Todo parece indicar que el planteamiento de crear una Corriente Revolucionaria
en el seno del PSUV ha tomado cuerpo en un sector con capacidad de opinión, por
lo que, inevitablemente, tan importante propuesta política se expresará en los
debates del Encuentro Nacional convocado por el líder de la revolución
bolivariana y socialista, comandante Hugo Chávez Frías.

Algunos de los proponente de esta Corriente Revolucionaria la argumentan en la
necesidad de profundizar el debate político y la formación ideológica entre los
militantes y las militantes del PSUV y avanzar en la construcción de un Partido
que respondan a los nuevos retos planteados en el país y en el escenario
internacional, relacionados con las amenazas burguesa-imperialistas sobre la
revolución venezolana y los procesos soberanistas y de cambios progresistas que
se viven en América Latina pero, existen otros sectores que además de
reivindicar lo anterior, lo vinculan con derrotar a los sectores internos que
califican como la “derecha endógena” y la “quintacolumna” contra-revolucionaria
que, en su opinión, controla parte importante del aparato del partido, el
gobierno y el Estado, en general y, que con base a ese poder, determinan el
curso no revolucionario de este proceso.

El PSUV, en su joven vida como organización política, ha acogido generosamente a
las más diversas corrientes de opinión y propósitos políticos del campo
patriótico y revolucionario venezolano, quienes han podido convivir y actuar
libremente en el seno de una organización que tiene la cifra de siete millones
de venezolanos y venezolanas registrados y dos millones y medios organizados en
Batallones; cantidad que supera la capacidad de organización y dirección de las
débiles estructuras y liderazgos nacionales (excepto de Chávez) y regionales y
que se profundiza con la ausencia de estructuras municipales y parroquiales, que
activen las tareas político-organizativas y de movilización permanente del
Partido.

Reconociendo la sinceridad que pudiera existir en quienes proponen la
construcción de la Corriente Revolucionaria, ella pudiera expresar la angustia o
desesperación de quienes promueven la creación tal Corriente para convencer a
los y las militantes del partido de lo acertado y justo de sus propuestas
políticas, y de la validez de quienes lo representan en el seno del Partido,
mediante el debate democrático de ideas y la educación política y formación
ideológica del pueblo bolivariano, optando por un medio que puede conducir a la
fractura de la endeble unidad interna.

Pretendiéndolo o no, los proponentes de la llamada Corriente Revolucionaria en
el seno del PSUV, deben considerar que, en las presentes circunstancias de
ofensiva imperialista y cierto estancamiento en el crecimiento de las fuerzas
revolucionarias y populares, la creación de tal corriente derivará,
inevitablemente, en una FRACCION que se organizará como estructura paralela en
el seno del PSUV y cuestionará – en los hechos – el liderazgo unificador del
comandante Chávez, tensando las relaciones entre los liderazgos nacionales,
regionales, locales y en los movimientos sociales, implosionando la unidad
organizativa de los Batallones, desmembrando los esfuerzos unitarios de las
organizaciones sociales y debilitando las relaciones políticas con los aliados.

Más que corrientes, fracciones y tendencias y demás estructuras
metapartidistas, la urgencia del PSUV es acerar su unidad mediante la revisión
de su estructura organizativa, promoviendo la consulta democrática de los
Batallones sobre los planes políticos del partido, incorporando a nuevos
liderazgos emergentes en los niveles de dirección, fortaleciendo el trabajo
educativo en el seno de los Batallones, separando la responsabilidad de gobierno
de la del partido y, desarrollando una amplia convocatoria unitaria del pueblo
bolivariano que reúna a partidos y personalidades patrióticas, democráticas y
revolucionarias, en la defensa del proyecto de Estado Bolivariano Social de
Derecho y Justicia, en larga transición al Socialismo.