1) El PSUV/Zulia no ha podido contrarrestar los elementos simbólicos que pone en juego el Gobierno Regional para mantener su hegemonía. La virgen de Chiquinquirá (Chinita), Rafael Urdaneta, la Gaita, el Lago, el Puente sobre el Lago son algunos de los mecanismos simbólicos que activa «Un Nuevo Tiempo» para remover la fibra regionalista y lograr la movilización en una supuesta defensa del Zulia. 2) Las políticas del Gobierno Regional, quizás por un efecto mediático, dan una imagen de buen gobierno. Esto no ha podido ser revertido con los planes del Gobierno Nacional a través de sus instituciones regionales. 3) Los diputados del PSUV a la Asamblea Legislativa Regional brillan por su ausencia en las problemáticas del Estado. No se les ve al lado del pueblo dando propuestas y soluciones ante las difíciles condiciones de vida. 4) La pugna interna en el PSUV/Zulia no permite una organización coherente que frene a la oposición con mecanismos eficientes y eficaces. Por el contrario, lleva al sectarismo y a la concreción de pequeños comanditos individuales que disgregan la votación sin unidad fuerte para enfrentar al enemigo. 5) La red MERCAL y PDVAL han fracasado en el Zulia en su función para afrontar el desabastecimiento creado por la burguesía. La complicidad y corrupción interna ha hecho que un porcentaje muy alto de los alimentos atraviesen la frontera hacia Colombia y nuestro gobierno esté subvencionando la alimentación del vecino país. Recordemos que el Gobierno Nacional subsidia esos productos para que puedan ser vendidos a bajo costo, lo que los hace muy rentables para ser contrabandeados. 6) El desmoronamiento de los Consejos Comunales (salvo contadas excepciones) que han sido utilizados como espacios para la apropiación indebida de los recursos que debieran ser invertidos en la solución de problemáticas puntuales. No ha habido desde las instituciones Nacionales en la región una dinámica de reorientación, control y supervisión de los recursos. 7) Las Misiones, en el Zulia, vienen en franco deterioro, pues no tienen la eficiencia y calidad de años anteriores. 8) La imposición de Arias Cárdenas como candidato principal en la Lista del PSUV/Zulia causó malestar y desconcierto entre la militancia, ya que muchos le condenan sus posiciones de años anteriores cuando se puso a espaldas de la revolución. 9) El comando y los candidatos del PSUV/Zulia trazaron una estrategia al mejor estilo de los partidos de la Cuarta República, cuando los abundantes recursos financieros eran repartidos a manos llenas con el objetivo de cautivar a los votantes. No existió ninguna estrategia política coherente de acercamiento a los sectores y comunidades con el objetivo de concientizar al ciudadano. Por otro lado, se repite la excesiva confianza en el levantamiento de mano del Presidente. Se creyó que la popularidad del Comandante bastaba para endosar los votos a los candidatos. Error craso. Por ello vimos, en las distintas venidas de Chávez al Zulia, una competencia por fotografiarse a su lado y que les levantara la mano en señal de triunfo. 10) Por último, ni el PSUV/Zulia ni las instituciones del gobierno nacional en el Zulia tienen una política coherente y visible que empuje el tren de la revolución. Sólo existen luchas intestinas e improvisación constante. Mientras no subsanemos estas dificultades la reacción contrarrevolucionaria siempre nos llevará la delantera. (*) Docente/investigador. Universidad del Zulia Facultad Experimental de Ciencias. Licenciatura en Antropología |