El motivo original es recordar la traición de Judas Iscariote a Jesús Cristo, pero en el rito venezolano tiene un significado simbólico de justicia popular, pues a través de esta tradición, la población manifiesta su descontento con determinados aspectos que afectan su vida cotidiana o el comportamiento de algunos políticos.
Los participantes en la quema del Judas elaboran los muñecos con telas, ropas viejas y trapos y lo rellenan con fuegos artificiales que los explotan luego del ahorcamiento del traidor.
La ceremonia comienza cuando la comunidad escoge a la persona por sus acciones contra el país, que en este año probablemente existan más de un candidato para la representación del Judas Iscariote venezolano.
Una vez identificado el personaje que amenaza con sus actos a la colectividad, se procede a la escritura en forma sarcástica el testamento con un resumen de sus acciones deleznables, sus faltas y la expresión de sus últimos deseos.
Posteriormente, los participantes elaboran el muñeco a semejanza del traidor, su castigador le coloca una soga al cuello y lo arrastra por las calles mientras lee el testamento; luego lo sube a un árbol para ahorcarlo y quemarlo con los fuegos artificiales.
Cuentan que el primer Judas quemado en Venezuela lo elaboraron los indios en Cumaná, estado de Sucre, en 1499 para representar al conquistador italiano Américo Vespucio, quien los engañó con baratijas y espejos para que le construyeran un bergantín.
Vespucio se marchó con la embarcación y jamás regresó, por lo que los indios hicieron una especie de espantapájaros a semejanza del conquistador, le prendieron fuego y bailaron al son de los tambores y chirimías (una especie de flautas).
En Caracas, la primera ceremonia de este tipo tuvo lugar en 1801 y a partir de esa fecha se hizo común en el Domingo de Resurrección.
Actualmente, hay varias figuras públicas candidatas a ser representados en los muñecos tradicionales, pues Venezuela padece un bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, a pedido de varios dirigentes de la oposición, el cual afecta considerablemente la economía de la población.
Esta situación se recrudece con los desconsiderados precios de productos básicos, así como su desabastecimiento, provocados por empresarios privados para atentar contra el desarrollo de la economía nacional.
Esos mismos personajes promovieron acciones violentas de abril a agosto del año pasado como parte de un plan de golpe de Estado que dejó más de 120 personas muertas, miles de heridos y cuantiosos daños materiales.
Por el fracaso de esa agenda terrorista y su incapacidad manifiesta de alcanzar el poder de manera constitucional, esos opositores participan en una campaña mediática contra su país con el fin de encontrar la excusa para que se materialice una agresión militar.
Además, individuos inescrupulosos atacan los servicios básicos como el suministro de agua y electricidad o las estaciones del metro, un transporte sumamente utilizado por la clase trabajadora, con la intención de perturbar la tranquilidad de los venezolanos y desalentarlos en su lucha por alcanzar un mejor porvenir.
Ya tenemos listo este otro JUDAS que vamos a quemar el Domingo en Delta Amacuro por APATRIDA,TRAIDOR,LAMEBOTAS ETC. pic.twitter.com/LweKmexOAs
— YolysP. (@1412Yolis) 31 de marzo de 2018