El tema
de la presente entrevista, como en toda la investigación donde también
fueron contactados otros ex miembros de grupos
que se alzaron en armas en varios países
de la región (Guatemala1, Argentina, Uruguay, Chile1, Chile2, Guatemala2, Nicaragua, Perú), gira en torno a un balance
crítico de esos movimientos revolucionarios de acción armada de algunas
décadas atrás, y a ver cuáles son los caminos posibles que en la
actualidad se le presentan al campo popular en su búsqueda de otro
mundo más justo, menos salvaje y sanguinario que el contemporáneo.
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Javier Lajo:
¿En qué situación se encuentra la parte organizativa de los Comités
de Autodefensa de Ayacucho en la actualidad?
Jorge Choque: Como en todo el Perú hay dos aspectos en este momento: los comités se mantienen en forma pasiva, por tanto no está vigente la organización activa, pues hay aspectos que nos limitan. Por otro lado, los Comités de Autodefensa están siempre llanos y dispuestos a decir ¡alto a la violencia! y no solamente a la violencia terrorista, sino a sus raíces, que son la corrupción y la extrema pobreza que tanto nos castiga. Entonces estamos ahí esperando y evaluando hasta dónde avanza esto, porque no hemos tenido ningún interés de grupo. Lo que nos ha obligado a organizarnos y entrar en la guerra es el respeto a la vida. Nosotros nos hemos organizado para hacer prevalecer el derecho a la vida, porque como todos sabemos en la década del 80 Sendero Luminoso inicia su lucha en Ayacucho, y luego a nivel nacional empezaron a castigar cruelmente a los campesinos, dirigentes de comunidades, a los alcaldes, tenientes gobernadores, a reclutar gente. Y a quienes se oponían los tildaban de cabeza negra, y luego los asesinaban. Entonces, frente a ese abuso el pueblo se levanta; y no solamente contra el abuso de Sendero, sino contra el abuso que las Fuerzas Armadas en el afán de derrotar a Sendero se lanzan contra las comunidades campesinas. Con esto no quiero decir que las Fuerzas Armadas no sirven, sino que no tenían una estrategia clara. En cambio nosotros, o sea el pueblo organizado, nos levantamos y tanto a las fuerzas del orden como a Sendero Luminoso les dijimos ¡alto!, porque no podían seguir matando masivamente a los comuneros indígenas, que al parecer era su única estrategia. Esa es la razón de los Comités de Autodefensa, esa es la convicción con la que hemos luchado.
Por supuesto
que nuestras acciones han permitido el respeto a la democracia, a la
propiedad y a salvaguardar la idea de un verdadero Estado peruano. Ha
sido una labor de la que no nos lamentamos, sino que sentimos orgullo,
porque si el pueblo organizado y armado no intervenía, la cifra que
ha arrojado la Comisión de la Verdad sería el doble o cinco veces
más grande. Pero gracias a los pueblos y comunidades andinas y amazónicas
que se levantaron en forma masiva y rotunda, se ha neutralizado esa
matanza. Ahora, para terminar mi respuesta, lamentablemente nosotros
no hemos tenido ningún interés político, solo el interés de respetar
la vida. La carencia de intereses y objetivos políticos como pueblos
ha hecho que hayamos sido usados por los gobiernos de turno y por la
clase política criolla. Eso nos tiene indignados; por ejemplo en 1984
no había una ley que nos reconozca. Nos hemos levantado entonces con
el nombre de Comité de Defensa Civil; ése era el nombre, no había
una ley que nos regulara, que nos permitiera estar facultados para andar
en grupos o portar nuestras escopetas. Así hemos tenido que arriesgar
y hemos tenido que afrontar una serie de dificultades. Lo hicimos del
84 al 90; en esa época era el gobierno del arquitecto Belaúnde Terry.
Luego vino el primer gobierno del APRA, y después Fujimori; entonces,
con éste nosotros hicimos una gestión que fue acogida. La propuesta
la trajimos a Lima y ahí es donde se logra la ley donde nos reconocen
con el nombre de Comité de Autodefensa.
Javier Lajo:
Como grupo organizado y armado, ustedes se diferencian de Sendero
Luminoso en confrontación directa, en lucha directa.
