Nuevamente, el oposicionismo apátrida engaña –descaradamente- a sus potenciales electores/electoras. Después de haber gastado ingentes recursos propagandísticos, a través de sus medios privados de comunicación, proponiendo como eje de su campaña electoral parlamentaria el voto por el CAMBIO, el pasado fin de semana nos presentaron, a todo color, lo que constituye su Agenda Parlamentaria o “Propuestas para la Asamblea Nacional”. En tres consignas resumen su propuesta de cambio: Representar, Controlar y Legislar; consignas que, por sí mismas, contradicen los principios fundamentales de nuestra Constitución Bolivariana, con solo leer su artículo 6º: “El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables…”, nos damos cuenta del carácter restaurador de la propuesta que nos presenta la oposición apátrida, pretenden –desde la Asamblea Nacional- devolvernos al concepto de representatividad que reinaba en la cuarta república, ratificado en la Constitución de 1961, en su artículo 3º: “El gobierno de la República de Venezuela es y será siempre democrático, representativo, responsable y alternativo…”, de nuevo, en estas elecciones, los dos modelos de propuestas de país se exponen para que nuestro pueblo decida, entre el caduco sistema representativo, esencialmente capitalista, y el modelo participativo, esencialmente Socialista.
La oposición apátrida, como vemos sigue fiel a su concepción cuarta republicana, de allí su propuesta de restaurar el viejo sistema político, esta vez, no por la vía del Golpe de Estado de Carmona Estanga, sino por la vía de la Asamblea Nacional, del Golpe Parlamentario; lo que justifica las declaraciones de sus más connotados dirigentes en el sentido de que van por Chávez, o en palabras de Ramos Allup: “Sí vamos por usted…Dios le dé larga vida y salud para que pague con la cárcel todos los delitos que ha cometido contra el pueblo venezolano…” (Correo del Orinoco, 14-09-2010).
Evidentemente, si pretenden restaurar el principio de representatividad, es lógico que aquellas leyes que fueron aprobadas en el marco del principio participativo deben ser atacadas y propiciada su reforma y si tienen fuerza dentro de la Asamblea, su derogación, de allí que en su propuesta de Agenda Legislativa, los apátridas la emprendan contra la Ley Orgánica de Educación, que democratiza las instituciones universitarias, garantizando el voto paritario y en igualdad de condiciones a estudiantes, empleados/empleadas, obreras/obreros y profesores/profesoras, es por demás, evidente que el propósito de los oposicionistas es echar al traste de la historia esta conquista democratizadora, en plena consonancia con el Recurso de Nulidad interpuesto por ese sector político ante el TSJ, fue notoria la presencia del Secretario de la UCV, Amalio Belmonte, en la fiesta aniversario del partido AD.
En la misma línea, se proponen los apátridas la Revisión de las Leyes de la Descentralización, dicen que: “para dar más capacidades y recursos a los gobiernos de estados y municipios…”, sin duda que esta defensa a ultranza de estados y municipios la establecen para diferenciarlos del Poder Comunal, al que no se atreven a mencionar, pero que, no nos quede la menor duda, es el objetivo a destruir. De allí, que la Ley del Poder Comunal, se constituye en un objeto demasiado preciado por destruir por parte de los apátridas, al efecto se plantean: “Revisar la Ley Orgánica de los Consejos Comunales para garantizar su verdadera autonomía en el desarrollo de proyectos…”. Y con ello, la vuelta a las organizaciones representativas de la cuarta república: las juntas vecinales, más proclives a un control partidista. En la misma onda de devolvernos al estado de cosas que vivíamos antes de 1999, proponen “Reformar los acuerdos que dispusieron la reversión de las competencias transferidas a los Estados en materia de Puertos, Aeropuertos y Red Vial principal y agrícola…”, valga decir, descuartizar el país como un todo, repartiéndole sus riquezas a los reyezuelos regionales, sin que el pueblo pueda disfrutar de las mismas. En otras palabras, RESTAURAR el estado de cosas que los venezolanos/venezolanas vivíamos antes de la llegada del Camarada Presidente, Hugo Chávez, a Miraflores en 1999; lo intentado por Pedro Carmona Estanga en el Golpe de Abril de 2002, ahora lo intentarían por la vía de la Asamblea Nacional, indicativo que el plan conspirativo desestabilizador sigue su curso, esta vez, sería por el canal parlamentario, esas son las verdaderas intenciones de los apátridas.
Los opositores, desde la Asamblea Nacional, se proponen atacar las Misiones Sociales que el Gobierno Revolucionario ha impulsado en provecho del pueblo venezolano, aunque no se atreven a decirlo abiertamente, disfrazan sus intenciones para atacarlas indirectamente, sobre la base de “Reformar la Ley de Régimen Presupuestario, para poner en orden las finanzas públicas…” y por esa vía ahorcarlas presupuestariamente hasta hacerlas desaparecer.
