El régimen de producción capitalista, guiado por la búsqueda de la máxima ganancia, genera una división del trabajo que no sólo se concreta en la fábrica sino entre países y regiones del mundo:
1.- Obtención de plusvalor, explotando el trabajo.
2.- Adquisición de materias prima barata.
3.- Exportación de capitales, mercancías y maquinarias desvalorizadas.
Con el desarrollo de estas prácticas surgen los rasgos de la DIVISION INTERNACIONAL DEL TRABAJO, en la etapa imperialista del capitalismo:
a.- Mayor concentración y centralización de la propiedad en monopolios y en países hegemónicos.
b.- Unos cuantos países neocolonizados y dependientes se especializan en ser proveedores de materias primas e importadores de manufacturas.
c.- Se genera una relocalización industrial, donde en los países dependientes se ubican las industrias contaminantes, se aprovechan las llamadas ventajas comparativas (mano de obra barata, materias primas abundantes, seguridad jurídica, estabilidad política, apertura comercial).
d.- Los países imperialistas mantienen el control de la tecnología de punta y transfieren equipos y maquinarias obsoletos a los países dependientes.
e- Empleo del mecanismo de la deuda, para promover esta industrialización tutelada.
Como consecuencia de esta división internacional del trabajo, se producen diversos alineamientos de clases sociales, naciones y regiones en el mundo actual. De allí el permanente conflicto inter-imperialista e inter-monopolista por el control de los mercados.
II.- La construcción de un nuevo orden internacional, a través de la multipolaridad y la integración continental .
El gobierno del Cmdte Chavez ha venido promoviendo un cambio de las anteriores relaciones de dominación, bajo la premisa de que otro mundo es posible:
1.- Superación de la explotación del trabajo y del saqueo de nuestros países.
2.- Mejoramiento de los términos del intercambio, defendiendo un precio justo para nuestras materias primas.
3.- Enfrentamiento a la depredación y contaminación ambiental.
4.- Defensa de la soberanía tecnológica y productiva.
Esta orientaciones se concretan en un nuevo modelo productivo que coloca el acento en desarrollo humano y la integración social, centrado en las fuerzas propias, diversificando el aparato productivo y ocupando integralmente el territorio, tal como lo planteado el MIBAN y CVG en su nueva etapa.
En el plano internacional, esto se expresa en la lucha contra el imperio, particularmente la hegemonía del gobierno de Bush, del mismo modo en un nuevo enfoque de integración continental resumido en el ALBA.
III.- La inserción del sector aluminio en la división internacional del Trabajo.
Nuestro sector no podía escapar de las determinaciones impuestas en la división internacional del trabajo, ya que los gobernantes de la IV República , cuando impulsaron la industrialización en Guayana, lo hicieron bajo las orientaciones y visiones de las transnacionales y los grupos monopolistas del aluminio:
1.- Aprovechamiento por parte de las empresas transnacionales de las ventajas comparativas: energía, materia prima y mano de obra barata.
2.- Producción de aluminio primario e importación de manufacturas y derivados de dicho producto.
3.- Control tecnológico no sólo en equipos y maquinarias, sino en patentes y licencias.
4.- Imposición de precios y contrataciones leoninas.
5.-Alto nivel de contaminación y acumulación de pasivos ambientales en la región.
6.- Atomización y fragmentación del sector, al no tener la perspectiva de redes productivas.
En nuestras empresas del aluminio se han impuesto durante décadas planes, proyectos y programas que siguen esos dictados impuestos por las transnacionales ( Reynold, Alcoa, Pechiney, Glencore).
Esto se concreta en la propia visión-misión de nuestras empresas, pasando por las políticas de comercialización y compra, desarrollo de proyectos de ampliación,etc.
Si revisamos nuestros estatutos, allí se sostiene con orgullo que somos PRODUCTORES Y VENDEDORES DE ALUMINIO, sin un asomo de crítica a la inserción del sector en la división internacional del trabajo.
Desde este ángulo, se puede sostener que nuestras empresas no han estado alineadas coherentemente con las premisas de la soberanía tecnológica y productiva, ni mucho menos con proyectos de sociedad o de país en una perspectiva liberadora. .
III.- La urgencia de articular el sector aluminio y su inserción en el nuevo tejido productivo en construcción.
Las implicaciones de la División Internacional del Trabajo que reseñamos de una manera sucinta, ( el modelo de acumulación de capital, con una mayor concentración y centralización de la propiedad en los monopolios y en los países imperialistas, en el caso del aluminio: Alcoa, Alcan, Pechiney) demanda redefinir con urgencia las estrategias y políticas de nuestras empresas ( Alcasa, Venalum, Baxilum, Carbonorca, Alucasa, Alunasa ):
1.- Coordinación estratégica y alineamiento con las políticas del Estado en lo que tiene que ver con la geopolítica: multipolaridad, integración continental, ALBA.
2.-Conversión de nuestras empresas en plataforma para el impulso de la economía popular y el desarrollo endógeno en la región de Guayana y en el conjunto del país, de cara al Socialismo del Siglo XXI.
3.- Sinergia interinstitucional y concurrencia en planes y proyectos, funcionando como redes productivas, bajo los principios de la reciprocidad, corresponsabilidad, complementaridad, solidaridad. Esta articulación pasa por diversas áreas comunes:
- Investigación, adaptación e innovación tecnológica.
- Plan conjunto de compras, tanto de materia primas e insumos, como de respuestas y bienes – servicios.
- Política conjunta de comercialización y venta
- Acciones conjuntas en el mejoramiento ambiental y el manejo de los pasivos ambientales.
- Criterios comunes para el manejo financiero: deudas, precios,
- Promoción del desarrollo humano y la seguridad social de los trabajadores
- Estrategia comunicativa conjunta.
- Programas consensuados de formación permanente