Los industriales, es decir, comerciantes, banqueros y productores de alto giro operan de consuno como si de hecho fueran una macrosociedad implícita de capitales accionarios y coaccionarios.
Cuando los empresarios, aislados y separados c/u de los restantes, registran sus empresas con individualidad y personería jurídicas individualizadas, además de cubrir obligaciones nacionales mercantiles y jurídicas, buscan, por una parte, la minimización de los tributos que de otra manera deberían enterarle al Estado y alcaldías afectadas, y por montos agigantadamente superiores, en correspondencia con el modelo tributario según el cual “a mayores ganancias, mayores tasas impositivas”(impuestos progresivos).
Esa tributación queda burlada, pero debidamente registrada en juegos de libros contables debidamente llevados y conservados. Esta es la principal, secreta y mejor guardada Contabilidad Burguesa Internacional y Nacional. El reparto y recepción de dividendos procedentes de las diferentes “compañías” donde este importador capitaliza como importador y como exportador, y viceversa, se dosifica en el tiempo durante años o ejercicios económicos no sincronizados con el año civil, ni coincidentes a fecha cierta de cierre. De esta manera, las declaraciones impositivas tampoco exhiben la acumulación de dividendos que pudiera sincerar los ingresos de cada inversionista
Pero es que, en general, la contabilidad burguesa llevada en las empresas privadas locales para su comercio doméstico tampoco es 100% sincera. Los empresarios inescrupulosos y sólo de ellos estamos hablando en esta entrega, llevan libros en los que se asienta sólo una parte del volumen de transacciones efectivas que llevan a cabo. Para ello, las empresas contabilizan en libros paralelos, un juego de estos para burlar impuestos, y otro, además, para la burla misma de los accionistas menores.
Igualmente, la contabilidad de las empresas deshonestas dedicadas al Comercio Exterior sólo recoge una parte de sus operaciones, un poco para cumplir formalidades legales y de evidente declaración. Así queda minimizado el pago de impuestos locales y nacionales, y reducida la necesidad de dólares nacionales que tan embrollosamente les resultaría por la baja eficiencia burocrática en estos menesteres financieros. También escamotean parte de los impuestos adeudables a sus países de origen.
Los gobernantes, por razones clasistas, bien por negligencia, por insuficiencias tecnoburocráticas o por complicidad y venalidad al servicio del capital o de las alta y mediana burguesías, se han desentendido siempre de esta realidad. Sus acciones contra sociedades cartelarias no han pasado de la letra muerta y estéril que significan las disposiciones antimonopólicas constitucionales.
Las denuncias del desabastecimiento de divisas por irresponsabilidad del gobierno responden parcialmente a estrategias tendentes al disimulo del autoabastecimiento de dólares con que cuentan los principales inversionistas extranjeros, no menos irresponsables, principalmente los dedicados al comercio exterior, sobre lo cual seguimos explicando algunos intríngulis de la contabilidad Burguesa:
Es que, salvedad hecha de los “pocos” dólares que le solicitan a Cadivi, a sabiendas de las insuperables trabas e ineficacia burocrática imperantes en esos organismos proveedores de divisas, el grueso de sus necesidades de moneda norteamericana lo obtienen algunas empresas y mantienen en cuentas de bancos y bolsas extranjeras, como si se tratara de un país sin fronteras máximamente ampliado a todo el continente infectado por el lucro burgués.
El siguiente es el modus operandi, que, por cierto, no es nada exótico ni nada nuevo, aunque sí muy reservado para la Alta Contabilidad Burguesa Internacional en perfecta concordancia con su verdadera naturaleza, apátrida con propiedad:
Así: Imaginemos un importador X que está previa y tácitamente asociado a otros importadores y a otros empresarios de fábricas o industriales de la exportación (Hacemos abstracción de los industriales de las finanzas nacionales privadas, de cara a simplificar el desnudo de este poderoso mecanismo contable burgués).
Esa asociación implícita se manifestaría y concretaría con la coparticipación directa accionaria del grupo de empresarios coaccionistas en las diferentes sociedades anónimas en funciones. Hablamos de algunas posibles y principales empresas maulas, de alto y mediano giros económicos, de preferencia, las transnacionales o imperialistas.
Seguimos: Ese importador X cancela sus deudas en el exterior con cargo a cuentas bancarias extrajeras en las cuales él y sus “socios”, de un mismo país o de varios países, llevan su capital dinerario en dólares y otras monedas de alto poder cambiario internacional. Por su parte, el exportador B cobra sus ventas en el exterior mediante depósitos que les hacen sus socios internacionales en cuentas bancarias ad hoc domiciliadas fuera del país burlado, todo lo cual se cubre mediante las famosas cuentas de la Contabilidad Burguesa: “Ctas. por pagar” y “Ctas. por cobrar”, de inmensa utilidad financiera a los efectos de burlas impositivas, además de garantizarse la disponibilidad continua y oportuna de sus necesidades de caja en moneda extranjera.
De esta manera, importadores y exportadores concilian en libros y en cuentas bancarias extranjeras sus ingresos y egresos, sus cobros y pagos internacionales, sin tocar ni depender sensiblemente de las Reservas Internacionales del país que les sirve de sede para sus operaciones externocomerciales, pero país al que apátridamente traicionan a su antojo y conveniencia.