La derecha venezolana está de fiesta por el reciente triunfo de Mauricio Macri, nuevo presidente argentino, y no precisamente por que les preocupe la República de Argentina, en realidad ese país en cuanto a su presente y futuro como nación, les importa un pepino, así como tampoco les importa Latinoamérica, excepto en lo que tiene que ver con el aprovechamiento de las inmensas riquezas naturales: minas, aguas y biodiversidad, para ponerlas al servicio de las oligarquías depredadoras que se adueñaron de los países latinoamericanos en las últimas centurias; para la oposición venezolana el norte no es el sur, como dice una conocida canción revolucionaria suramericana, que afirma que en contrario para los revolucionarios del sur de río Grande hasta la Patagonia, el Norte es el Sur.
La complacencia de la oposición organizada en torno a la MUD (Mesa de la Ultra Derecha) es que Washington recuperó una de sus ovejas pérdidas, que durante 12 años estuvo extraviada en el campo de la izquierda, en sus matices reformistas, durante ese lapso el pueblo pobre Gaucho logro reivindicaciones antes negadas por los De La Rua, por los Menen y otros, y cuyas reivindicaciones a ahora pasarán a circunstancias inciertas, posiblemente volverán los fondos buitres, el corralito y la inestabilidad política, que reinó antes de la llegada de los Kischner al poder, podríamos decir parafraseando al poeta Gustavo Adolfo Becquer que “Volverán las oscuras golondrinas”.
La oligarquía venezolana no es nacionalista, como en buena parte de las oligarquías sucreñas si lo son, pero en el caso de Mauricio Macri se da la particular circunstancia de su alineación con los mentores de la MUD, en el mero centro del capitalismo mundial, con sus conexiones con Europa, hablamos de Inglaterra, España y Alemania para citar los más conspicuos del viejo continente, es lo que explica la arremetida de esta personaje contra Venezuela al solicitar la aplicación de la Carta democrática de la UNASUR, por infundada acusación de “persecución a los opositores y cercenar la libertad de expresión”, pues piensa Macri (si es que este señor realmente piensa...) que debilitando al gobierno bolivariano le asentaría un duro golpe a los gobiernos progresistas de la región, dada la influencia que dejara el Comandante Hugo Chavez con el Proyecto Bolivariano en el concierto de algunos países latinoamericanos, donde destacan Bolivia, Ecuador y Nicaragua, así como también su influjo en Uruguay, Paraguay, Brasil, la Argentina en los tiempos del kirchnerrismo, y de diversos países del Caribe.
Macri, un empresario prestado a la política, dueño de decenas de empresas, un hombre de pensamiento y acción de la Derecha, por cierto que una derecha poco ilustrada, que nunca se ha tomado tiempo para consultar ni siquiera los clásicos del pensamiento liberal, como son Montesquieu, Adam Smith y John Locke, como soporte teórico del capitalismo, idéntico en ese desconocimiento a la derecha venezolana, Macri es el nuevo líder del sector enajenado de la sociedad argentina, que tanto admira ahora la oposición venezolana, su plan de gobierno es muy simple, cual es el de servir a los supremos intereses de las transnacionales y del poderío que desde Washington mediante las recetas del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, amén de los designios del Departamento de Estado y la OTAN.
La tan cacareada amenaza de Mauricio Macre contra Venezuela en MERCOSUR, le cae como anillo al dedo a la MUD ante la actual coyuntura electoral del 6—D, consideran ellos que se trata de una ayudaita nada despreciable, en su probable camino a una victoria electoral y es que la MUD ha cifrado tal posibilidad en “otros” es decir en la “otredad” como suelen decir nuestros amigos Sociólogos.
Mariano Crespo. Mcrespo48@yahoo.es