de quemar en segundos, kilómetros de montañas donde se sospeche una guerrilla, donde por una foto satelital se puede ver hasta el color de los interiores que nos ponemos cada mañana. La paz, entonces, debe tornarse en el arma de lucho.

Indudablemente la resistencia pacífica del pueblo de Honduras ha significado una lucha importante. ¿Pero como derrotar al fascismo con resistencias pacíficas? ¿Cómo lograr victorias? Ya veremos, ya veremos.

Obama dice que el no quiere poner una base militar en Colombia, asi lo escuché ayer en la televisión, claro, será que es verdad que no quiere montar una sino siete. También declaró que le asombraba, que a pesar de que ha estado tomando posiciones a favor de Zelaya, ahora le reclamen a Estados Unidos, que no haga más para apoyarlo: “antes criticaban que éramos un país ingerente y ahora nos reclaman que no ingerimos”. Tiene razón.

Quienes tenemos que intervenir en Honduras somos los pueblos Centro Suramericanos, que ya deberíamos estar firmando acuerdos para crear fuerzas de defensa militar ante estos abusos, y tratados en los que un Presidente elegido democráticamente pueda solicitar la intervención militar de las fuerza continentales de Unasur, del Alba para restituir la democracia ante un golpe.

Quito y su reunión de Unasur deberían avanzar en esto, en ese mismo contexto hace casi dos décadas el mismo Uribe pidió la formación de una fuerza militar continental para luchar contra el terrorismo y el narcotráfico, a lo que todos los demás miembros se opusieron, hoy en su ausencia cobarde, debría aprobarse una fuerza militar totalmente contraria, una fuerza militar de todas nuestra naciones que tenga la potestad de intervenir en Honduras y restituir al Presidente Zelaya, que tenga el poder de detener alguna nueva agresión de Colombia hacia algún país vecino.

Yo celebro el cambio hacia la paz que tomo el Comandante Chávez, se lo que cuesta seguir apostando a tantos cretinos, como Uribe y como Santos, que están bien claros en su condición de mercenarios, pero fortalecer la resistencia pacífica hasta lo último, no caer en el terreno de la guerra que es lo que pretende el Pentágono, es una victoria. En fin de cuentas los revolucionarios somos luchadores por la paz, la guerra es sólo un terrible medio, impuesto por el enemigo, para conseguirla.

Cuando Obama dice entre líneas que le están pidiendo que “intervenga” a favor de Honduras, también nos está mandando un mensaje de que quienes tenemos que intervenir somos nosotros sin ningún miedo a la reacción internacional. Las fuerzas armadas de defensa democrática deben ser una meta en la reunión de Unasur, a riesgo de que si no se avanza, mas temprano que tarde tendremos uno, dos, tres Honduras en nuestro continente.


brachoraul@gmail.com


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Raúl Bracho


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