Pildoritas 164 (año VII)

Un obrero en la ONU emulando con éxito a un gigante que allí mismo hizo historia

Así le duela a la derecha, así se retuerzan de rabia, así busquen minimizar el impacto, por todos los medios, el impacto, Maduro está demostrando en la ONU, que por alguna razón el Comandante Eterno tomó la decisión postrera de entregarle la enorme responsabilidad de continuar guiando el barco de la Revolución a buen puerto, por aguas borrascosas y llenas de piratas que nada tienen que envidiarle a los de la famosa serie fílmica “piratas del Caribe” y a más de un tiburón suelto por enemigos declarados, obstáculos estos que han venido siendo sorteados con éxito para mayor desconcierto de quienes aun no han entendido, que este proceso es irreversible y que a quienes se le oponen sin escatimar métodos fuera de la constitución, lo que les queda es seguir sumando derrotas y mantenerse como hasta ahora, como marionetas de un imperio que tampoco quiere asimilar que aquí como en otros pueblos de América, está invirtiendo muy mal sus dólares destinados a la subversión y que a quienes aquí tienen como piezas de su ajedrez maléfico lo único que les impulsa, es poder recibir los dólares que les permiten, por lo menos no sentir las carencias que se sienten cuando no se es gobierno y poder aprovecharse de él para fines individuales y poco o nada de los intereses colectivos, de un pueblo que ahora, con la Revolución, ha comenzado a ser la primera prioridad.-

Cuando como pez en el agua el Presidente Maduro habló en la ONU sobre el tema de la cumbre que trata el problema climático, uno se imaginaba en la misma situación a un Capriles que si por algo se ha destacado es por sus carencias en el manejo del lenguaje y en sus deficiencias en el conocimiento de temas esenciales.

Maduro concreto y conciso coincidió con la mayoría de los presidentes en señalar dónde están y quienes son sus gestores, las causas de el desbarajuste climático que tanto daño le ha venido haciendo al planeta y de cómo las grandes potencias son entes depredadores que poco a poco van acabando con toda forma de vida en la tierra y ponen en peligro el futuro de la generaciones por venir, es algo de lo que no hablaría un presidente de la derecha pues diría sólo lo que le escribieran o le que le permitieran decir sus amos.

Luego vimos al Presidente orgullosamente obrero, concretamente “autobusero” como le llamaron en dos editoriales medios de prensa escrita de gringolandia, desde una tribuna multifacética desde el una de las comunidades más pobres del imperio, desmontando mentiras sobre nuestra patria y colocando en su sitio, la palangre que con sus actos rastreros lo que hace es contribuir a consolidar la revolución y a dar la oportunidad de hacer lo que con éxito, está haciendo el Presidente, que no es otra cosa que dejarlos en evidencia ante el mundo como redomados mentirosos y faltos de profesionalismo.

Falta ahora verlo y oírlo diciendo, como él lo ha anunciado ”las verdades de Venezuela” en uno de los centros. bastiones de las conspiraciones mediáticas contra la revolución bolivariana. Allí va a demostrar, una vez más, el por qué le fue entregado el testigo por parte de el padre inspirador y creador de un camino, que poco a poco ha venido demostrando que es el único capaz de lograr la igualdad, la justicia y el amor verdaderos, entre todos los habitantes de esta tierra de gracia que es Venezuela.

Su paso por este evento mundial va a servir para calibrar una vez más, cómo fue de asertivo el gigante al escogerlo para continuar su obra y ser capaz de pararse ante el auditorio de mayor jerarquía del poder global, para sin tapujos, con la verdad por delante refutar las mentiras que se cocinan en laboratorios de guerra sucia para que los aperadores tarifados de aquí se encarguen de replicarlas mil veces.


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Saúl Molina


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