Hugo Chávez Frías, no solo constituye un líder regional que promueve los procesos de cambios soberanistas, democratizadores y de Justicia social más avanzados que se hayan producido en América Latina en los últimos 200 años, sino que identifica el esfuerzo más importante de los países de la región por superar las visiones mercantilistas y dependientes de la integración, para dirigirla hacia una integración que, preservando las soberanías necesarias de cada uno de los Estados y la autonomía de sus gobiernos plurales y valorando las asimetrías de sus países, puedan asociarse, en un esfuerzo por construir un polo de desarrollo científico, tecnológico, económico, comercial, social y cultural que, con voz propia e interés unificado, pueda participar activamente en la solución de los problemas fundamentales que hoy afectan a la región y a toda la Humanidad.
Ello explica como la ausencia temporal del comandante Chávez, del escenario internacional, a consecuencia de los serios problemas de salud atendidos en la República de Cuba, produjo una inocultable conmoción en los gobiernos, partidos, movimientos sociales de diverso signos políticos e incluso, sectores empresariales, al apreciar que una salida del escenario político del líder bolivariano pudiera desatar las acciones conspirativas y desestabilizadoras de las agencias imperialistas, de la OTAN y el sionismo internacional, afectando sensiblemente la estabilidad de la región, los delicados procesos de negociación sobre la integración y, los apoyos que desde el gobierno bolivariano se vienen dando a países del Caribe y Centro América, seriamente afectados por la crisis del Capitalismo Global.
También, las reacciones de los diversos gobiernos de la región pudieran revelar, incluso, que la diseñada operación de magnicidio, originada en los laboratorios criminales de las agencias imperialistas de inteligencia, las cuales fueron objeto, incluso, de debate público en el pasado reciente por algunos voceros de la ultraderecha venezolana y regional; aún cuando no ha sido descartada como una de sus opciones para tratar de derrocar a la revolución bolivariana, pareciera que hoy no figura como primera elección, por cuanto tal acción criminal no contaría con los apoyos políticos regionales que se manifestaron durante el Golpe de Estado y el Paro Patronal-Petrolero del 2002, por sus efectos sobre la gobernabilidad regional y el proceso de integración; tal como lo demostró el derrocamiento de Zelaya, en Honduras.
Los hechos en América Latina y el Caribe confirman que la etapa de la crispación política entre liderazgos y gobiernos, ocasionado por la irrupción del comandante Chávez y la revolución bolivariana, tiende a reducirse, en consideración a que la pluralidad de factores políticos han asumido su presencia como parte de la pluralidad política inevitable de la región y como un factor inevitable4 y necesario en todos los procesos de superación de los conflictos políticos y de negociación de la integración que hoy vive Nuestra América; neutraliza la antigua hegemonía imperialista sobre sus pueblos y gobiernos, lo que constituye uno de los triunfos más importantes de la revolución bolivariana y su líder, el comandante Hugo Chávez Frías.
yoelpmarcano@yahoo.com