Decía
que cada quien le dio y le da una lectura distinta a lo sucedido. Esta
noticia se regó como pólvora por las salas de redacción de los medios
de comunicación y no había lugar donde concentrados dos o más personas
no se comentaran lo sucedido y las sanciones legales y morales que les
acarrearía a esas 35 personas de oposición que en flagrancia y retando
los poderes del Estado cometieron ese hecho de impedir que más de 700.000
personas se movilizaran a esas horas; lo cierto es que toda la opinión
pública nacional devino en comentaristas, tantos críticos y críticas,
así como también salió a la palestra los y las que están a favor
de esa acción, lo cierto es ambas partes coincidían como un “tiro
al piso” las implicaciones que les acarrearía a quienes en un “arrebato
iluminado de consciencia tomaron la decisión de paralizar el funcionamiento
del Metro”.
Como
profesor de Gestión Pública, yo le agrego Bolivariana, no falta quien
te llame o te escriba al correo electrónico para decirte de manera
capciosa, mal intencionada y en tono burlón después de darte el “saludo”:
-Te enteraste o Profesor, se enteró que están en libertad las 35 personas
que paralizaron el Metro ahora si se va a enderezar el país y se va
a derrotar la perversa burocracia!
En
lugares y en tiempos distintos y hasta en el Aló Presidente al cabo
de unos días el propio Comandante Chávez fijaba posición e interpretaba
el sentir del pueblo que reprochaba la actitud de los 35 opositores.
La
libertad concedida consistió en que fue mal instruido el expediente
acusatorio, la Fiscalía apela la decisión de la indebida libertad.
Alguna
persona comentaba:- Y porqué no fueron a un medio de comunicación
de la oposición que son muchos y bastantes, ah! retaron al al aparataje
de Estado que heredamos, quizás evaluaron que mucha gente se les iba
a sumar y generar el caos en Caracas o quizás en toda Venezuela y a
nivel internacional como hicieron con la alharaca que montaron con el
Viaducto desde y hacia la Guaira.
Con
el propósito de aportar en la discusión pública transcribo las dos
primeras líneas primer párrafo del artículo 50 constitucional:
“Toda persona puede transitar libremente y por cualquier medio por
el territorio nacional…”
me pregunto cuál institución tiene que garantizar este derecho desde
el punto de vista material y subjetivo. Ahora bien, no es discutible
si es un delito si por la fuerza se impide el funcionamiento del Metro
y además hay afectación a otras personas cuando se le priva de la
libertad al obstruirse que salga o entre al vagón de dicha unidad de
transporte masivo.
No
hubo medio de comunicación en Venezuela que no diera cobertura al hecho
público, notorio y comunicacional de manera que no hubo “in fraganti”
fue un hecho público intencional para conocimiento público intencional.
Y
no es menos importante el artículo 253 constitucional
Capítulo III, Del Sistema Judicial y el Sistema de Justicia. Sección
Primera: Disposiciones Generales, quien dicta: “La potestad
de administrar justicia emana de los ciudadanos y ciudadanas y se imparte
en nombre de la República por autoridad de la ley…”
Me
pregunto que quedó por demostrar en el caso aludido, además de instruir
un buen expediente anexar las correspondientes filmaciones de los distintos
canales de televisión con la argumentación de quienes paralizaron
el Metro y sus alegatos.
Ahora
bien, no me preocupan las llamadas, mensajitos y correos electrónicos
que me hacen para darme casquillo, me preocupa es lo que diga los viejos
Tarcisio y Berto quienes tienen a cuesta más de 80 años sobre sus
sienes y están arre-rabiosos porque se están burlando de las mismas
leyes y del pueblo y dígame se burlan de ese muchacho que tanto trabaja
por el país y que es el propio presidente! Que quedará pal resto!
expresan desconsolados, desorientados y sin apetito, situación que
ya preocupa a sus familiares porque como ellos dicen están sufriendo
desde Isaías Medina Angarita cuando tuvieron consciencia de país y
ahorita que hay un luz la quieren apagar.
Quien
también es un caso es el Tío Fonseca, siempre rezongón y cuestionador
de todo y a quien siempre he tratado de convencer de la pertinencia
histórica del Comandante Chávez en la presidencia de la República
pero como un sempiterno rezongador me responde de manera provocadora:
- yo termino de creer en Chávez cuando algún día antes de que me
muera quiten la taza de Nescafé, la Bola de Pepsicola de la Plaza Venezuela!
Días
atrás llame a Tío Fonseca y le dije en tono satírico: - la Plaza
Venezuela se ve linda, verdad Tío? y me respondió como un rayo! –si
pero creo en él y en su proceso cuando pongan presos a quienes paren
el metro cada vez que les de una puntada de c…! Mi tío con esa respuesta
me dejó fly, me despedí rápido y le pedí la bendición la cual me
dio con su tono de anciano y mamadorcito de gallo: -Dios los bendiga
hijitos. Ahora quien rezongaba amorosamente contra mi abuelo era yo.
Vale
decir que Tío Fonseca se mete a la habitación con la excusa que va
a descansar pero ve todo el Aló Presidente y cuando sabe que el hombre
va hablar o está hablando se mete a la habitación “y que a
descansar” pero es para ver la alocución presidencial y más de una
vez lo hemos capturado aupando al presidente, Comandante Chávez, cuando
dice: -Dale duro a esos Ñiquiñaque!. Tío Fonseca llama así los escuálidos.
El
tío Fonseca en más de una vez nos reta y nos dice en tono muy solemne:
-Miranda tenía razón, pa´ que este país cambie hay que acabar
con el Bochinche, acabar con el Bochinche! Y agrega: - no ayudan a mi
muchacho…
Saltamos
de júbilo, todos sus familiares lo rodeamos y lo emplazamos y se da
éste diálogo: - Entonces Tío Ud es Chavista! Responde como un rayo!:
-Soy patriota!. Bueno pero Tío, el Comandante Chávez es patriota.
De nuevo nos emplaza: -Bueno, que acabe con el Bochinche!
Me
digo mentalmente: -con dos tíos así, quién? Pero tiene razón, hay
que acabar con el bochinche! Avanzar indetenidamente hacia la construcción
del Estado Bolivariano que es la expresión de la República Bolivariana
de Venezuela, es verdad, no pueden convivir dos Estados, unos de ellos
va a vencer, retrotraernos es darle la victoria al Estado de la Oligarquía,
al Estado de opresión pero ese Estado aún tiene poder y tiene afiliados
corporativos que lo defienden.
(*) Profesor – Periodista