Las estrategias diplomáticas y políticas de la oligarquía Colombiana, siempre se han impuesto a las venezolanas. De esa manera, nos han arrebatado grandes cantidades de territorio, sin siquiera poner el dedo en el gatillo de un fusil para defenderlos. De igual forma han manejado las lógicas políticas y diplomáticas, para poner a nuestra nación y a las otras vecinas, que les cuiden sus fronteras, so pena de ser acusados de complicidad con la guerrilla. Ya desde la época de la guerra de independencia, la oligarquía colombina tenia su juego definido en base a sus intereses (eso Ud. lo sabe presidente, pues a cada rato lo recuerda ¿verdad?). Históricamente nuestra nación ha cedido a las pretensiones del mal llamado “país hermano”, con el pretexto de la hermandad, de la unidad y de la integración. Como cosa curiosa, esa conducta en vez de favorecer los intereses de Venezuela y del pueblo colombiano, los ha perjudicado y, favorecido a esa mafia maligna y traidora que es la oligarquía colombiana. Cuando Santander pacta con el imperio naciente del norte (obedeciendo instrucciones de los amos del poder), la disolución de la gran Colombia, a cambio de favores y protección de las clases poderosas, fijó una línea política y diplomática dependiente, pero que les garantizaba ganancias a las pocas familias en el poder neogranadino, línea que ha permanecido en el tiempo. Y para mantenerla, no les ha importado masacrar al pueblo colombiano cuantas veces les ha sido necesario – historias hay muchas - , al igual que los lideres que pretendieron romper ese esquema, empezando por Sucre y Bolívar - a quien si es cierto fallaron en su intento, lo mataron de a poco, hasta llevarlo a santa marta ya diluido -, luego Gaitán y sigue la lista interminable.
En los días presentes, señor presidente, el pueblo venezolano nos jugamos Rosalinda con Ud. Apostamos a romper todos los esquemas históricos por los cuales nos mantenían oprimidos y esclavizados, tal como al pueblo colombiano. Por eso es menester hacerle la observación. Que la conducta tradicional respecto a los poderes dominantes en Colombia, tiene que cambiar y radicalmente. No podemos seguir siendo blandengues y condescendientes, mientras éllos ponen al pueblo sufrido colombiano como pantalla para hacernos ceder a sus chantajes. Éllos, presidente, hunden intencionalmente al pueblo colombiano en la miseria, para usarlo luego como instrumento a su favor. Con eso, en vez de ayudarnos y de ayudar a los pobres de esa nación, los estamos enterrando más en los fangos de la opresión. Ayer vi con tristeza como Ud. cedió ante los mensajeros llorones de Uribe, para que se suavice y le ponga otra vez la gasolina barata en bandeja de plata, que les siga comprando sus productos de mala calidad, que permita que los asesinos paramilitares (cómplices o producto de la oligarquía colombiana) sigan traficando los productos básicos de Venezuela como contrabando hacia Colombia, con lo que hacen grandes ganancias; mismas con las que adquieren armas del imperio, para seguir asesinando gente en Venezuela y Colombia, seguir secuestrando en Venezuela y Colombia, traficar con drogas hacia Venezuela, destruir la juventud de Venezuela y Colombia, formar sicarios en Venezuela y Colombia, lavar dinero en Venezuela y Colombia. Todo eso para beneficio de la oligarquía maligna de Colombia y sus amos del norte Sion Judíos.
Se entiende Sr Presidente, que en las cosas de esta índole hay que ser estratégicos, pero debe ser otra estrategia, no la que mantenga las cosas a favor de los que siempre se han favorecido. Si es necesario, y creo que las condiciones así lo imponen, romper los lazos comerciales definitivamente con Colombia ahora, hay que hacerlo. Habrá daños económicos, es seguro. Pero también es seguro, que de continuar con la actitud blandengue hacia el gobierno de Colombia, a la mediana, resultará más dañina y con mayor proporción de muertos y lesiones, que a la larga serán más difíciles de curar. Señor Presidente Hugo Chávez. Váyase por la senda menos dañina. Corte relaciones con el gobierno colombiano y corte las relaciones comerciales que más les afecten. Es lo mas sabio y menos dañino. Para después las cosas serán peores. Démosle en la madre a la oligarquía, golpeémosla donde más les duele: en el bolsillo. A la larga será de beneficio también para el pueblo colombiano. Esa seria una forma de ayudar a definir de una vez por todos las posiciones en ese país. O están con el pueblo o con la oligarquía. Hay algo que Ud. como gobernante no puede hacer. Pero el pueblo Venezolano si, ese algo es apoyar logísticamente a las FARC y al ELN. Pues aunque no querrán reconocer algunos. Son aliados del pueblo Venezolano y de las luchas populares colombianas. Por algo el imperio y la oligarquía las atacan. La verdadera unidad latino - sur - caribeña, pasa por reconocer a los aliados reales y no a los fantasiosos y traidores como las oligarquías colombianas y de todos los países. Esa señor presidente; es la única forma valedera para frenar las apetencias imperiales y oligárquicas. Por favor no repitamos los mismos errores históricos. Debemos ser firmes. Que no pase lo de 1941. No más cesión ni concesión a los vampiros oligárquicos Colombianos. No debemos actuar como niños malcriados. Si retiramos al embajador, ha debido ser producto de un profundo estudio, no de malcriadez o rabia momentánea. Es asqueroso mantener relaciones diplomáticas con un gobierno que lame botas de nuestro enemigo, que le hace el juego y es cómplice en los intentos de destruir a nuestra patria. La basura narcoterrorista y traficante de Uribe, no puede seguir jugando con la dignidad de Venezuela y el pueblo Colombiano. Ya basta de ser pendejos Presidente. Póngale coraje a la vaina. Ahh otra cosita, camarada presidente. Las minas de cerrejón le corresponden al lado Venezolano de la frontera, no permitamos que Colombia las siga explotando. Asesórese bien y descubrirá la certeza de esto esa cesión fue una traición más de CAP
javiermonagasmaita@yahoo.es