Pero ¿cómo pueden diferenciarse también
de las Fuerzas Armadas? Como se ha sabido, en muchos sitios el campesinado
quechua ha sido utilizado como carne de cañón.
¿Ustedes caen en ese mismo juego o se diferencian?
¿Y cómo se diferencian también de las Fuerzas Armadas?
Jorge Choque:
En muchas partes ha habido confusión; en algunas oportunidades hemos
escuchado que el Comité de Autodefensa ha sido subordinado por el Ejército,
manipulado. Eso es falso, porque hay dos cosas claras en cuanto a la
diferenciación. ¿Qué hizo Sendero Luminoso? Hizo un trabajo político
en el campo. Dijeron que iban a defender al proletariado, que iban a
defender a los campesinos, a la gente pobre y que estaban luchando por
los intereses de los pobres. Pero en la práctica lo que hacían era
aniquilar a los pobres. Lo que efectivamente se veía es que estaban
luchando contra los pobres; más aún, a muchos los han comprometido
para formar parte de Sendero, y así los han hecho tener problemas con
las fuerzas del orden. Entonces, en esa parte sí hemos tenido una clara
ideología donde nosotros no estábamos de acuerdo con esa política
“barata” de Sendero, porque era una cuestión “barata” tomar
el nombre de los pobres y más tarde aniquilarlos. Entonces, cuando
venían a pedir cupos, decían: “ustedes van a cosechar una hectárea
de cafés, 50 sacos; 25 para ti y 25 para el partido”. Eso decían;
pero eso es una cuestión de engaño. Por otro lado, en cuanto a las
fuerzas armadas, tienen la obligación y el deber de dar la seguridad
a los habitantes, para eso se han constituido. Pero no era así: entraban
a una comunidad donde por ahí les habían dado el chisme que hay Senderos
y que todos son terroristas, y sin saber certeramente quién era quién,
lo que hacían era entrar, y con prepotencia decían: “¡oye, tú
estás sospechoso, tú me acompañas, tú también!”. Entonces no
tenían una lógica, no tenían estrategia. Solo el hecho de dar un
trato brusco. Entonces cualquiera se asustaba. Les hablaban groserías,
y naturalmente cualquiera se asusta. Pero eso de estar asustados, para
ellos era ser sospechosos, y automáticamente esa gente era de Sendero,
y por tanto eran tomados prisioneros, y muchos de ellos desaparecidos.
Entonces, desde que aparecen los Comités de Autodefensa, nosotros por
nada hemos permitido desaparecer a nuestros hermanos. Lo que nosotros
hemos hecho es averiguar quiénes estaban comprometidos con Sendero
Luminoso. Detectábamos que eran fulano, mengano y zutano, y nosotros
le hemos dado 24 horas de plazo para que desaparezcan de este territorio.
Y desaparecieron. Y nos dejaron a la gente que nada tenía que ver con
Sendero. Luego venía el Ejército y decía: “acá hay tantos sospechosos.
Bueno, señor: acá qué sospechoso va a ver, usted traiga su relación,
traiga su guía; si es terrorista usted tiene la razón de recogérselo
y llevárselo preso, pero si con el argumento que es sospechoso va a
interrogarlo y llevárselo, y después lo desaparece, no”. Pues ahí
nos hemos puesto nosotros fuertes, y por tanto las fuerzas del orden
han tenido que acatar, porque nosotros éramos la ponderación, éramos
el pueblo organizado, entonces de esa manera hay una gran diferenciación
en esa parte. Lo que nosotros hemos pedido y forzado de ambos bandos
es el respeto a la vida. Por eso ganamos la guerra.
Javier Lajo:
Entonces se puede decir que ustedes han puesto orden por el respeto
a la vida tanto a Sendero Luminoso
como las Fuerzas Armadas. Pero eran
conscientes que en determinado momento de la lucha contra la violencia
en las zonas de emergencia, ciertos altos mandos de las
fuerzas armadas estaban implicados con el narcotráfico.
Cuéntenos cómo ha sido esa época donde prácticamente las
fuerzas armadas no representaban ya el orden del Estado, y cómo es
que ustedes, por encima de esa no distinción de oficiales de las
fuerzas armadas y también de Sendero que no ofrecía una dirección
o un orden digamos superior, ¿cómo es que ustedes logran imponer un
orden? Era el tiempo del llamado “equilibrio estratégico”, porque
prácticamente el Perú estaba a la deriva, era una nave al garete.
