Venezuela como todo el mundo sabe, es un paraíso terrenal, tierras fértiles, mucha agua, diferentes tipos de suelos, yacimientos minerales de todo tipo, estaciones climáticas constantes, con alguna variación por razones de fenómenos atmosféricos diversos, pero en resumen Venezuela es un país que lo tiene todo para ser una potencia, en lo económico, en lo social y también en lo político, con un sistema moderno, incluyente y que satisfaga las necesidades de las grandes mayorías.
Una de las variables económicas claves para lograr la emancipación plena, rumbo a un sistema político-económico, que libere al ciudadano de múltiples factores que lo oprimen y hacen su vida mucho más difícil, es la independencia alimentaría, es decir en pocas palabras, la generación de alimentos sin depender de importaciones que a su vez interfiere en la inflación, el empleo, y el desarrollo pleno de las regiones. El periodo político llamado cuarta republica, solo realizo reformas que solo quedaron en la “forma”, olvidándose del “fondo”. Se emplearon mecanismos diversos para tratar de lograr la independencia alimentaría. Inicialmente con la puesta en marcha de inmigración europea, que trajo como consecuencia un repunte en el volumen cosechado de rubros alimenticios, parte del Siglo XIX ( 1843-1850) y, durante el Siglo XX (1948-1980), llegaron al país miles de ciudadanos extranjeros venidos desde Europa con fines agrícolas, al principio se logro parte de lo planificado, después esta inmigración buscando mejoras sustanciales de vida, migró internamente a las ciudades y penetraron al torrente económico del comercio, industrias y servicios varios, perdiéndose el principio económico inicial para que fueron admitidos en el país. Así observamos que una gran mayoría de inmigrantes, se unieron a los ya existentes en las ciudades que trabajaban en la construcción de edificios, urbanizaciones autopistas etc., de esta forma la producción del campo bajo su rendimiento, y comenzó levemente las importaciones de alimentos que antes eran cosechados con éxito en nuestro suelo. Hubo otras contradicciones que lograron la debacle del agro en tiempos de la IV republica, la reforma agraria adeca, empezó con buen pie, pero al no robustecer al campo de maquinarias, fertilizantes, semillas etc., el pisatario se vio en la necesidad de vender o traspasar la tierra e ir a las grandes ciudades a buscar mejores condiciones de vida, de allí nacieron la periferia de barrios, que emergieron en algunos casos de formas insalubres, en condiciones paupérrimas huyendo del campo. Nacieron dos tipos de clases, la empobrecida de los sectores marginados por la sociedad política, y la de los terratenientes o terrofagos, que hicieron grandes fortunas al comprar las tierras a los campesinos y utilizarlas para beneficio propio. Así nació la denominación de “Fincas”, donde apenas se cosechaba algo, y lo demás quedaba para el disfrute y ocio veraniego de latifundistas cuarto republicanos. Esto no ha cambiado, aun cuando se han nacionalizados grandes fincas ociosas. El Campesino convertido en Citadino, ya no quiere volver al campo, ni el ni sus hijos, eso es una triste realidad que debemos aceptarla. En el agro venezolano existe una pequeña cantidad de trabajadores que es apenas un granito de arena comparado con la inmensidad de tierra fértiles que existen para su cultivo y generación de alimentos.
La Revolución Bolivariana ha hecho un esfuerzo, pero es difícil que con la mano de obra cuantificada y calificada actualmente logremos la independencia económica, un Sistema Socialista no puede depender de exportaciones alimentarías, tiene que producir alimentos para todos, y más bien exportar hacia otras naciones. Los vicios de antaño se siguen repitiéndose, vemos con bastante preocupación que siguen egresando de nuestras universidades (Publicas, Privadas, Revolucionarias) profesionales de distintas ramas del saber, que son importantes, pero no vemos nada con respecto a las academias sobre la Agricultura, Forestación, Alimentación, Agropecuaria etc. Aun egresando profesionales de la rama agroindustrial nos quedaríamos cortos en el tiempo. Nuestra carrera para lograr la independencia alimentaría es de mediano plazo, a lo sumo tres años a cinco años, y repetimos con la mano de obra de hoy no lo lograremos aun con las tecnologías de punta que puedan existir. Hagamos solo un ejercicio mental sobre que cantidad de terrenos podemos utilizar para dar inicio a nuestra Revolución alimentaría. Hablemos solo de 7 estados; Apure, Amazonas, Bolívar, Barinas, Cojedes, Guarico y Portuguesa. Sumando la extensión de cada uno y dividiéndolo por la mitad, para mas o menos representar una cantidad de área cultivable nos daría una extensión mayor que lo que tiene Italia como país. Aquí con este ejemplo sobran las palabras para indicar que con la “mano de obra” nacional dispuesta trabajar en el agro es insuficiente para llegar a establecer la autonomía e independencia alimentaría. Necesitamos ayuda extranjera, no solo en tecnologías que pueden ser transferidas a nuestro país, sino de mano de obra calificada para la agricultura, de hecho ya en tiempo de revolución nos han ayudado diversas naciones amigas, en áreas como en salud, deporte, educación y la construcción entre otras. Ahora necesitamos ayuda en el agro de nuestros países amigos sean asiáticos, europeos, latinoamericanos etc. La crisis económica mundial que azota al globo terráqueo, donde el trabajo necesario se ha reducido considerablemente se convierte en una excelente oportunidad para nuestro país, es falso que esto atentara con el empleo de venezolanos que quieran trabajar en el campo – son pocos lo que están motivados hacerlo y aun si lo estuvieran son insuficientes – También es falso que una inmigración hacia el campo venezolano terminaría viviendo en las ciudades esto se evitaría con una buena planificación y selección, y a la vez tendríamos la experiencia de lo ocurrido en el siglo pasado para no repetirlo, de hecho la ayudas internacionales en otras áreas económicas ha sido fructífera, porque no en el trabajo de la tierra. Inclusive de esta manera utilizáremos la vía férrea que estará lista para el 2012 de manera efectiva. Existe una anécdota sobre una visita de un mandatario de un país que fue invitado hacer un tour en helicóptero por los estados mencionados arriba, el mandatario le resulto todo muy bonito, pero hizo esta acotación, “ Todo es muy bello, muchos ríos, pasto, tierra etc... ¿pero donde están los animalitos y la gente?.. esto a manera de reflexión ¡¡
La propuesta debe ser analizada, estudiada, desde aquí pensamos que es viable y que redundara a futuro, en menor inflación- coco de la Revolución- en Mayor satisfacción de las necesidades del pueblo, en el efecto positivo de poblar el campo y las fronteras venezolanas, en aumento significativo de la producción agraria en esa enorme extensión que es del tamaño de Italia, desconcentración de la región centro-costero, reducción al mínimo del modelo de economía de puertos, Independencia alimentaría plena, Activación de exportaciones de excedentes de rubros alimenticios, generando ganancias y zafándonos mas del modelo rentista petrolero, y por supuesto derrotando la escasez, la especulación, el desabastecimiento, el acaparamiento y por ultimo consolidando el Socialismo del Siglo XXI.
Lo decimos junto a Wladimir I Ulyanov... Es Ahora o Nunca Venceremos ¡¡¡
Saludos cordiales, RAS, Siglo XXI
pedro2_jose@yahoo.com
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