Pasados los días amargos y tristes
del nefando golpe de abril de 2002, con rasgos de la Mamá Grande del
Gabo, un buen día por nuestras montañas, autoproclamándose representante
de la clase malinche en “positivo” este singular personaje apareció
: Clase media /medio rica/ medio culta/entre lo que cree ser y lo
que es, como apuntó sin exagerar en su radiografía Mario Benedetti.
En el contexto del más anhelado
proyecto
político que apenas comenzaba a desplegar sus alas, con todos los
aciertos
y desaciertos que también se hicieron evidentes en el proceso
Bolivariano
-deslinde de Luis Miquilena uno de los actores más representativos-
apareció en nuestra escena una vocera o Caballo de Troya de CLASE MEDIA
EN POSITIVO; clon o reciclaje de la CAUSA COMUN del rey midas de nuestra
política puntofijista: el inefable Diego Arria.
Fecha aciaga de abril cuando el bravo
pueblo venezolano en la calle defendió su sueño alcanzado en las
elecciones
de 1998 y la constituyente de 1999, ofreciendo su sangre y ofrendando
sus muertos nuevamente, en esa misma gesta –confiscada- del 23 de
enero, bajo el mismo espíritu de combate, para rescatar la democracia
y al presidente soberanamente elegido por las mayorías.
Oportuna la denuncia de Iris
Varela y de Luis Tascón, señalando la cuestionada licenciatura de
la que ha tenido más licencia que James Bond el agente 007 y una
seductora
fragancia a gasolina que nada envidia al Chanel Nº 5. Daniel Ceballos,
opositor diputado regional, también se hizo eco de la denuncia de los
parlamentarios nacionales, exigiéndole a la susodicha públicamente
que presentara sus pergaminos perdidos, y Estefanía banalizando el
asunto declaró impávida a los medios que eso ya era un caliche; Ceballos
que en asunto de semánticas se emparenta con el operador de aeropuertos
Danny Ramírez, pensó que se trataba de algún galimatías o algún
“colombiano” que estaba también en el mambo y no volvió a insistir
en el tema por comodidad intelectual.
Ignoramos en qué extraño laboratorio
se gestó esa aberrante desviación, impuesta en nuestro estado, y
dirigida
con fines que se hacen más evidentes hoy, a través de tal organización.
Lo único que verdaderamente los unía -al menos aquí en el Táchira-
en su infinita sed de poder -además de créditos indexados y las llamadas
"cuotas balón"- era infiltrar y arrebatarle al pueblo soberano
su indiscutible y heroica victoria del 13 de abril de 2002, para volver
a sus camionetas importadas y sus apartamentos de propiedad horizontal
(superando al Falcon Crest que los adecos se auto-adjudicaron
ayer) bien, bien lejos de aquellos personajes de los cerros cínicamente
pintados por Zapata, y que no quepa duda siempre bajaran cuando sea
menester.
La que llegó al Táchira montó
el tinglado muy expedita, nadie sabía quién era, después nos enteramos
que había llegado de la legendaria Goajira, y que hasta era “Lic.”
como el Kamarada Alexander Durán, quien al no correr la misma suerte
por no tener inmunidad alguna fue confinado en aquellas tierras
del sol amado al encontrar igual manera de acreditarse como profesional
de la comunicación alternativa por arte de birlibirloque.
Una amiga militante de
izquierda,
a quien acompañé un día a la sede recién inaugurada de la Clase
½, ella sí, muy licenciada, de las que con tanto sacrificio se
graduaron en la ULA Táchira para ser desempleada en los tiempos de
la cuarta república, y más cuando aquí en pleno proceso Bolivariano
desgobernaba la sanguijuela del cura Calderón, recuerdo que fue tratada
con mucho desdén, e insistiendo enormemente de que si de verdad ¿era
profesional?. Casi que le pidieron prueba de sangre azul.
Su Prêt-á-porter no convencía
a las inquisidoras damas que evaluaban el ingreso de sus fichas de bien
medida clase , se lo hice saber a mi amiga. Además había que agregar
la descortesía, cuando al inquirir por la susodicha -quien ya en predios
palaciegos era personaje popular- de mentarla por su nombre, porque
aquellas cacatúas muy diligentes exigieron que la llamara Licenciada:
fulana de tal, enfáticamente en función al respeto, cosa
muy andina por cierto.
Aquél personaje del que todo
el mundo ignoraba su pasado y filiación política -como se conoce bien
aquí la de Arias Cárdenas por ejemplo- de la noche a la mañana, de
la forma más trepadora y arribista, llegó a ser directora de política
del estado, y aunque algunos funcionarios le advirtieron al gobernador
de marras que solicitara su título profesional -del cual ella
presumía-, por asuntos reglamentarios y administrativos, nunca
presentó.
