El crimen cometido contra los militantes obreros migrantes en EEUU, que fueron ahorcados por reivindicar 8 horas para trabajar, 8 para descansar y 8 de esparcimiento, buscaba desaparecer la rebelión obrera y anarquista en el movimiento clasista de Chicago. Hoy, a 138 años del asesinato de los mártires ¡la lucha continúa!
Este 1ro de mayo del 2024 encuentra a los trabajadores venezolanos en una de las más insólitas situaciones vividas por la clase obrera venezolana. En la práctica, casi todas sus conquistas históricas han sido desmanteladas. La clase trabajadora vive hoy un estado de represión y persecución a sus dirigentes clasistas, cuyo argumento por parte del gobierno y los patronos es la defensa de un socialismo y la recuperación económica, que no tiene nada que ver con los trabajadores, sino que más bien obedecen a interés particulares, así como trasnacionales.
Las luchas de trabajadores que han logrado resistir en medio de la crisis social y política, manifiesta un resurgir del Movimiento Obrero y Popular, a pesar de todos los obstáculos, en una época marcada por el retroceso de las reivindicaciones. Esta dinámica ha tenido como centro la reivindicación de un salario que alcance para vivir.
La política de patronos y gobierno ha reducido el ingreso, instituyendo un salario mínimo ficticio de 130bs mensuales, remplazándolo por bonos llamados de "protección social". Una política patronal para mantener apenas en la subsistencia a la "mano de obra". Históricamente, el salario mínimo se formaliza en Venezuela el 4 de junio de 1974, establecido en 15 bs diarios, es decir, 450bs mensuales. Vistos en una proyección, hoy sería el equivalente al poder adquisitivo de unos 600 dólares de ingreso al mes.
Este marco general de la situación de los trabajadores representa la lucha producto de la contradicción Capital / Trabajo, frente al capital internacional y sus expresiones imperiales y neocolonialistas.
A nivel mundial, además de trabajadores explotados, la realidad obrera es de migración y desplazamiento. Algunas cifras que así lo muestran son impresionantes:
Existen al menos 108,4 millones de personas obligadas a dejar sus hogares. De ellos los refugiados representan 35,3 millones y de ellos el 41% son jóvenes migrantes menores de 18 años. Como consecuencias de los conflictos y la violencia, 1 de cada 74 personas en el mundo se han visto obligadas a dejar su lugar de origen de manera forzosa.
A nivel venezolano la situación de trabajadores migrantes es masiva. Según ACNUR, más de 8 millones de personas han salido de Venezuela buscando protección y una vida mejor de los cuales 6,5 millones se han dirigido hacia países de Latinoamérica y del Caribe. Hay un millón de solicitudes de asilo de Venezuela en el mundo, y más de 230 mil venezolanos reconocidos como refugiados.
La situación de carencias y precariedad es una realidad en la que los jóvenes venezolanos se abren paso como pueden para construir su vida. Se estima que el 49% de la población entre 15 a 29 años en Venezuela se encuentra en situación de pobreza y, de esos, más del 20% en pobreza extrema. Es decir, en una dinámica de "resolver" el día a día, con pésimas condiciones para el estudio y el trabajo.
Los desplazamientos forzosos de jóvenes venezolanos no son sólo al exterior. Según estudio de la UCAB existen al menos 1300 niños trabajando en las minas del estado Bolívar. Están expuestos a trabajos de más de 12 horas diarias, cargan peso no acorde a su estatura y edad, y laboran en espacios subterráneos y peligrosos de las minas. Así mismo, se denuncia la existencia de 3500 mujeres víctimas de la explotación sexual de las cuales 35% son adolescentes y niñas.
En este 1ro de mayo nos enorgullecemos de nuestra condición de clase. Reclamamos un mundo donde los trabajadores son sujetos del cambio y transformación social, donde la Juventud Trabajadora es protagonista de la lucha, la vitalidad y la fuente de renovación de la clase.
En este 1ro de mayo denunciamos a los patronos y al gobierno, y a los actores de los intereses imperialistas, que se sostienen sobre la desigualdad y la represión de la clase obrera, para mantener el sistema de explotación existente. Aún así, nuestra lucha no se detiene.
En este 1ro de mayo denunciamos a los esquiroles y traidores a la clase obrera que sirven a las organizaciones del capital o represivas, disfrazados de funcionarios públicos, sindicatos bajo control partidista o de ong’s, al servicio de impedir la rebelión y lucha obrera autónoma. Organizaciones donde ha crecido una mafia burocrática al servicio patronal, que cambiaron la militancia por la promoción del funcionariato y el oportunismo.
En este 1ro de mayo, queremos reafirmar la mística que poseían y poseen los militantes de la JOC, que contrasta con el oportunismo y la promoción social. Mística de los militantes de la JOC que en palabras de José Cardij escribía en 1958:
«La característica más fundamental de los inicios de la JOC fua aquella llamada absoluta y total para aquellas trabajadoras que debían formar a sus compañeras. Fue una época de muchas exigencias y compromisos apostólicos: dejar un buen puesto de trabajo para ir a trabajar a un taller, a una fábrica, para realizar un trabajo sucio, repugnante e infrahumano; aceptar compartir su almuerzo con las obreras en las fábricas de caucho o de seda artificial: ir a vivir a un ático o a un barrio de prostitución».
¡Arriba la dignidad y rebeldía de la Clase Obrera y la Juventud Trabajadora!
JOC Venezuela
1ro de mayo 2024.
