Dejar de ser ingenuo

La lucha interna es por la torta

El fantasma de la división siempre es un problema a resolver en la gran mayoría de las organizaciones sociales sea de cualquier índole, por éllo los movimientos políticos constituidos en partidos, tienen tiempos de constitución y desarrollo, donde la borrasca del divisionismo es el pan nuestro de cada día; cuadro dificultoso que es entendible en razón a la multicitada de factores o sujetos que le conforman en las primera de cambio. E incluso el divisionismo casi siempre está presente aún en los mejores momentos de la organización, ya que las tendencias, el grupalismo y aspiraciones de asumir liderazgo o posiciones de orden gubernamental o económico saltan en el instante menos esperado, para dar al traste con la unidad que parecía existir desde hacía algún tiempo.

La historia política de Venezuela es el más exacto reflejo de lo que ha significado la divisiones y subdivisiones en los senos de las organizaciones partidistas de todos los tiempos, el fraccionalismo ha sido y sigue siendo una especie de fantasma que no acaba de irse, siempre está allí presente como colgando de un péndulo a punto de salta como la liebre.

Este cuadro lo podemos observar en la coyuntura política actual tanto en la derecha como en la izquierda, donde proliferan grupos y subgrupos que se mueven como peces en el agua para sobrevivir en medio de intereses de grupos y subgrupos de mayor poder o control en lo político y por tanto en lo económico. Es una especie de carrera por mantener el control de la torta como lo he dado en llamar.

Grupos o tendencias nacionales que preservan ramificaciones en las regiones y éstas a su vez en el interior de las entidades federales, especie de franquicias que cogen línea a la hora de cualquier confrontación interna, cerrando filas para defender los intereses casi siempre económicos de esa especie de amos nacionales o de la región, que percutan su alerta ante cualquier posibilidad de perder el control de la torta que genera la presencia del los poderes de la República asentados en las regiones.

Por eso soy de los que alerto y creo que debemos dejar de ser ingenuos, y detenernos un instante a revisar hacía adentro de la organización partidista; escrudiñando sin tapujo que es lo que en verdad está aconteciendo, que intereses se estarían moviendo en el interior y entorno de las supuestas tendencias o grupos que hacen vida por ejemplo dentro del PSUV, no vaya a ser que todo se resume en tratar de evitar perder a como dé lugar el control que seguramente unos y otros se disputan de la torta que se genera de la presencia en la geografía Estadal de los entes gubernamentales de carácter nacional.
Puja cierta y notoria que trae consigo la perversidad de contar con entes de carácter nacional asentados en muchos Estado, que son algo así como una especie de momias aztecas que ni huelen ni jeden. Pero que fueron puestas allí y defendidas a capa y espada por quienes detectan el control de la torta, delegaciones de ministerios que no hacen absolutamente nada por el proceso y por el contrario pareciera más bien especie de quintas columnas que hacen su trabajo de golpe suave, para que día a día la ultra derecha se posiciones de espacios que el proceso revolucionario ha conquistado en el fragor de la confrontación de todos los santos días.
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(*) Delegado ante el Congreso Ordinario del PSUV

macariosandoval@hotmail.com


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Macario Sandoval (*)

Equipo PSUV-Táchira.

 macariosandoval@hotmail.com

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