Primarias o consenso

Para la oposición venezolana, los logros de la Revolución Bolivariana no existen. El trabajo mediático para diluir el avance del país y ocultar el creciente cambio hacia el bienestar del colectivo, lo observamos a diario en los diferentes medios de comunicación. Con la complicidad de agentes internacionales, la derecha recalcitrante genera caulaquier matriz de opinión para “demostrarle al mundo” la supuesta dictadura que aterroriza al pueblo venezolano y le violenta los derechos humanos. La solidaridad inmediata no se ha hecho esperar; cantidades de filofascistas se pronuncian por medios internacionales en contra del gobierno del Presidente Hugo Chávez y asumen la defensa de los seudo mártires que son juzgados por delitos comunes y que pretenden pasar por perseguidos políticos.

Las recientes elecciones internas convocadas por el PSUV nos dan cuenta de otra realidad. Se llamó a sufragar para elegir los representantes a la Asamblea Nacional. Quien se pronunció por los candidatos naturales fuela base del partido. En igualdad de condiciones, el pueblo eligió a sus representantes. Mientras la oposición impuso a la mayoría de sus cadáveres políticos por “consenso” tomando en consideración los intereses personales y la megalomanía por el poder, el PSUV respetó la decisión de sus electores. La realización de primarias en el seno de quienes apoyamos al presidente Chávez demuestra el carácter democrático, participativo y protagónico que pervive en las huestes del proceso revolucionario.

Hoy, después de once años de revolución nos encaminamos hacía un verdadero socialismo. Quedó de lado el egoísmo y el desprecio por las clases populares que caracterizó a la oligarquía durante décadas. Las misiones sociales acabaron con la exclusión que se encontraba enquistada en la sociedad. La inquina demostrada por las élites políticas y económicas en contra de las clases más desposeídas desapareció para darle paso a la igualdad. El pueblo ha madurado políticamente; la Constitución aprobada en 1999 le da herramientas para defender sus derechos y vivir en la más completa libertad. El disfrute de los derechos humanos está contemplado sin restricciones y por lo tanto, quien ejerce la soberanía es el pueblo.

El ejemplo dado por el PSUV debería ser imitado en los predios de la oposición golpista. El ejercicio de la democracia está condicionado por el respeto a la opinión de los electores. No puede considerarse representante de un colectivo quien se designa a dedo y de acuerdo al reparto de parcelas de poder. La mesa de unidad se convirtió en un adefesio para imponer la mayoría de candidatos obviando los procedimientos de elemental respeto por la decisión de escoger a quienes se consideran los verdaderos representantes de sus seguidores.

caminosaltair@hotmail.com


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