Si fueron conscientes de eso, sería conveniente
evidenciar su manifestación.
Jorge Choque:
Creo que de eso todo el Perú sabe. No es una acusación, sino una historia
real: nosotros en ningún momento hemos tenido vinculación de confianza
con las fuerzas armadas, porque nosotros hemos sido una organización
autónoma, que en una forma voluntaria nos hemos organizado pues queríamos
el respeto a la vida. En cuanto al tema del narcotráfico, ha habido
vídeos, ha habido informes que ciertos altos mandos de las fuerzas
armadas, muchos de los cuales hoy purgan prisión, usaban los helicópteros
para trasladar las drogas. En fin, esto no es cosa nueva. En esa parte
no hemos estado involucrados, en caso contrario todos nuestro líderes
estarían en la cárcel, porque así como hay altos mandos militares
que están acusados, detenido, prófugos, desaparecidos, otros están
purgando cárcel; así hubiéramos estado nosotros. En cuanto al orden
territorial, nosotros pensamos que un verdadero Estado peruano nace
de las bases de la nación, que son las comunidades. Desde allí es
que se forjó una organización jerarquizada para el orden territorial
en toda la zona de emergencia, que rompió ese “equilibrio estratégico”
donde las fuerzas armadas tenían todas las de perder. La cúpula de
nosotros ha sido un grupo de gente por cada comunidad que se ha decidido
a luchar por la vida, y por tanto teníamos nuestros dirigentes, los
comandos. Entonces, hablando de jerarquía, con este grupo que representaba
lo mejor de cada pueblo, teníamos que diseñar la estrategia. Por tanto
la organización avanzó así a lo largo del valle del río Apurímac
y en otros departamentos, ya por distritos, por zonas, y así sucesivamente.
Ya una vez que el comité central que manejaba todo el territorio de
la zona de emergencia se vio pleno en su mandato, tuvimos que repartir
ciertos territorios a los coordinadores zonales, que así nosotros los
llamábamos. Entonces así estuvimos trabajando la cultura de autodefensa,
que era por tres niveles: el primer nivel era comité de base, segundo
era el comité zonal, y el tercero era el Comité Central. Eso era la
estructura de los comandos de autodefensa.
Javier Lajo:
Hay un momento en que Sendero Luminoso
deja ya de estar organizado para matar, para
hacer explosiones, etc., cosa que se profundiza a partir
de la captura de Abimael Guzmán. Entonces
¿cómo reaccionan ustedes ante esta derrota de Sendero, cómo toman
ese hecho y qué pasa con el Comité
Central de los Comités de Autodefensa?
Jorge Choque:
Cuando sucede la captura de Abimael Guzmán, y después de Feliciano,
esos acontecimientos no significan que Sendero esté derrotado. Los
derrotados son los cabecillas, la estructura, pero la semilla de la
violencia continúa sembrada. Hay un aspecto político e ideológico
importante: las nuevas generaciones de hoy todavía creen que las ideologías
extranjeras son una solución para nuestra realidad. Entonces, frente
a ese pensamiento colonizado, este mal siempre estará latente. Ahora
mismo tenemos un rezago en el valle del Apurímac y Ene y en otros departamentos:
representan un peligro que puede volver. Pero para este caso hay responsables
aquí, que son los gobiernos de turno. Estarán esperando que el problema
se empeore para volver a castigar al campesino, al pueblo, porque es
ese Estado de Lima el que tiene que ver la prevención de estos rezagos,
y no esperar la última hora para salir con las medidas y declarar zona
de emergencia, zona roja. Esto es responsabilidad actual de gobierno;
en este caso los comités de autodefensa aun permanecen con armamentos.
¿Hasta cuándo los civiles vamos a estar con la escopeta en el hombro?
Esa no es nuestra función, esa tarea debe culminar sí o sí, ahora
mismo, y dedicarnos netamente a nuestras actividades, a desarrollar
nuestras comunidades, luchar contra la pobreza, pero también contra
la corrupción que es lo que impide nuestro desarrollo. Eso es lo que
nos toca ahora hacer, pero lamentablemente en esta parte los gobiernos
de turno se hacen de la vista gorda y no nos llaman tampoco a concertar.
