En un primer momento cuando a Rafael Correa se le pidió una opinión sobre los hechos que comenzaban a conocerse en relación con la invasión y violación del territorio de Ecuador por parte de Colombia y donde asesinan a Reyes, miembro del secretariado de la FARC y a unos estudiantes de la UNAM; el Presidente de Ecuador condenó el hecho, pero expresó inmediatamente que conocería primero los detalles para hacer luego el pronunciamiento oficial.
El 02,03/08 en el programa “Alo Presidente”, Chávez anuncia el rompimiento de relaciones con Colombia, ordena el traslado de diez batallones a la frontera y expulsa al embajador de Colombia. Rafael Correa, quien fue directamente afectado, decide, uno o días después que Venezuela, romper relaciones con Colombia, expulsar el embajador e iniciar una gira por varios países en búsqueda de solidaridad y de apoyo para lograr una contundente condena a la política de Uribe y de los Estado Unidos.
El Chávez del domingo 02/03/08 se ubica en la línea de los Estados Unidos, porque Colocó su verbo y una decisión militar en una dirección que coincidía con la política del Plan Colombia o con uno de los objetivos de esa operación. El suceso del Ecuador había que verlo y condenarlo contundentemente, pero Chávez debía haber sostener una postura que lo mantuviera en el camino de consolidarse como una figura de la paz. Su posición inicial emotiva y apresurada contribuyó para que el Plan Colombia con una única piedra en la “gomera” se diera el lujo de darles a dos pájaros al mismo tiempo. Se necesitaba pegarle al Proceso de canje humanitario y meter el proceso paz en un sendero sin posible retorno.
La XX Cumbre del Grupo del Río en Republica Dominicana toma el tema de Ecuador y lo convierte en el centro del debate. Después de larga jornada de insultos y en vías de lograr lo que no era posible concretar en la OEA: Rechazo Contundente a Uribe y al Plan Colombia, emerge un “clon” de Chávez que se ubica en cosas de unos pocos días en el otro extremo de su posición anterior.
Auque su primera posición se calificó y justificó como una posición preventiva, parece estar claro que fue apresurada y la colocó contra él, porque en unos quince minutos de guerra; el plan Colombia y Estados Unidos tenían el tiempo y la tecnología suficiente para liquidarlo con una bomba inteligente y en una situación de guerra todo queda plenamente justificado.
Rafael Correa estará ahora meditando sobre el tiempo que perdió en su gira para lograr un rechazo contundente a Uribe y al Gobierno Colombiano. En vez de un rechazo contundente, la cumbre del Grupo del Río sirvió para cambiar ese rechazo contundente por una especie de “penitencia” que Uribe no tardó en cumplir dándole la mano a Rafael Correa, a Chávez y a Ortega.
La cumbre permitió a Uribe gozar de esta penitencia, a Rafael Correa dejarle esa mirada a Uribe y a los venezolanos, nos dejó nuevamente frente a dos Chávez. Uno, el comandante Diplomático, muy distinto al que mencionó al Diablo en un foro internacional y otro, el comandante impulsivo, emotivo y capaz de contradecirse o de romper una línea de trabajo.
Nos queda la esperanza que con la elección de la Directiva del PSUV, haya posibilidad de ponerle el cascabel al gato. A partir de ahora (esperemos), estos temas y problemas deberán ser discutidos en mayor profundidad y eso nos permitirá mejores decisiones políticas.
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