Uno de las cosas que más me llaman la atención durante estos 10 años del Gobierno de Hugo Chávez, es la eterna ladilla de ese problema del imperio norteamericano, en la desestabilización del sistema socialista bolivariano. ¿Por qué este sistema político bolivariano ha perdurado, por una década dejando ya de ser una revolución efímera?
En esto esta jugando mucho la politiquería de grupos dentro y fuera de la sociedad y su constante agitación presionando a las instituciones para el cambio político, a veces sin consultar a la población.
La revolución bolivariana creo que no la representa la burocracia, ni es la “directiva” del partido, ni las instituciones estatales, las que pueden activar y desactivar las transformaciones requeridas, es solamente un proceso de cambios en lo socio/económico. El que conduzca a nuevas relaciones de producción hoy paralizadas (caso Empresas Básicas de Guayana). Donde la burocracia que se opone al proceso, descontrolando a las instituciones del gobierno bolivariano son sus peores enemigos (el patético ejemplo de la parturienta en turmerito, en el Aló Presidente del 09/08/2009, es la situación más dramática de una burocracia inhumana y saboteadora)
El cambio de sistema político es una lucha natural de los pueblos, que aparecen a través de nuevos actores que se incorporan movilizando la actividad revolucionaria.
Cuando las instituciones del estado puedan asimilar estas nuevas realidades sociales, y hacerlas propias, acoplándolas a través de largos y complejos procesos de negociaciones políticas, entonces podemos decir que estamos ante las reformas políticas requeridas. Estos procesos de cambios, para que puedan triunfar, sólo los pueden llevar a cabo políticos con mucha habilidad e inteligencia. Poco a poco, se pueden ir neutralizando a los conservadores, controlando a los radicales extremos, utilizando tácticas políticas efectivas para lograr avanzar. En una operación de alta cirugía en el que la precisión es una cosa muy clave.
El debate de las ideas se hace interesante, y el periodismo crece y se fortalece con ello.
Llegando incluso, que las resistencias al cambio estén presentes y cuando surja con fuerza, el proyecto bolivariano consolidado se posesione para siempre en el alma del pueblo venezolano.
Así han sido siempre los procesos de cambios y de transformaciones políticas profundas en todo el planeta, ahora en la modernidad.
En Venezuela durante la década de los años 60, cuando la clase política puntofijista en el poder no pudo o no quiso negociar con la izquierda. Entonces no habiendo posibilidad de negociación, y aquélla optó por la lucha armada para luego salir derrotada y con las tablas en la cabeza.
Durante el primer gobierno de Caldera, cuando la, pacificación se hizo posible, hubo indultos y las instituciones gubernamentales admitieron a los guerrilleros pacificados y los incorporaron al debate político (en el Gobierno de Caldera II. Francisco Arias Cárdenas después de la Rebelión Militar del 4F entró a trabajar en ese Gobierno).
Hablar de reformas políticas y hacer falsos llamados a la participación. Pero otra cosa ocurre, cuando se sabotea la participación, esta se convierte en una fuerza de reversión insostenible. Porque mientras exista un pueblo asalariado, y sin bienestar social amplio no habrá nunca camino hacia el socialismo.
En Venezuela el imperialismo y sus seguidores en el país poco o nada están haciendo para obstaculizar el avance del proceso bolivariano. Es la burocracia roja rojita incrustada en las instituciones gubernamentales, que con su incapacidad manifiesta en el arte de gobernar, ha permitido el avance de: la inseguridad, el crimen organizado, la especulación, el acaparamiento, la baja productividad etc. Todos con trajes y bisutería revolucionaria, se mimetizan en un discurso “revolucionario extremista”, pequeño burgués y de corte engañoso, que defienden los “derechos del pueblo”, para que estos continúen el trabajo de asalariados en el socialismo, y a quienes a la vez se les ven las costuras en sus modos corruptos de vida, disfrutando de obscenos privilegios. Con altos niveles de ingresos muy por encima del salario mínimo, y quienes en sus discursos hacia la masa de trabajadores les piden más sacrificios para tratar de ocultar sus propios fracasos.
Cualquier problema que surja en los Estados Unidos de Norteamérica, con relación a Venezuela es motivo de un escándalo mayúsculo, para justificar ante el pueblo un clima permanente de agresión imperial, manteniendo un discurso “supra revolucionario”, invocando siempre el sentimiento nacionalista, y colocando siempre en el lado opuesto de la revolución al que critique, sus malas gestiones o actos de gobierno, para obligarlos a callar con el disco rayado. “están atacando a la revolución bolivariana y es necesario la unidad, la critica le hace el juego a la oligarquía y al imperialismo norteamericano”. Todas estas acciones están llevando definitivamente a identificar ante el pueblo, a los que intentan de verdad hacer avanzar el socialismo y a quienes lo impiden.
Percasita11@yahoo.es