Mientras no nos llamen, no podemos salir a decir, hacer esto o aquello,
porque en muchas ocasiones hemos solicitado, con documentos, la reestructuración
de la lucha contra el terrorismo, la culminación de la pacificación,
pero no nos han hecho caso. Esa es la verdad: no nos han hecho caso.
Javier Lajo:
Hace un momento hablábamos que la masa de los comités de autodefensa
está actualmente en la zona cocalera y un pequeño sector en las comunidades,
que tienen diferentes actividades agropecuarias; pero esta situación
es inestable, en la medida que el narcotráfico sigue siendo una alternativa
en la compra de su producto.
Jorge Choque:
En esta parte, como usted acaba de decir, en las zonas cocaleras lo
que está pasando es que Sendero está usando un lenguaje cambiado.
Ellos se presentan ahora ante las comunidades como si fueran la divina
pomada. Dicen: “compañeros, ustedes están sembrando la coca, nosotros
vamos a respaldarlos...” ¿En qué aspecto? Dicen que van a apoyar,
¿y cómo van a apoyar? ¿Van a hacer que la coca suba más? ¿Van a
apoyar en la producción de más coca? ¿Van a apoyar en que el Estado
respete o qué cosa van a apoyar? Entonces en ese juego están cayendo
algunos hermanos. Dicen: “Sendero está por acá, no podemos sacarlos
porque con ellos nuestra coca va a subir ¿no?” Eso es falso; con
el tema de la coca y de los campesinos lo que tenemos que hacer es sentarnos
con el Estado de Lima y analizar esto. Las cosas hay que hablarlas claras
y por su nombre, de esta manera es que se tiene que buscar una alternativa.
Esa cúpula remanente de Sendero que está andando por allí, que dice
que nos va a defender, los conocemos lo suficiente, pero algunos hermanos
están cayendo en ese juego del narcotráfico y de la violencia.
Javier Lajo:
Yendo al grano: el Comité Central de los Comités de Autodefensa, después
de la derrota de Sendero, fue desmantelado, dividido.
¿Qué pasó? Porque si existiera hoy un comando de esos comités, ese
comando podría organizar nuevamente a sus hombres y dar una alternativa
real a la siembra de coca, ¿verdad?
Jorge Choque:
Por supuesto, eso es lo que en algún momento se tiene que dar. Miles
de comuneros ya tienen una experiencia muy rica en la lucha contra Sendero;
remediar el problema del narcotráfico no va a ser muy difícil. Lo
que pasa es que la política agraria de los gobiernos de Lima no ayuda
a resolver esto; parece que hubiera infiltrados en los gobiernos que
impiden con sus políticas las soluciones definitivas, porque esos infiltrados
tienen la misión de hacerle “la camita” al narcotráfico. Es el
caso del TLC, por ejemplo: si se aplicara como se está pensando aplicar,
miles de comuneros se van a incorporar a la siembra de la coca como
única alternativa a la situación de pobreza mayor que provocará la
competencia desleal por la importación sin freno de alimentos subsidiados
por los Estados Unidos.
Javier Lajo:
Pero ¿por qué no existe ahora una organización centralizada de los
organismos de autodefensa, que así
como derrotó a la violencia, derrote hoy al narcotráfico?
¿O es más poderoso el narcotráfico que el terrorismo?
Jorge Choque:
En este caso allí estuvo el juego que hizo el Estado. Me refiero a
los gobiernos de turno. Lo que han hecho es que han dividido, destruyendo
en la práctica la estructura de la autodefensa de las comunidades.
Inclusive en el reglamento de las funciones allí está bien claro,
sin embargo hay que reformular mejorar ciertas cosas que no son tan
correctas, que reflejan el juego de los gobiernos y del Estado. No quisiera
adelantar esto, pero el Estado tiene ciertos intereses de dividir nuestra
organización porque, caso contrario, hace rato nos hubiéramos puesto
de acuerdo para poner punto final al tema de terrorismo y del narcotráfico.
Son esos infiltrados del narcotráfico que desde el Estado han atentado
y siguen atentando contra nuestra organización de autodefensa para
destruirla. El tema de la coca tiene alternativas, y las cosas para
el campesino están claras. Lo que pasa es que no hay voluntad política
de resolver esto, porque temen más a la organización de los campesinos
comuneros que al narcotráfico y al terrorismo. Lo que pasa es que los
países que están interesados en la erradicación del narcotráfico
deben sentarse con nosotros y escucharnos, porque alternativas existen
y nosotros las conocemos bien.
