Ya es un lugar común hablar
de la transición, creo que lo hemos compartido como la comprensión
del nuevo camino que implica una Revolución democrática y pacífica
en la que lo viejo vive en paralelo con lo nuevo y lo peor: donde lo
viejo y lo nuevo se mezclan.
Los tiempos de la transición
deben de ser más severos por parte de quienes van a la vanguardia.
Cuánta falta le hace a nuestra Revolución un tanto de lo que le sobró
a la Revolución Cubana: la humildad, la entrega y el ejemplo de seres
que jamás tuvieron el dinero en sus pensamientos, que antepusieron
todo, de manera sacrificada, para ser iguales a cualquier cubano que
marchara con ellos. El Che, el padre del Hombrenuevo, jamás aceptó
percibir un salario que fuese superior al más bajo que se pagara en
Cuba, no aceptó privilegios de nadie y así como él la gran mayoría
de combatientes entendieron que la mejor forma de enseñar es el ejemplo.
Cómo me indigno al ver la
cultura de las camionetotas al frente de nuestra revolución, conductores
enfranelados que se creen superiores atrapados en sus confortables mastodontes,
como si fuese tan difícil entender la enorme distancia que ese rústico
4 x 4 pone entre el funcionario y su revolución, entre el pueblo de
a pie y su comandante. Pero allí van, tener un cargo público importante
sin camioneta??? La burocracia no es tan sólo la torpeza, lo
dilatado y la mala atención, burocracia es el endiosarse y creerse
que ser líder es tener privilegios.
Ya tenemos una pequeña burguesía
socialista, por ponerle algún nombre, persiste la corrupción y el
enriquecimiento, que lo más terrible que tienen, más allá de los
objetos materiales, es el veneno capitalista en las conciencias, que
marca una distancia insalvable, una falta de identidad con el pueblo
mismo y una grandísima decepción en el pueblo mismo que los mira.
El partido de la revolución, el PSUV, deberá abordar esta situación
que día a día se hace más dramática, el poder al pueblo y generar
la verdadera gesta de los líderes de a pie.
El proletariado chavista, nosotros,
vemos a diario esta realidad, ser chavista sin camioneta es ser un pendejo,
al más puro estilo adeco, es más de lo mismo. Hay que fomentar la
revolución dentro de la revolución ya!. Hay mucho pueblo que habla
y habla bien claro, yo los veo en los programas del Presidente, no son
guiones aprendidos, es conciencia y esa misma conciencia que tiene un
obrero, o un campesino, o un estudiante, para hablar con tanta claridad
sobre su lucha es la misma que necesita para darse cuenta de las cosas
que no andan bien.
El partido es del pueblo, es
la herramienta para profundizar y corregir todos estos entuertos. Hay
que tomar el partido. La base es quien dirá las cosas a la dirigencia,
la vaina es de abajo hacía arriba porque aquí quien manda es el pueblo,
o eso es lo que se nos dijo. Entonces el pueblo debe de asumir su papel,
debe saber que tiene ese derecho y utilizarlo al máximo en cada Consejo
Comunal, en cada ministerio, debe crear la forma de hacer sus denuncias
o de pedir que los funcionarios rindan cuentas ante el soberano y debe
exigir el cumplimiento del derecho de revocar el mando a quien no sea
transparente en su gestión.
El verdadero revolucionario,
humilde pero imponente, tendrá detrás de él al pueblo. A pie, a
caballo, en alpargata, pero con entrega y decisión, con coraje y con
honestidad.
¿Será que se podrán poner
carteleras en los Ministerios donde se puedan colocar denuncias sin
el temor a ser despedidos, será que los sindicatos podrán pedir a
los funcionarios que justifiquen su nivel de vida, será que se podrá
pedir cuentas de la gestión del jefe, será que se podrá hablar sin
miedo a represalias, será que se podrá ser revolucionario????
El deber ser, el deber ser
obligatorio de cada uno de nosotros nos exige ser insistentes
en esta lucha contra la burguesía interna y contra la burocracia de
las instituciones. Cuando no se pueda públicamente, recurrir al pasquín,
a la fotocopia, a la hoja pegada con goma en las paredes de los baños,
a los marcadores rayando las paredes de los ascensores, a los volantes,
a todas las formas de lucha necesaria, la denuncia, la denuncia y la
camaradería solidaria para impedir atropellos. Denuncias serias, por
supuesto, sustanciadas. Exigencias serias en casos que sean obvios.
Si uno sabe lo que gana un funcionario tal, no cuesta mucho comparar
su salario con el nivel de vida que está llevando y eso hay que pararlo
de una, sin miedo. Tomar fotos o videos con los celulares, grabar trácalas
y matracas, guardar comprobantes de pagos dolosos, esas son las pruebas
que nos pide el Comandante, entonces démosle el gusto y empecemos a
proteger y defender una revolución que nos pertenece. La lucha apenas
empieza y en la demora está el peligro.
Tu, yo, él, todos, somos los
soldados de a pie, todos somos el proletariado chavista y somos la mayoría,
defendamos lo nuestro. Más vale ser valientes ahora que sometidos después
de perderlo todo por la gula burguesa de ciertos dirigentes. Aquí no
vinimos a hacernos ricos ni a perseguir prebendas ni privilegios, un
revolucionario viene a hacer la revolución, con entrega total a su
pueblo, a los pobres de la tierra.
Adelante, siempre adelante!!!!!
Venceremos!