En toda situación de crísis, sea en el ámbito de las personas, pueblos o Estados, el primer elemento que se pone en tensión y tiende a ser sacrificado es el Derecho, porque tales normas estan construidas, en general, para la normalidad de las relaciones entre diversos sujetos y porque su diseño responde a una determinada situación de Poder que, en caso de crísis, necesita una fuerza imperativa que preserve el interés superior de quien ejerce ese Poderío, o de quien pretende desplazarlo.
El Golpe de Estado Hondureño, el convenio de las bases militares en Colombia y la conjura contra la Humanidad que el Capitalismo Global y el Capitalismo Emergente organizaron para imponerse sobre la mayoría de la comunidad internacional y anular el Tratado de Kioto en la Conferencia de la ONU sobre el Clima, de Copenhague, son demostraciones recientes e inequívocas de que, en la crísis del Capitalismo Imperialista, en su fase global, el primer perdedor es el Derecho Internacional, porque este constituye una limitación para intentar solucionar su crísis sobre el sacrificio de los pueblos, incluyendo, el de sus propios Estados.
No importa que en los últimos 60 años, luego de la terminación de la Segunda Guerra inter-imperialista; los Estados Unidos y los sub-imperios subalternos de la Unión Europea, hayan contribuido a construir el sistema de Naciones Unidas, creando importantes instituciones y normas internacionales sin precedentes en el mundo, dirigidos a organizar y regular la comunidad internacional sobre la base de Principios tales como la Igualdad Jurídica de los Estados, No Intromisión en los Asuntos Internos, Renuncia al Uso y la Amenaza de la Fuerza e, instituciones como la FAO, UNICEF, UNESCO, OMS, UNTAD, el Consejo de Derechos Humanos, etc; por cuanto ni la Carta de la ONU, ni sus organismos multilaterales, ni muchos menos sus instrumentos jurídicos internacionales, pueden servir para solucionar una crísis sistémica de acumulación y distribución de la plusvalía global, lo cual requiere de la imposición de nuevas reglas metajurídicas, dirigidas a reordenar las relaciones internacionales en favor del Capitalismo Global y a sus nuevos socios subalternos del Capitalismo Emergente.
Los hechos recientes estan demostrando, “más allá de toda duda razonable”, como lo diría el luguleyo de Chicago, devenido en presidente del Estado Imperial Norteamericano, Barak Obama que, ante la crísis sistémica del modelo capitalista global, se producirá un importante retroceso en el reconocimiento y aplicacion del Derecho Internacional, el cual constituye una forma civilizada de regular las relaciones internacionales, al convertirse estos intrumentos en trabas para los propósitos de recuperación de la hegemonías políticas y militares y la reordenación de la economía mundial en favor de las corporaciones globales y sus Estados, lo que inevatiblemente generará nuevos conflictos de pequeña y mediana intensidad, pero de posible gran espacialidad, que pondrán en peligro la debilitada paz y seguridad internacionales.
El Derecho Internacional, aunque como toda norma juridica es expresión de los poderes fácticos en un momento determinado del desarrollo de la historia, también– es importante decirlo y sostenerlo- es expresión del desarrollo civilizatorio de la Humanidad y de la creciente e irreversible conciencia y movilización de los pueblos en reclamo de sus derechos a la Paz, la Justicia, el Desarrollo Social y la Protección de la Naturaleza; por lo que la actitud de irrespeto y violación flgrantes de principios y normas del Derecho Internacional por parte del Imperio dominante y los sub-imperios, en el marco del actual escenario de crísis, constituye una amenaza cierta y cercana contra los intereses de la Humanidad y su hermoso planeta Azul.
Los pueblos del planeta Tierra, no tienen otro camino civilizado que el de responder a este desafío histórico uniendo sus fuerzas morales y políticas y combinando diversas alianzas para cimentar y fortalecer el Derecho de los Pueblos y el Derecho de la Humanidad por encima de las fuerzas que hoy pugnan por imponer su lógica de guerra, reconquista y depredación de la Naturaleza, movilizándose amplia y continuamente pos sus derechos nacionales e internacionales y presionar a sus gobiernos para que se consolide el nuevo comportamiento de la mayoria de los Estados en la Asamblea Generald de las Naciones Unidas que rompa con la dictadura de la oligarquía mundial que la ha cvenido dominando, impidiendo con ello que la Crisis Global del Capitalismo se convierta en la Crisis Terminal de la Humanidad.
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