Inseguridad, tema con muchas aristas; una de ellas está relacionada con el punto de la exclusión o cuestión social como algunos la califican. Venezuela tiene ambas: inseguridad y pobreza; sí, quien lo niega. El dilema se centra en cuál estrategia está aplicando el Gobierno de Venezuela para disminuir este flagelo que afecta a todos. La oposición hipócritamente habla de ella sólo como marketing político tratando de repuntar en las encuestas a sus famélicos candidatos; por su parte, el Gobierno Bolivariano, la asume desde la perspectiva del debate, de los derechos humanos y desde una concepción humanística tomando además como nervio de sus acciones las reivindicaciones sociales de los más necesitados durante siglos.
Como muy bien nos explica el Presidente Chávez uno de los mensajes de la obra de Víctor Hugo, los Miserables, siempre se culpa al rayo por el daño que hace al caer a la tierra y nadie o pocos se preguntan qué se acumuló en el ambiente para que este cayera. La pobreza no nace por ósmosis o es producto del “pecado original” como tácticamente nos lo ha hecho ver la religión para dominarnos; la pobreza, es producto de las desigualdades, de la opresión, de la manipulación, de la falsificación cultural; es, sobre todo consecuencia de las injusticias que estructuralmente se han posicionado como “justas” gracias al manoseo mediático de los sucesos.
“La sangre vende” exaltan la mayoría de los dueños privados. El pueblo sabe que cuando estos “periodistas” divulgan hechos de violencia en nuestro país no lo hacen partiendo del derecho que tenemos los venezolanos de estar informados como lo expresa nuestra Constitución; en realidad su motivación está centrada en complacer el espíritu escatológico y apologético por el “periodismo” carroñero. Para finalizar, no está demás recordar que entre las muchas formas de violencia que existe no podemos dejar a un lado el de la omisión, la del racismo, el de la imposición de modelos económicos neoliberales que tiene en sus estadísticas más muertos en el mundo que los que dicen ellos abarrotan las calles de Venezuela.
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