El decreto presidencial que eliminaría las Pensiones y su privatización, por ende el IVSS, estaba por la aprobación del difunto ex presidente Rafael Caldera, elaborado por su ministro de planificación Teodoro Petkoff, la llegada de Hugo Chávez al Gobierno paralizó dicha pretensión. De nuevo los apátridas insisten en ir por las Pensiones de nuestros padres/madres y abuelos/abuelas; para lo cual, se proponen en su Agenda Legislativa: “Aprobar las leyes pendientes del sistema de seguridad social (Salud y Pensiones).”
Como bien lo decía, quien sería el ministro de defensa del gobierno de facto, de Carmona Estanga, los medios fueron decisivos en el desenlace del golpe de abril de 2002, sin ellos no hubiera sido posible dicho acto criminal; pues bien, harto conocido es, que dicho medios privados de comunicación se comportan como parte activa de lo que conocemos como el oposicionismo apátrida, son factores dirigentes del accionar desestabilizador con el que se ataca al pueblo venezolano, en la cuarta república muchos de quienes ostentan la propiedad de esos medios privados de comunicación formaron parte del extinto Congreso de la República, ejemplo de ello, es Miguel Henrique Otero, propietario de El Nacional, quien fuera diputado por el partido Copei, jubilándose incluso como tal. La llamada Ley RESORTE que pretende poner orden en el sistema de Radio y Tv, es una conquista de nuestra Revolución que llenó de mucho odio a esos factores de poder que se acostumbraron a mandar tras las sombras en la extinta cuarta república; esta Ley no podía pasar desapercibida por esos factores revanchistas, es por ello, que dentro de la Agenda Legislativa propuesta a sus electores/electoras, los apátridas estos se proponen: “Reformar la Ley de Responsabilidad Social para Radio y Televisión (Ley Resorte) para garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información…”, libertades que nunca antes, en nuestra historia patria, estuvieron mejor garantizadas, revísese nuestro pasado reciente, cuando esos apátridas fueron gobierno y compárense con el presente.
Nuestra Fuerza Armada Bolivariana no podía estar por fuera de los objetivos restauradores de los apátridas, durante la cuarta república se les amordazó en los cuarteles, alejándolos del pueblo, civiles y militares, como dos estancos bien diferenciados, dos mundos distintos. Nuestra Revolución Bolivariana, entre sus logros tiene el de haber acercado y unificado ambos mundos, hoy nuestro pueblo y su Fuerza Armada Bolivariana, constituyen un solo cuerpo que se concreta en la Milicia Bolivariana, esa unidad es una afrenta a los planes imperiales de sometimiento de nuestros pueblos, esa unidad debe ser destruida, tal es el mandato imperial que deben cumplir los apátridas, al pie de la letra, de allí su propuesta legislativa de: “Reformar la Ley de la Fuerza Armada para preservar su carácter apartidista y no deliberante…”, reafirmando tal propósito con la propuesta de: “Reformar la Ley de Conscripción y Alistamiento Militar para eliminar las discriminaciones…”, propuestas que evidencian el objetivo de someter nuestra Fuerza Armada Bolivariana a los dictámenes imperiales.
Como podemos apreciar, las “Propuestas para la Asamblea Nacional” de los oposicionistas apátridas, no es más que un recetario de intenciones para retrotraernos al estado de cosas que existían antes de la llegada del Camarada Presidente, Hugo Chávez. Su similitud con el “Acta de constitución del Gobierno de Transición Democrática y Unidad Nacional”, de Pedro Carmona Estanga, por supuesto, adecuado al proceso electoral; expresa las verdaderas intenciones de lo que será la participación de los apátridas en la nueva Asamblea Nacional: saboteo-desestabilización-improbación de leyes-retardo de los debates-acusaciones infundadas-deslegitimar la Asamblea Nacional, desde dentro-convertir la Asamblea Nacional en un foco de perturbación nacional, de manera que el pueblo repudie su actuación, en fin, propiciar la guerra entre venezolanos/venezolanas y después, acusar a Chávez de ser el responsable. He allí los objetivos de los apátridas. ¡NO VOLVERÁN!
El
no cumplimiento de dichos objetivos, mal sanos para la República Bolivariana,
pasa porque todos/todas aquellas que nos reclamamos como hijos/hijas
de Simón Bolívar, el Padre Libertador, salgamos a votar por la alianza
revolucionaria del PSUV-PCV-TUPAMAROS-UPV y sus candidatos/candidatas
revolucionarias. ¡DEVOLVERNOS A LA CUARTA REPÚBLICA, JAMÁS!...¡EL
SOCIALISMO ES NUESTRA META!
henryesc@yahoo.es