Mientras decenas de miles de ciudadanos norteamericanos duermen ahora en su carro o en la acera por el impacto devastador de la crisis económica, el aparato de espionaje y de injerencia de Estados Unidos alcanza proporciones jamás vistas en la historia de esta nación.
En unos quince años, según cifras oficiales, los gastos de las 16 agencias de inteligencia de Estados Unidos han pasado de 26 mil millones de dólares (1994) a 75 mil millones de dólares, tal como lo confirmó este miércoles en conferencia de prensa, el Zar de la inteligencia norteamericana, Dennis Blair.
Más aún. El número de funcionarios empleados en este gigantesco aparato de infiltración, de información y de agresión alcanza ahora los 200 000, sin contar la legión de agentes, informantes, colaboradores que la maquinaria imperial engrasa en cada rincón del mundo con el propósito de mantener su dominio.
Estados Unidos dispone de la red de espías más extensa de la historia, cuyo involucramiento en una larga sucesión de conspiraciones, secuestros, asesinatos y actos de terrorismo y de subversión está ampliamente demostrada.
En términos de números, Washington detiene ya desde hace un par de décadas el récord mundial absoluto de la actividad de inteligencia, no solo entre sus enemigos o presuntos enemigos sino hasta en el aparato gubernamental y empresarial de las naciones que más servilismo le enseñan, y que más apoyo le ofrecen.
Y ESTO SIN INCLUIR LA USAID Y SUS SEMEJANTES
El gigantesco dispositivo de penetración y de desinformación descrito por Dennis Blair no comprende las filiales del Departamento de Estado tales como la USAID, calificada de agencia para la desestabilización internacional, un mecanismo de engaño particularmente activo en América Latina, a favor de las oligarquías pro-yanquis.
Mientras en Venezuela, la entidad más poderosa de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos, la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), está denunciada por llevar una campaña de propaganda falsa contra el gobierno del Presidente Chávez, el mandatario boliviano Evo Morales acaba de denunciar en Madrid como Estados Unidos, a través de la USAID, paga la campaña electoral de sus opositores.
En enero pasado, el Presidente Barack Obama escogió el almirante retirado Dennis Blair como jefe del aparato de inteligencia estadounidense, responsable del informe de inteligencia que recibe cada día.
Nativo del norteño estado del Maine, Blair es un compañero de estudios de Oliver North. Cuando era jefe del Comando del Pacifico, se distinguió por engañar al entonces presidente Bill Clinton en el momento de la crisis de Timor Leste.
El primer Zar de la inteligencia yanqui, nombrado por George W. Bush, fue el criminal de guerra John Negroponte.
MIENTRAS EL DESEMPLEO VA HACIA NUEVOS RECORDS
Las revelaciones de Blair sobre el presupuesto astronómico de la llamada comunidad de inteligencia asombrarán sin dudas a los contribuyentes que se encuentren actualmente sofocados por la crisis económica más dura desde los años 30.
El ex almirante emitió sus observaciones sobre la maquinaria traga-dólares que maneja el mismo día cuando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) anunció que Estados Unidos se encuentra entre los países industrializados con las cifras de desempleo más alarmantes, situación que se agudizará y afectará a los grupos más vulnerables: jóvenes, inmigrantes y mujeres.
Según todos los estudios recientes sobre el estado de la economía, la mayoría de los norteamericanos se sienten agobiados por el costo de los alquileres y de las hipotecas, sin hablar de los impuestos, y asustados ante la perspectiva de perder su empleo como tantos lo han perdido y, por consecuencia, sus bienes adquiridos a crédito.