Javier Lajo:
¿O sea que los gobiernos de turno han dividido a la estructura de comando
que han tenido ustedes?
Jorge Choque:
Sí, han dividido.
Javier Lajo:
¿Y cuántas cabezas habrían ahora, son múltiples o son pocas?
Jorge Choque:
Lo que hay son cabezas múltiples, y cada uno está repartido: el otro
está con un ministro, el otro con un congresista, el otro con un alcalde,
el otro está con un presidente regional… Bueno. así se está: la
clase política logró dividir, pero en algún momento esto lo van a
ver claro, y la gente va a levantarse por sí misma y va a elegir a
un comando nacional para hacer prevalecer una organización central,
porque sabemos que el peligro y el pasado pueden volver, y eso no lo
vamos a permitir. Para nosotros esto ha costado miles de vidas y millones
de soles a los comuneros, a los indígenas; nos ha costado mucho pacificar.
Por eso, que vuelva a suceder la violencia no estaríamos de acuerdo.
Javier Lajo:
¿Qué dificultades ha encontrado HECI PERU para agrupar o reagrupar
a todos los comités de autodefensa, darles un orden hacia el desarrollo
y darles alternativas de siembras de otros tipos de productos que no
sea la hoja de coca? Ahí está la experiencia, por ejemplo, de la siembra
de estevia o azúcar verde, o del kamu kamu, etc.
¿Cómo ve esta parte? ¿Cuáles son las dificultades que han tenido
para pasar de la lucha contra la violencia a la lucha por el desarrollo?
(porque es más fácil luchar contra la violencia que conseguir el desarrollo)
Jorge Choque:
Estamos en un proceso de organización. Justamente el lema de los héroes
civiles es: “Ayer por la pacificación, hoy por el desarrollo”.
Lo que hemos dicho es que si ayer hemos luchado por la pacificación,
ahora nos toca luchar por el desarrollo. Estar en la lucha ha significado
mucho desgaste social, mucho desgaste económico de parte de la población;
entonces, con la población nos hemos constituido en una Asociación
Nacional de los Héroes Civiles y Protagonistas de la Pacificación
del Perú. Allí estamos en ese proceso; hemos tenido una serie de proyectos
en donde hemos presentado a los gobiernos de turno para que nos puedan
atender; pero sin embargo hemos encontrado que para nosotros no hay
atención. Nosotros no merecemos nada. Entonces nos hemos dado cuenta
que allí está la corrupción, la mentira. No podemos hablar de hacer
desarrollo, no podemos hablar de luchar contra la pobreza, porque primero
hay que combatir la corrupción, la inmoralidad en los tres poderes
del Estado. Eso es lo que hay que hacer en concreto, porque mientras
continúe la corrupción, la inmoralidad, no se va a poder hacer nada,
no vamos a poder luchar en este caso contra la pobreza, ni mucho menos
hacer el desarrollo.
Javier Lajo:
La lucha contra la corrupción ¿es una lucha política?
¿Es una lucha de qué tipo?
Jorge Choque:
Esto es una lucha de conciencia, una lucha política, porque así como
vemos a vista y paciencia, la corrupción está en cualquier gobierno
de turno. Entonces, si específicamente hablamos de nuestro presupuesto
nacional, un cuarto de nuestro presupuesto nacional se estará yendo
a la corrupción. Por eso estamos como estamos. Tenemos un Poder Judicial
que no es favorable para los peruanos, es caduco prácticamente; tenemos
un Poder Ejecutivo así como un Legislativo que a los que más tienen
más rápido favorecen, y a los que menos tienen nada, ahí que se mueran.
Por tanto hay que hablar de una reestructura política mucho más amplia
entonces; esto hay que madurar, esto hay que iniciar así como los comité
de autodefensa, como en un principio hemos iniciado a crear conciencia
y ahora nos organizamos, creo que es la etapa para nosotros que tiene
que hacerse realidad.
Javier Lajo:
Ustedes han participado del III Congreso de los Pueblos Indígenas de
Perú realizado en Huamanga el 3 de marzo el año pasado.
