Ello se demuestra día tras día.
Si el amigo lector ve los medios de comunicación, observará, que en páginas de sucesos, siempre aparece un artículo, referido a un accidente vial, donde mueren una o varias personas lamentablemente.
El día domingo, fui con mi familia a Santa María de Ipire, cuando iba, vimos un desastroso accidente vial, donde un vehículo, que ya no era vehículo, sino chatarra, era un amasijo de hierros. Adentro, en el puesto del conductor, se encontraba una persona aprisionada y afuera, tirado en el pavimento, a otra persona, totalmente destrozada.
Una camioneta estaba estacionada en uno de los márgenes de la vía, con un fuerte golpe en la parte frontal. Ello hace deducir, que dicho vehículo chocó de frente contra esa camioneta o que esa camioneta, chocó de frente contra el vehículo señalado.
En fin quién chocó a quién no es el problema, el problema es, que se choque y más a la velocidad que evidencia que venían ambos vehículos.
Esto deja, indudablemente, un daño al espíritu de quien lo ve.
Igualmente deja una secuela de daños materiales, que son inconmensurables, ya que al ocurrir un accidente intervienen las autoridades competentes, entre las que se citan a los bomberos, policía de tránsito, para el levantamiento de los cadáveres, así como para determinar la causa del accidente y quién lo ocasionó.
Por otra parte, intervienen en esta clase de accidentes, la morgue, los hospitales, médicos, enfermeras, forenses, Fiscales del Ministerio Público, Jueces, Secretarios, alguaciles, es decir, intervienen varios poderes públicos como, el Poder Ejecutivo, el Poder Público, el Poder Judicial, en fin intervienen una serie de instituciones para el estudio, levantamiento, sanación de heridos, cuando existan y sanción de ese accidente, en especial, sumados todos los accidentes viales, ocurridos en la República vienen a congestionar la actividad de estos Poderes Públicos, que muy bien pudo prevenirse aplicando medidas ejemplarizantes y sanciones severas.
En ver todo aquello, en segundos, nos quedó un malestar, que no se llegó a quitar ni de regreso, aún perdura en nuestras mentes.
Ese malestar, producto de aquel accidente que vimos, hizo que manejara más despacio. Es el caso que así actuamos nosotros, pero otros, verdaderos enemigos del colectivos al volante, nos pasaron a altas velocidades que asombraban, a un más, ya que pensamos que nuestra conducta, iba a ser igual a todos aquellos que vieran, tan siniestro acontecimiento; pero no fue, así esas personas peligrosas, aumentaban la velocidad, sin la más mínima precaución, pasándonos minutos después a altas velocidades.
Por otra parte, esas carreteras estaban defectuosas, estaban con huecos por doquier.
En este sentido debo significar que la ONU determinó que la velocidad es uno de los factores de accidentes, e igualmente cita al pavimento, como causa de accidentes viales.
Por ello es que los Gobernadores deben ponerle más atención a los accidentes viales en su etapa preventiva y al pavimento, ya que la rasante en muchas de las carreteras, especialmente en Anzoátegui, se encuentran, verdaderamente deterioradas y sin atención, ni mantenimiento.
Si usted transita por esas carreteras, por ejemple la que va de El Tigre a Ciudad Bolívar, existen huecos que hacen que el conductor caiga en los mismos, deteriorando su tren delantero, los cauchos etc, y lo que es más grave aún, afectan la movilidad del vehículo, que puede ocasionar un grave accidente vial.
Por ello es que alerto a los Gobernadores y a los Alcaldes, que traten el tema de la vialidad con la seriedad que se merece. Esta materia por lo visto se encuentra olvidada en estas instancias. Se requiere más atención a las vías. Da impotencia ver esas carreteras y así se lo denuncio al Ciudadano Presidente de la República Hugo Rafael Chávez Frías, para que le “jale” las orejas a estos Gobernadores, que no le prestan atención debida al pueblo que los mantiene esos cargos.
Esto lo digo con la seguridad de que, se tomen los correctivos necesarios, no con ánimo de criticar por criticar.
Nuestro presidente nos ha pedido que denunciemos actos contrarios a lo que debe ser, pues este es un acto contrario a lo que debe ser.
Soy Chavista y deseo que esta Revolución perdure, pero para que esto suceda, se deben tomar los correctivos necesarios para que estos funcionarios agoten la desidia y el olvido y entren a trabajar con furia, no por épocas especiales, como en la que estamos, sino que se actúe constantemente y definitivamente y que el pueblo observe en estos, que se encuentran protegiéndolos en todos los sentidos, éste es uno de esos sentidos a proteger.
Ahora bien después de pasar por ese cruento momento, y de pasar por esquivar troneras en el pavimento, llegue al lugar pautado y de regreso seguimos con el mismo ritmo de esquivar y esquivar por largas horas esos huecos-troneras.
Ya en la recta del Tigre a Ciudad Bolívar volvimos a ver otro espectacular accidente, donde el vehículo, de igual manera estaba destrozado, era un amasijo de hierros.
En el pavimento se encontraba un cadáver, supuestamente del conductor, un poco más adelante el motor de ese vehículo y al parecer el otro vehículo estaba tapado por las matas, en una parte más baja que la carretera.
Ahora bien, ese vehículo era un taxis, así lo evidenciaban las franjas que lo caracterizan. Este accidente, de acuerdo a lo visto, fue por exceso de velocidad. No se sabe quien de los dos vehículos, fue el que excedió la velocidad, lo determinarán las autoridades.
Cuando dije arriba que uno se siente impotente, es por cuanto, siempre he alertado que los sistemas de control de velocidad vehicular, aplicados, son ineficaces, que debe imperar un sistema, el cual lo tenemos en la República Bolivariana de Venezuela, que permita determinar con precisión la velocidad de crucero de un vehículo y sancionarlo cuando este supere los límites fijados por la Ley, lo cuales serían los límites a controlar con estos dispositivos.
Debemos ponerles más seriedad a este campo de seguridad vial, no hay seriedad ni interés y es por ello que nuestra juventud, se está muriendo en las carreteras. En consecuencia nuestra República se está desangrando día a día, sin que por lo visto, se tomen las medidas eficaces y efectivas, para controlar este flagelo, como son los accidentes viales por exceso de velocidad y por roturas en el pavimento.
Espero que este artículo llame a la reflexión a las autoridades competentes y no se tome como un mensaje en contra del Gobierno, ya que es imposible, que un chavista como yo, deseará mal para este gobierno.
Solo es un alerta al presidente, para que viaje por carretera, precisamente por esa carretera, por la que yo viajé y él mismo imponga los correctivos, que sé que, al saber esto, se acabarían los males por los que atraviesan nuestras carreteras y flameará la bandera de la seguridad vial en nuestras vías .
(*) Dr.
reveron.jose@gmail.com