La respuesta del mandatario
elegido por Dios fue que no jodieran tanto, que ella era esposa de un
compañero suyo de armas … y que confiaba ciegamente en su palabra.
El asunto es pertinente porque
el nombre de esta gran dama con mucha frecuencia aparece referido en
el caso kafkiano del estudiante William Sanguino y la manipulación
de los hechos por parte de ciertos personeros de dudosa impronta
revolucionaria
en nuestro estado: usufructuarios del anterior gobierno que proclamó
e instauró a Cesar Pérez Vivas en la continuidad de la peor gestión
y crisis administrativa que hayan registrado los anales de esta tierra
tachirense tan entrañablemente cantada por el poeta Chucho Corrales,
y tan ultrajada, a su vez, por esa miserable fauna política que
pareciera
no tener más ideología que el oportunismo de joderse siempre en ese
pueblo convidado de piedra..
El personaje en cuestión
actúa como un capo di tutti capi dentro del PSUV regional y casi estuvo
a punto de ser presidenta del consejo legislativo regional si el trompo
no se le hubiese enrollado en el caso del premeditado y vilmente
asesinato
el joven Jesús David Ramírez Bello ocurrida el 08 de diciembre de
2009 en las adyacencias de la UNET por parte de los sectores más
reaccionarios
de nuestro oikumene.
Adjudicarle al pueblo
tachirense
una condición de inmadurez política -en boca de algunos “políticos”
derrotados pero económicamente exitosos- luego de perder la anhelada
gobernación en nuestra entidad, tras larga lucha por más de cuarenta
años para desterrar a adecos y copeyanos, sólo tiene una respuesta,
el mal gobierno de los que representaron, y de los que pretenden seguir
representando, las riendas de la revolución en el Táchira, y
lo decimos sin ningún temor a que nos desmientan o nos llamen
contra-revolucionarios,
a cualquier vuelta de la esquina estará la gente para decir la
verdadera
verdad.
No se puede ignorar con
indolencia
el próximo escenario de coyuntura electoral, y lo sabe el pueblo
también,
al que tantas veces invoca esta dudosa “clase política” enmascarada
de redención, aquí, nada nuevo bajo el sol, lo que hay es la crónica
de una muerte anunciada -para seguir invocando al Gabo- y aquella
no se da por enterada aún.
Esa misma clase que en nuestro
patio se dedicó a edificar sus blasones con el baremo de CLASE MEDIA
EN PO$ITIVO y el éxito condicionado por su slogan, aunque vengan de
ser unos pata en el suelo como el que más, sólo que ahora no compran
en Mercal sino en el Garzón en Baratta y ahora fieles devotos de la
catedral del Sambil, y ni tontos que tuvieran sus cuentas en el
federal,
distanciándose, en su praxis, de esa lucha de clases, que nada nuevo
es, y que ahora, más al rojo vivo que nunca, está.
Pretenden invisibilizar a
ese noble tachirense o “gocho” (manifestación despectiva de quienes
con ínfulas mantuana a Cipriano y a la Revolución Restauradora vieron
llegar) que en contra de su propia conciencia y bajo manipulación votó
dos veces por el bacalao Ronald Blanco La Cruz , como cuando en la niñez
-sólo por asunto de que íbamos a tener una mejor salud- nos obligaban
a tomar el repugnante jarabe aquél de la etiqueta donde un triste
pescador
arrastraba un enorme pescado que parecía más grande que él . Únicamente
la lucidez y el desenfado de Iris Varela, a tiempo lo advirtió, y nadie
se dio por enterado, remítanse a las páginas del diario La Nación
en su momento y lo constatarán… “Ronald Blanco no tiene bolas para
ser gobernador”, y sí que lo fue; fuimos gobernados ocho años por
un eunuco y la mayoría sabemos lo que pasó (remítanse a google.com:
Esto es lo (único) que tengo que perdonarte, Chávez.).
“Se puede engañar a parte
del pueblo todo el tiempo, o a todo el pueblo parte del tiempo. Pero
no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”, Abraham Lincoln
sentenció.
Sintomatología de lo
anteriormente
descrito, y aunque no lo quisiéramos, si hay una prolongada sequía
de votos en la próxima contienda electoral, personajes como el que
hemos retratado, verdaderos profesionales de la farsa, el engaño y
la impunidad, aunque se le quiera endilgar al fenómeno del niño,
serán la causa de que no estemos suficientemente representados en la
asamblea nacional. Y para que no nos agarren fuera de base, la miserable
oposición, la reserva moral, que es lo único con que contamos los
tachirenses elegirá sin ninguna duda alguna a Iris Varela, el único
trabuco que hará palidecer a los coleados y salta talanqueras, como
al jipato Mazamorro en sus agobiantes días de ring parlamentario. Los
que lleguen de repele, serán peleadores de relleno, y aquí solamente
hay un pegador, ¡el pueblo!, en espera de que por fin pase la
Revolución.