A muchos nos debe haber impactado de manera positiva el despliegue que desde el PSUV se está haciendo para atender las elecciones de este 26 de septiembre, porque las expectativas y esperanzas de logros son buenas. Solo que no podemos ponernos descansar y pensar que ya el trabajo está hecho y los logros y metas alcanzados.
No, debemos estar claros y poner los pies en el piso, bajar a la realidad terrenal, y nacional, dejar de pensar que la oposición es incapaz, que no pueden con los revolucionarios, y todas esas consideraciones que pueden llevarnos a un triunfalismo desmedido, como se siente entre algunos de los seguidores del comandante, ello, el triunfalismo es junto a la abstención el enemigo a vencer. El triunfalismo puede llevar a muchos a pensar que su voto no hace falta porque ya ganamos, y eso es un gran y garrafal error que nos conduciría a la llegada de un elevado número de diputados opositores a la Asamblea Nacional con consecuencias impredecibles para el adelanto del proceso de cambios y hasta de retroceso si el número de opositores en la asamblea nacional es suficientemente alto, que les permita revertir los logros alcanzados hasta ahora.
Quizás muchos de los que dan la cara por la oposición no sean muy hábiles en cuestión de promoción de sus candidatos, pero eso no le preocupa a los que de manera silente y hasta de forma invisible, mueven las teclas y mueven los hilos de las tramas y de los programas de la oposición, hay gente muy inteligentes y con mucho conocimiento y habilidad en eso del manejo y manipuleo de la conducta humana, y ellos se encargan y seguirán haciéndolo, de suministrar las recetas, las líneas y los contenidos a quienes se encargan de divulgar el mensaje de la oposición en procura de mantener sus votos duros, hacer ver a los seguidores del proceso de cambios que están siendo engañados y hasta utilizados por el chavismo y sus dirigentes, para que no se motiven a votar, y de buscar que algunos de esos seguidores del chavismo ya desilusionados voten a favor de los candidatos de la oposición.
Una muestra de ello la podemos ver en el desarrollo de la actividad proselitista de la oposición, que no se refiere a las propuestas de progreso en materia legislativa, sino que por el contrario, hablan de eliminar las leyes que han dado base legítima y legal a los cambios realizados en estos once años, en especial las que permiten la existencia de las misiones, descalifican misiones emblemáticas y funcionarios que las atienden, como la misión alimentación, barrio adentro y todos las misiones que de una manera u otra le permiten tener una mejor calidad de vida a un buen grupo de venezolanos, en especial a los excluidos de siempre, que tienen una esperanza de mejora con este proceso de cambios liderado por Chávez.
Ellos saben que tienen una votación cautiva, saben que con dos tarjetas diferentes eliminan la posibilidad de filtro por la aplicación del método de Jhon, disculpen si el nombre está mal escrito, lo cual lo vemos en la lucha encarnizada que se libró por los primeros puestos de la lista a la asamblea nacional, y ello no obliga, a pesar que algunos candidatos del oficialismo no nos gusten, o no nos convenzan, a realizar el trabajo político que permita que la Asamblea Nacional pueda estar integrada por lo menos de las dos terceras partes de chavistas, para parar las intenciones de la oposición de revertir el proceso de cambios. Con sus significadas y nefastas consecuencias para la mayoría.
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