Que nadie se llame a error o a equivocación, que nadie crea en la buena voluntad de Santos o piense que ahora si vienen buenos tiempos para la pobre doncella desdoncellada por las diez bases militares yankys en el territorio de Colombia. Quien pueda imaginar cambios o tener esperanzas esta errado. Esta prohibido ser optimista.
La rancia oligarquía colombiana no esta dispuesta a ceder ni una micra de su poder, y de su posición. No harán nada para que cambien las condiciones de vida de los veinticinco millones de colombianos que viven en la mas absoluta pobreza. El nuevo gobierno no moverá ni un dedo en ayuda al más de dos millones de desplazados dentro del país.
Ni la infame iglesia colombiana, vendida a la ultra derecha fascista, y a la oligarquía, dirá ni un padre nuestro por los millones de colombianos en la indigencia. En Colombia ser pobre es un castigo divino. Allá no existe un estado que cuide a la gente pobre, es decir al pueblo.
Si ya se tomo la decisión por demás exacta y justa de romper relaciones con un estado traidor, con un estado que se entrego de brazos y piernas abiertas al amo gringo, que dio su territorio sin luchar, no hay ninguna razón valida o de peso para reinicializar las relaciones diplomáticas con ese estado criminal y traidor a las enseñanzas y legados de nuestro libertador.
Nuestro país hoy tiene estatura internacional, ya somos una nación que se ha dado a respetar, que puede exigir su soberanía, y que esta dispuesta a defenderla ante quien sea. No necesitamos tener relaciones diplomáticas con un país que no posee autonomía propia, ni podrá tenerla ya que es propiedad de EEUU.
El gran poeta Dante dice en la entrada del infierno: “Abandonad toda esperanza vosotros que entráis” así mismo decimos ahora, abandonad toda esperanza de cambios en las políticas económicas y sociales, y mucho menos esperemos cambios en la política exterior. Colombia es hoy una herramienta del departamento de estado norteamericano, Colombia responde a las instrucciones que desde el imperio dictan para intentar detener y sabotear un posible entendimiento y una posible integración del sub continente.
Triste papel interpretan hoy los hijos de Santander, el de la desunión, el de la zancadilla, la puñalada por la espalda, el de tirar piedras y esconder la mano, y sobre todo el de acusar sin pruebas y sin autoridad moral. Los oligarcas que han gobernado en los últimos 10 años la hermanastra Colombia, (no podemos considerarla una hermana) se han dedicado a impedir la integración, la unión, la confraternidad de las naciones de sur América y el caribe, respondiendo a los intereses de Washington, y de los halcones del pentágono. Para nadie es un secreto que allí mandan los sionistas, esos que mandan en las fábricas de armas y en las compras y ventas de material bélico.
Tristemente EEUU es un país cuya economía depende de la guerra, la historia de norte América es la historia de la guerra, de la violencia, de la muerte. Colombia se presta a ser el títere iniciador de conflictos en la región.
Quien más pierde en una ruptura de relaciones entre las dos naciones es Colombia,
La balanza económica se inclina del lado colombiano con creses, la oligarquía es la que más gana en el desequilibrio comercial, es decir de nuestro país salen millones de Dollares rumbo a Bogotá. Menos vienen para este lado.
Seria muy bueno para los dos países que se pudieran recomponer las relaciones, que se pudiera realizar un intercambio económico y social justo y equitativo. Nuestro comandante presidente quiere mantener buenas relaciones con todo el continente, con todos los países, con todos los gobiernos.
Creemos que es muy difícil normalizar las relaciones con Colombia en tanto no cambien las condiciones actuales, las diez bases militares gringas deben ser anuladas, deberá cambiar la actitud belicista de Colombia contra nuestro país, debe equilibrase la balanza comercial, debe desaparecer el contrabando de gasolina, alimentos, y personas.
Solo si Colombia decide mejorar sus acciones con respecto a nuestro país nosotros podríamos retomar relaciones diplomáticas con la patria de Santander. No tenemos ninguna clase de optimismo con respecto a lo que vendrá de Bogotá, solo traición y trampas.
PATRIA SOCIALISMO O MUERTE
ESTAMOS VENCIENDO
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