Agroisleña, durante 53 años, es la mayor distribuidora de insumos para el sector agropecuario. Es una empresa de carácter oligopólico haciendo diversas trampas e ilícitos financieros en detrimento de los pequeños y medianos productores. Sus insumos son adquiridos a dolar preferencial. En su aplicación, terminan cobrando elevados costos por servicios de asistencia técnica, servicios de cosecha y almacenaje de productos agrícolas promoviendo la dependencia financiera y tecnológica de los pequeños productores hacia un modelo tecnológico agrícola del alto usos de insecticidas. Además con el apoyo del Banco de Venezuela, quienes les presta dinero a ellos al 8%. Actúan como banca de segundo grado e intermedia otorgándoles créditos a los pequeños productores con una tasa del 13%. Además de obtener esta ganancia del 5% en los distintos insumos que distribuyen, llegan aumentar su especulación hasta el 250% del precio sugerido. Aumentos que sus ejecutivos justifican para sobornar y corromper funcionarios en cargos públicos, quienes mantienen en jaque a los productores imponiéndoles y chantajeándolos con los créditos y su sujeción al uso de los agroquímicos.
Nos
preguntamos se dan o no razones para su expropiación frente a la corrupción
des-generada; la inexistente pertinencia social y desmedida dependencia
tecnológica que promueve dicha transnacional?. Esta actividad usurera
se une a la extractivista de recursos naturales, la cual
también nos genera pérdidas. Nos referimos a las externalidades ambientales(costos)
que directa e indirectamente les han ocasionado a la agricultura nacional.
Por ejemplo: en le 2008, investigación realizada por el Idecyt-UNESR
en Mucuhies, Municipio Rangel, Edo. Mérida, arroja una perdida de
suelo, por el orden de 15.8 toneladas/hectáreas/año. Lo que representa
un costo de $117000/año. Perdida en deslave del suelo y biodiversidad.
No se incorporan los costos en contaminación, deterioro de cuencas
y corrientes de aguas que desembocan en el Lago de Maracaibo, incidiendo
en el despliegue de la Lenna. Tampoco nos hemos preocupado en valorar
las distintas interacciones(aire,agua,suelo) que tienden a aumentar
los efectos tóxicos de los fertilizantes y organoclorados con
sus principios activos. Alimentos altamente contaminados, consumidos
por la población, independientemente de sus condiciones fisiológicas(niños,
mujeres embarazadas, tercera edad) y de las variables conductuales,
genéticas, físicas y patológicas que se han demostrado, emergen por
uso o contacto con los agrotóxicos. Por otra parte, además de las
pérdidas incuantificables en biodiversidad, el 34% de la producción
de gases de efectos invernaderos(GEI) provienen del usos de los agroquímicos
en la agricultura. De la contaminación del suelo, se estima en 8,5
a 16,5 mil millones de toneladas de CO2 equivalente (entre 17 y 32 %
de todas las emisiones de GEI producidas por el ser humano).
Ante la realidad precedida y tangible en los campos venezolanos, Agroisleña, simbólicamente, debiese expropiarse ambientalmente, exigiéndoles una indemnización por los impactos negativos para el ambiente y salud, los cuales directa e indirectamente ha venido generando. No obstante en el proceso de expropiación iniciado y que debe ser lo más rápido posible por cuanto ya están movilizando sus insumos e implementos agrícolas a otras
empresas, deben calcularse
los activos y pasivos laborales y sociales, particular atención
debe darsele a los pasivos ambientales.
En
el decreto de expropiación, solicitamos se incluya un considerando,
donde la transformación de la empresa en mención; convenga a un proceso
de “adecuación o conversión ambiental u agroecológica”. No se
piense y bien puedan ESPECULAR que se regalarán agrotóxicos
socialistas o podrán adquirirlos a bajos precios. Se trata también
de ir en paralelo y promover una Ley de Transición Total de todos nuestros
sistemas productivos hacia la agroecología sustentable, como esta establecido
en nuestra Constitución Bolivariana. Ello también estaría, consustanciados
con los irreversibles avances que la agroecologia ha logrado en
Venezuela. A saber: se han redactado 9 leyes que nos dan el derecho
al acceso a los alimentos y están orientadas a la producción sana
de alimentos; se han otorgado créditos para la producción agroecológica;
se han establecido más de 40 laboratorios para la elaboración de bio-insumos;
varias universidades han graduado profesionales agroecólogos; se dan
diplomados en agroecología; tenemos el Programa Todas Las Manos a la
Siembra, sustentados en dos resoluciones educativas que promueven y
obligan a incorporar contenidos de la ciencia agroecológica en todo
el sistema educativo desde la primaria, secundaria y universidades.
También nos complace tener promotores de las Escuelas Campesinas
de Formación de Promotores Agroecológicos.
Es
necesario dejar explicito que no existe en los anales históricos de
los movimientos sociales del mundo y en otros tantos procesos revolucionarios
en donde se allá tomado una ESPERADA Y TRASCENDENTAL decisión de expropiar
a una transnacional en tal contexto. A los revolucionarios comprometidos
de verdad y consecuentes con esta realidad, debe ser motivo de estimulo
y confianza, el seguir avanzando por la consolidación de la agroecologia
en Venezuela. Ello sería el definitivo y fiel cumplimiento de la tres
r: de revisión, rectificación, reimpulso en los procesos productivos
impuestos, los cuales, desde hace 53 años exigen los cambios
como los que irreversiblemente se avizoran vienen en camino.