El siglo XX recibe al mundo con una gran confrontación armada: la Primera Guerra Mundial. Transcurrían los años entre el 1914 al 1918. La comunicación entre los océanos Pacífico y Atlántico es posible gracias a la construcción de El Canal de Panamá. Ello significaría que el viaje alrededor del mundo se reduce, en casi, 13 mil kilómetros. El mapa político del viejo continente estaría lleno de imperios pero desde las postrimerías del siglo XIX Europa se divide en alianzas. Francia y los imperios ruso y británico forman el Triple Entende. Entre tanto, los imperios Austrohúngaro y alemán junto a Italia constituyen la Triple Alianza. La revolución bolchevique conquista el poder y Europa es sacudida por el derrumbe de los antiguos imperios totalitarios. La Alemania agresora, en su expansión, pierde la guerra pero no su poderío militar. Los acuerdos se suceden pero es el Tratado de Versalles, del 28 de Junio de 1919, mediante el cual se crea la Sociedad de Naciones, (SDN), quizás el antecedente inmediato de la Organizaciones de las Naciones Unidad, la ONU.
Sin embargo, tres lustros después, el mundo vive un conflicto armado que significaría: Campos de exterminio y de concentración, masacres masivas, gethos, bombardeo a civiles, violaciones a mujeres, experimentos con humanos. Significaría: el napal y la bomba atómica. Se trata de la Segunda Guerra Mundial.
Si la Primera Guerra Mundial dejaría a la humanidad el saldo de 8 millones de muertes y 6 millones de inválidos; la Segunda Guerra Mundial acabaría con el 2 por ciento de la población del mundo de entonces. Ello en cifras absolutas se expresa en 62 millones de muertos. Hiroshima y Nagasaki constituyen la memoria de la humanidad doliente.
La segunda confrontación mundial deja a las naciones otro escenario político, económico, territorial, incluso espiritual. Dos superpotencias emergen con capacidad nuclear para destruir el mundo. Estados Unidos y la Unión Soviética, de entonces, se reparten el mundo y necesitan de un organismo para justificar sus imperios. La diplomacia crea una instancia internacional para justificar el nuevo neocolonialismo y la consolidación del capitalismo trasnacional. Las armas se convierten en el mejor argumento para lograr persuadir al enemigo. La tecnología al servicio de la confrontación armada. Estados Unidos fabrica un buque cada 24 horas y un avión cada 5 minutos. El costo económico de la II Guerra Mundial estaría cercano a los 2 billones de dólares.
Teherán. 1943. Franklin Delano Roosevelt, entonces presidente de Estado Unidos, sugiere el nombre: Naciones Unidas. La primera conferencia se realizaría en San Francisco, entre abril y junio del año 1945. La Carta de la Naciones la firmarían 51 países. Hoy en la Organización de las Naciones Unidas, la ONU, participante 192 países. Su estructura está integrada por seis (6) órganos principales: La Asamblea General, tres (3) Consejos: de Seguridad, Económico y social y de Administración. La Corte Internacional de Justicia y la Secretaría. Además posee programas, órganos anexos y especializados, institutos de investigación y capacitación, así como comisiones orgánicas y regionales. Los idiomas oficiales de la ONU abarcan: el árabe, el chino, el francés, el ruso, el inglés y el castellano. Oficialmente, la Organización de las Naciones Unidas, nace el 24 de Octubre del año 1945.
El Consejo de Seguridad de la ONU está constituido por 5 países miembros permanentes: China, Rusia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos. Además participan 10 miembros no permanentes. Nuestro país ha sido elegido cuatro (4) veces con esa condición del Consejo de Seguridad. Venezuela desde el año 2004 ha anunciado su candidatura al Consejo de Seguridad como miembro no permanente con la decidida propuesta de trabajar por “un nuevo pacto mundial de Naciones Unidas”. “La voz de Venezuela es una reflexión que asume el mandato de Naciones Unidas, del respeto al derecho internacional, del respeto a los derechos humanos” “…en lucha contra los demonios del hambre, la miseria y la muerte que azotan al planeta”.
Los cipayos de la oposición, de todas la calañas, incluyendo medios de comunicación industriales masivos privados, la jerarquía católica y demás especimenes se afincan en el hecho cierto que no alcanzamos la votación necesaria para la elección a miembro no permanente del Consejo de Seguridad y esconden la tremenda derrota de Estado Unidos al no alcanzar las dos terceras partes de los votos. Venezuela se ha atrevido a proponer la reforma de la ONU. Un cuadro internacional parece asomarse con aires de transformación. La votación en la ONU obliga a Estados Unidos a considerar la nueva realidad de América Latina. De dignidad se trata.