Unasur, ¿Después de Bariloche qué?

No obstante que los Presidentes de la Unasur han acordado, incluso el Comandante Chávez, revisar el documento final de la Cumbre en forma conjunta y a través de los jefes militares de los países que integran el esquema de seguridad de la Unasur, para luego conversar con el Presidente Obama si ese fuera el caso, es nuestro criterio que ello no conducirá a nada más allá de lo existente. Es decir, finalmente USA terminará colocando las bases en Colombia como lo han hecho en otras regiones del mundo y como no existe un contrapeso creible (al estilo la Guerra Fría de finales de la Segunda Guerra Mundial), simplemente ocurrira como un hecho cierto.

Como sabemos, Unasur (en ese sentido, ningún otro órgano supra nacional de los actualmente existentes), tiene la capacidad jurídica ni militar para imponer a alguno de sus integrantes, materias que violenten el hasta ahora concepto de soberanía; concepto, que no obstante ser un estorbo para el desarrollo del capitalismo (en su fase imperialista como señalara en su momento Lenín); más sin embargo, es esgrimido y desempolvado por los neoliberales en Colombia –también Perú- y USA, para justificar el acuerdo militar bilateral entre ambas naciones.

Al respecto, USA mantiene una doble moral en cuanto a esa materia; pues debemos recordar que en 1962 del siglo pasado con ocasión de los misiles intercontinentales colocados en Cuba por la URSS que “ponían en peligro” la seguridad y defensa norteamericana –según ellos mismos esgrimieran- permitió que USA activara sus mecanismos de contra medidas pues se sentían agredidos a lo que dieron un ultimatum tanto al Kremlin como a la Habana (pese al derechos soberano de la revolución socialista), en el sentido que si no retiraban los misiles -como efectivamente ocurrió-, invadirían la Isla y se provocaría una Tercera Guerra Mundial.

El “Equilibrio del Terror” que hoy ya no existe, pese a la efectividad de dos pesos pesados, funcionó y USA logró sus objetivos. Desde ese momento, ya se vislumbraba el derrumba más luego, de la denominada "Cortina de Hierro".

Hay que destacar que no obstante la “negativa” (sostendríamos más bien ambigüedad), de la gran mayoría de los Presidentes en sus discursos a los fines de objetar las bases militares gringas en suelo neogranadino; se pudo obervar dos claras posiciones de estilo. Por una parte la de quienes forman parte del Mercosur con Brasil a la cabeza y la de los integrantes de la ALBA.

En el caso Perú, pese a que no está vinculado a Mercosur ni a la ALBA tampoco, no obstante, se pliega de hecho y de derecho a la postura que favorece a USA. Es decir, apoya a Colombia.

La situación que se nos presenta tiene dos claros escenarios de solución. El primero, militar que a nuestro juicio no se hará efectivo en un primer momento ya que no existe ni la voluntad ni la preparación para aplicarlo y el segundo, de carácter político.

Al respecto de este segundo, el de carácter político, en el transcurrir de los eventos, al menos los integrantes de la ALBA deberán prepararse para consolidar una estrategia que “obligue” a los demás integrantes de la Unasur, propiciar mecanismos de presión contra la Colombia de Uribe, de los Santos y demás agentes internos progringos en la tierra de Santander, a objeto de coadyuvar esfuerzos objetivos y concretos que obliguen a que las condiciones políticas en Colombia varían en contra de los intereses gringos y sus sigüienes internos para que se posesione en el Palacio de Nariño una voluntad política proclive y verdaderamente democrática pero ante todo, solidaria a la integración de la Subregión tal como lo observamos desde la ALBA.

En ese sentido, la única forma que ello así ocurra es que: 1.) Emerja un proceso “insurreccional” interno contra el estado de cosas existentes en esa Nación; 2.) Que se suprima la diplomacia del micrófono para evitar darle información inconveniente a los adversarios y enemigos de la Unidad de los Pueblos Latinoamericanos y por último, 3.) Prestar solidaridad, de muy bajo perfil, a las fuerzas políticas internas en Colombia con mayor posibilidad de ganar unas elecciones en ese país. Ello pasa, por impeler la unidad de los movimientos sociales de vanguardia, nacionalistas, democráticos y socialistas, que se opongan a la intervención gringo a través de Colombia en la Región.

En ese sentido y a objeto de informar oportunamente a la Comunidad Internacional, deberá mantenerse una estrategia comunicacional mancumunada de denuncia permanente cuya coherencia permita desmontar el discurso mentiroso y militarista colombiano y de sus compañeros de ruta guerrerista.

Un bloqueo económico intensivo a Colombia pondrá en “puntillas” la administración Uribe y dada la crisis capitalista norteamericana, consideramos les será imposible sostener y financiar por largo tiempo algún gobierno servil en Nariño. En ese sentido, ni la UE -incluso desde la OTAN-, podrán apoyar mucho, pues su propia realidad económica les limita severamente.

Ello pasa por estrechas aun más, las relaciones con los aliados estratégicos (China, Rusia, Irán, India, Corea y otros), para inclinar el fiel de la balanza, para lo cual, se deberá actuar con base a la premisa, “El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”…

No aplicar medida alguna contra Colombia y dejar de aprovechar el momento táctico, permitirá, como está sucediendo en Honduras, que las fuerzas de la reacción se reacomoden, recompongan y consoliden posteriormente para finalmente derrotar, como efectivamente se proponen, la experiencia Bolivariana Continental.

Es preciso en consecuencia que los líderes revolucionarios de la Región (léase la ALBA y los movimientos sociales nacionalistas y antiimperialistas), entiendan que el repliegue estratégico de USA hacia América Latina consecuencia de las derrotas tácticas sufridas por ellos en IRAK, Afganistan y Euroasia, les obliga a restaurar sus situación interna (debido a la crisis por todos conocida), para lo cual les es preciso retomar el control del “Patio Tracero”, abandonado momentáneamente por anteriores gobiernos, quienes habían dado prioridad geopolítica a otros lugares del mundo.

A nuestro juicio, si Unasur no actúa en ese sentido, más temprano que tarde podrá quedar desmantelada; para lo cual y si ello se materializara, con antelación los países hermanos de la ALBA deberá revisarse a objeto de blindar la propuesta Bolivariana de los Pueblos y así poder garantizarse inviolabilidad de sus respectivas soberanías. En ese sentido y a diferencia de Honduras, la violación nuevamente de una de ellas tiene que ser respondida contundentemente. Una autarquía a su interior, es pertinente.

La ALBA debe tomar en consideración que en breve plazo ocurrirán elecciones Presidenciales en casi todos los países que siendo parte de la Unasur, forman parte de Mercosur, fenómeno político que se presume será de derechización de los gobiernos de esos países, que le darán un viraje al equilibrio hoy existente en la Unasur. Lo anterior debe ser revisado, corregido e incluso evitado.

(*) Politólogo e Internacionalista

Magister en seguridad y Defensa


monlan2001@yahoo.com



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Manuel José Montañez Lanza (*)


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