¿Ven por ahí una alternativa política?
Dado que asumen ustedes unas banderas de luchar por la identidad, luchar
por recuperar la conciencia histórica,
¿cómo ve el futuro de esta propuesta política?
Jorge Choque:
Justamente esta propuesta para nosotros es una alternativa. Lo es, porque
en realidad toda una vida nosotros, las comunidades andinas y amazónicas,
los comuneros, las comunidades campesinas, los agricultores, estamos
de regalavotos. Nosotros regalamos nuestro voto en cada elección; cada
vez que se presentan, regalamos por aquí, por allá. Entonces es un
gran error que estamos cometiendo. Nosotros consideramos que la agrupación
de la Confederación de las Nacionalidades Indígenas de Perú es una
alternativa que tenemos para recuperar nuestra identidad, porque si
hablamos de los quechua hablantes somos más de 10 millones de peruanos,
y por tanto también queremos tener nuestro propio movimiento político
con el cual podemos apostar por nosotros mismos en vez que estemos regalando
votos por todos lados. Ya basta que los candidatos estén regalando
fotos, calendarios, polos, etc., y al final nada hacen por nuestro país.
Entonces, para nosotros, CONAIP es fundamentalmente una alternativa.
Javier Lajo:
Normalmente la prensa recuerda la desaparición de Lucanamarca, de Huancasancos
y otras comunidades como Uchurajay, Huaychao, desaparecidos del mapa,
pero la historia no registra nada sobre las comunidades que han triunfado
por encima de Sendero. Entonces usted, como destacado luchador contra
la violencia en toda la zona de emergencia,
¿qué anécdotas de las grandes batallas que se han dado a nivel de
las comunidades podría recordar?
Jorge Choque:
Por ejemplo, una de ellas, lo que no se conoce es el caso de Iribamba.
Este caso ningún periodismo lo ha tocado, porque en realidad esta comunidad
tiene una historia oculta. Ha tenido más de 25 ataques de los subversivos;
esto está en la jurisdicción del centro poblado menor de Palmapampa,
en el valle Samovares, que es la comprensión del distrito de San Miguel,
provincia de La Mar. Nunca se ha publicado ningún atentado, ningún
ataque contra esta comunidad. Creo que ahora es oportuno hablar de esta
comunidad y darle también su lugar, su sitial que le corresponde e
indemnizarlos, porque allí ha habido masacre tras masacre. Reiteradas
veces ha habido heridos, muertos y todos los comuneros han permanecido
allí sin rendirse a los ataques y atentados que cada rato realizaban
los senderistas en las décadas de los 80 y 90. Pero la indemnización
no llegará allí. La historia no pasa por allí, ni siquiera tienen
buena carretera, ni siquiera hay un buen centro educativo, no hay hospital,
pero gracias a esos hermanos comuneros, lo poco que han tenido lo han
invertido en la pacificación sin rendirse nunca.
Javier Lajo:
¿Y por qué era importante atacar a Iribamba para Sendero, qué
zona estratégica tenía?
Jorge Choque: Entrando por Herradura, por el distrito de Santa Rosa, hacia Palmapampa, Pichihuilca eso está en la parte de la entrada; ahí justamente está la comunidad de Iribamba. Por ahí está el puente peatonal que nuestros ancestros han construido; entonces, por esa entrada es por donde paraban atacando. Les gritaban: “miserables, cabezas negras tienen que desaparecer les vamos hacer cenizas, y si no quieren que le hagamos cenizas, retírense”. Porque Iribamba era un obstáculo para que Sendero ataque Palmapampa y Pichihuilca, y luego escapar por este pueblo. Entonces esta es la razón por la que han atacado muchas veces esa comunidad; pero los iribambinos jamás se rindieron, hasta la fecha permanecen en su lugar. Iribamba es una comunidad heroica en la guerra por la paz y ejemplo para todas las comunidades del Perú, porque es un bastión del Estado peruano. A ellos no les vamos a preguntar por qué el Estado de Lima no ha llegado a su comunidad, porque ellos son célula real del verdadero Estado peruano.
(*) Javier Lajo
(Miembro del Equipo de Investigación y Entrevistas, junto a Marcelo Colussi / Rodrigo Vélez-Guevariando-)