Las fuerzas de la contrarrevolución se han venido uniendo desde el nivel internacional para arremeter contra la Revolución Bolivariana. Al contrario de la situación de la oposición interna en Venezuela, que están enfrentados por las candidaturas a la Asamblea Nacional, demostrándose una vez más que el odio al Presidente Chávez, tiene mucha relación con la nostalgia de poder de la oligarquía política de la IV república. Es conocida la utilización de los medios de comunicación para debilitar las bases populares que están a favor del proceso revolucionario. Es una gran realidad antes desconocida, que se desata actualmente en Venezuela y todos los países del Sur, una operación psicológica, producto de la guerra de cuarta generación, desarrollada a raíz de la proyección de las ideas bolivarianas y la transformación planteada en varios países suramericanos, liderados por la nación venezolana. Con la avalancha casi al unísono de declaraciones en contra de nuestro Presidente Chávez por parte de la Comisión de los Derechos Humanos, la secretaria de Estado de los Estados Unidos Hillary Clinton y la Audiencia española que acusa al gobierno Nacional venezolano de tener vínculos con las FARC y la ETA, todo esto evidencia la ilación que existe en estas acciones, hasta desembocar en las recientes expresiones que lanzó el día miércoles 10 de Marzo el funcionario para la región latinoamericana del gobierno norteamericano sobre “su preocupación por las relaciones de Países de América del Sur con Irán, sobre todo Ecuador y Venezuela”. Esto significa que van enlazando elementos negativos contra Venezuela, previamente promocionados por los medios, para luego lanzar un cañonazo publicitario disparando hacia varias direcciones. Ellos buscan el debilitamiento en el sector mayoritario del pueblo, en que está sustentado el liderazgo del comandante Chávez.
No es para menos, pues ahora, el jefe del Comando Sur, General Douglas Fraser, acaba de afirmar durante una audiencia en el Senado Estadounidense, “No tener evidencias de nexos existentes entre el Gobierno Bolivariano de Venezuela y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la ETA”. Estas palabras expresadas luego de las del subsecretario de Estado para América Latina de Estados Unidos Arturo Valenzuela, indican una gran contradicción en las posturas de los personeros políticos y militares de los representantes yankys en nuestra región suramericana. En esos entretelones de chismes institucionalizados por el gobierno del actual mandatario Barack Obama, se demuestran las intenciones de los enemigos jurados del proceso de cambios que vive América Latina y sus repercusiones en los intereses de la gran potencia del mundo, los gringos se notan nerviosos en sus argumentos contra el Presidente Hugo Chávez, buscan aliados en esta región y además, de acuerdo a los resultados obtenidos por ellos, la guerra informativa e ideológica utilizando más del setenta por ciento de emisoras y canales de televisión, son redireccionadas fundamentalmente a los sectores considerados bases de la transformación revolucionaria y apoyo a la construcción del Socialismo: los antes excluidos, los pobres. Anteriormente la clase media era el objetivo a alcanzar para los propósitos desestabilizadores en nuestro país.
Las próximas elecciones para elegir a diputadas y diputados a la Asamblea Nacional, tiene la trascendencia de realizarse en un momento político e histórico por el que atraviesa la revolución Bolivariana donde es necesaria su defensa en contra del avance de la contrarrevolución en las diferentes escenas mundiales capitalistas y algunas naciones latinoamericanas, como el caso de los resultados electorales en Chile y el golpe de Estado en Honduras, que fue apoyada por el gobierno gringo. Es importante resaltar que los que accedan al parlamento, deben ser muy firmes en sus convicciones.
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