La DEA y la CIA son hermanas siamesas. Y más que eso, socias en cuanta cosa sucia haya que hacer para desestabilizar en el mundo y ensuciar el nombre de cualquier persona, así se trate del Papa Francisco. Por eso, no tengo duda que, a los jóvenes sobrinos de Cilia Flores, pudieran haberles inculpado falsamente para dañar al presidente y con ello al proceso que aquí desató Chávez. La salida de la DEA de Bolivia y Venezuela se tradujo en brusco descenso de las operaciones ligadas al narcotráfico en esos dos países. Las cifras dadas aquí y allá, no les pongo en duda. Porque el objetivo de esa organización no es el combate contra la drogadicción y los manejadores del negocio, que en EEUU, unos y otros, siguen campantes e intocables, sino inmiscuirse en la política interna de los países donde operan. Pero esa creencia nuestra, todavía aunque nos pese, no es la de la mayoría de la gente, de esa que por el chavismo hasta ahora ha votado, menos de quienes están del otro lado o se mantienen NI-NI.
Pero tampoco nosotros los ciudadanos tenemos la manera cómo saber a ciencia cierta cuándo la DEA detiene a unos traficantes de drogas de verdad, porque para mantener las apariencias, de vez en cuando algo de eso hacen.
Es posible que la alta dirigencia del PSUV, o los más allegados a Miraflores, tengan la absoluta convicción que esos dos jóvenes son víctimas de una patraña. Yo tampoco, como dije, lo dudo. Pero, como la mayoría de los venezolanos, no tengo como asegurar eso. En este caso, como es propio de la condición humana, me mantengo al margen y observo. Y, hasta, me siento más inclinado en creerles inocentes. Pero no tengo los medios para llegar a eso. Esta actitud mía es la misma de un buen número de venezolanos, militantes o no del chavismo. Como también es cierto que, una buena cantidad de ciudadanos por razones demasiados obvias, ya les condenaron. Por eso, creo poco prudente arriesgarse en exceso.
Por eso también, me había parecido acertada la actitud de prudencia que hasta ahora ha mantenido Miraflores y el partido. En todo caso, por lo menos que yo sepa y de ser cierto es bueno publicitarlo, no se trata de dos jóvenes dirigentes de este último que andaban en el cumplimiento de una tarea en correspondencia con la moral del mismo. Por lo menos, eso no se ha dicho; sólo se habla de relaciones familiares. A ellos, simplemente se les ha mencionado como sobrinos de la "primera combatiente" que es distinto a ser cuadro del partido en tareas inherentes a éste. Fueron detenidos en Haití, violando la DEA todos los procedimientos legales, hasta los inherentes a ese país y llevados ilegalmente a EEUU, mientras cumplían labores privadas y a bordo de una aeronave del mismo carácter. El hecho que estén incursos en los delitos que la DEA alega, no se justifica el procedimiento; por esto mismo, así como hubo responsabilidad del gobierno haitiano, al cual pese todo habría que solicitarle explicación, es valedero defenderlos de ese abuso a quien en bien competa.
Es pertinente que los suyos, hasta el Estado venezolano, se me ocurre por intermedio del "Defensor del Pueblo", sobre todo siendo comprobadamente inocentes, salgan en su defensa. Los suyos, por circunstancias propias de la condición humana lo harían en cualquier circunstancia y el Defensor del Pueblo por tratarse de unos nacionales presuntamente afectados en sus derechos, pero no parece serlo, cuando Jorge Rodríguez, a nombre del partido, asume la defensa de esos jóvenes. No luce políticamente como muy acertado, sobre todo en medio del marasmo en que se ha convertido la política venezolana. Los grandes medios ya se han encargado de convencer a mucha gente, distinta a la tanta que ya lo estaba, que los juzgados en EEUU son lo que la DEA ha dicho que son. Quizás el gesto de Rodríguez esté lleno de buena fe y deseos de ser solidario, pero parece como demasiado atrevidamente impolítico.
Si son inocentes, y repito no lo pongo en duda, estoy más dado a creer eso que lo contrario, no es al PSUV, por medio de uno de sus prominentes dirigentes, a quien corresponde debatir con las autoridades judiciales norteamericanas sobre eso. No hay duda, estando las cosas como están, que eso producirá más daño al proyecto bolivariano que lo que ya le han hecho.
Si son inocentes, repito y como la idea de la DEA y CIA, cosa que no dudo, también repito, es dañar al proceso bolivariano por los nexos familiares de por medio, voto por defenderles, como ya dije, por intermedio del Defensor del Pueblo y todos los medios pertinentes al alcance, que no tiene que ser vincular al partido a ese asunto.
Me atrevo a decir esto corriendo el riesgo que envuelve, porque me preocupa que la confusión haya cundido tanto entre la dirigencia revolucionaria, como para que un dirigente político y psiquiatra, como Jorge Rodríguez, pareciera no comprender asunto que parece tan simple.