27-01-23.-El ex secretario de Estado americano, Mike Pompeo, admitió que la opción de invasión militar a Venezuela siempre estuvo en el tapete para la administración de Donald Trump en su afán por salir del presidente de la República, Nicolás Maduro.
La revelación se ventila del libro del exsecretario de Estado y director de la CIA, Mike Pompeo, Never give an inch. Fighting for the America I Love (Nunca cedas una milímetro: Luchando por la América que amo).
"Esperábamos hacerle la vida tan miserable al régimen, que Maduro y sus matones tuvieran que hacer un trato con la oposición", explicó Pompeo.
Asimismo, explica en el libro que "en varios momentos, el presidente Trump, John Bolton y yo sugerimos la opción militar para Venezuela. Ninguno de nosotros queríamos hablar públicamente sobre este importante medio de presión".
Igualmente, el ex Secretario de Estado señaló en su obra, que Estados Unidos montó una campaña de presión sobre el gobierno de Maduro en concierto con aliados, lo que habla de la inversión millonaria para lograr este cometido.
También confesó que entregaron más de mil millones de dólares en ayuda humanitaria durante la administración Trump. 'El dinero era solo una forma de nuestro apoyo", afirmó.
Siguiendo el plan, se gestaron sanciones contra PDVSA y se confiscaron activos venezolanos, hasta cortar la capacidad de Venezuela para "exportar sus principales generadores de dinero, el petróleo y el oro", dijo Pompeo.
Las amenazas de integración multipolar entre China, Rusia, Venezuela, Irán y Cuba, percibidas por Washington, y en concreto la gestión republicana de Trump, llevaron a Estados Unidos a tratar de socavar por todas las vías al gobierno Bolivariano.
"A Estados Unidos no le importa cuando los países buscan construir lazos amistosos con otras naciones de nuestra región o incluso competir en igualdad de condiciones económicas. Pero en el espíritu de la Doctrina Monroe, no debemos permitir que China, Rusia e Irán interfieran en los sistemas de las naciones soberanas", destaca Pompeo en su libro.
Por consiguiente, admite su recetario injerencista de manera campante, dado que "Estados Unidos no debe tolerar que regímenes comunistas y socialistas hostiles, como los de Cuba y Venezuela, corrompan a otros países y los conviertan en bases en el extranjero para los adversarios de Estados Unidos".
Inclusive acusa a China de destinar 67 mil millones de dólares a Venezuela y con ello fungir como "salvavidas económico".