Gozando un balón

Desde lejos se le nota la tristeza. Parece que viene canturreando la vieja canción de Chelique Sarabia: “Triste sí sé porque estoy triste sí sé, mi alma llorando está” Como siempre, viene deslumbrante a pesar de la tristeza que trae como equipaje. La gente pasa a su lado y no se puede contener y se vuelve para seguirla viendo. El cuerpo de Cinthya Machado Zuloaga en el Centro San Ignacio es un espectáculo gratuito y muchos se quedan asombrados al verla caminar.

Me levanto y le doy un beso. Ella, con toda esa tristeza encima, se sienta, y cuando está a punto de comenzar a decirme algo, el mesonero nos interrumpe con la botellita de agua Evian y el café negro, y le dice. “Alegre esa cara, señorita Machado Zuloaga, yo sé que parte de su familia son unos delincuentes, pero usted es una mujer seria y honesta”.

Y entonces me mira llorosa y dice. Todavía sigo con esta tristeza, con esta especie de vergüenza mundial, mientras todos están gozando un balón con el mundial de fútbol, yo estoy viviendo esta tragedia en varios actos. Tu Presidente nos llama todos los días parásitos, y eso tiene mucho de cierto. Y después de lo que hizo mi tío Guillermo yo camino por allí como un zombi, una abandonada, porque se trata de ser decente, y eso, la decencia, parece que nos abandonó, snif snif, snif.

Llora Cinthya y no hay nada más triste que ver a la mujer más bella del mundo llorando frente a uno. “El ridículo nacional e internacional que estamos haciendo no tiene nombre. Recuerdo que Carlos Fernández, aquel presidente de Fedecámaras, después de llamar a la gente a tumbar el gobierno haciendo guarimbas y amaneciendo en el distribuidor Altamira, salió volando para Aruba, y dejó a la gente pasando un 31 de diciembre a la intemperie. Después vino Pedro Carmona, otro presidente de Fedecámaras, que con el padre Luis Ugalde y Carlos Ortega, se propusieron dar un golpe y lo dieron, y después salió corriendo a Colombia, y ahora Nelson Mezerhane, un banquero en el exilio, y Guillermo Zuloaga, buscado por la Interpol, ¿quién puede creer en este país en empresarios honestos?. Snif, snif, snif.

El mesonero está atento al llanto de Cinthya. Se acerca y le trae un pañuelo, y le dice: “Mi reina, sea valiente, si sigue así, quién le va secar el llanto, si pasó el régimen y le dejó el corazón como capilla sin santo.

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Roberto Malaver

Periodista y escritor. Niega ser humorista, a pesar de algunas evidencias que indican lo contrario. Co-moderador del popular programa "Los Robertos", al cual insisten en llamar "Como Ustedes Pueden Ver". Co-editor del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". "Co-algo" de muchos otros proyectos porque le gusta jugar en equipo.

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