El SSXXI reta al capitalismo y su forma de propiedad porque dicho sistema despoja de ella a la inmensa mayoría que vive de su trabajo. La estafa inmobiliaria recién evidenciada aporta una nueva prueba. La propiedad sobre los medios de producción (tierras, fábricas, instalaciones, maquinarias, etc.) es “la propiedad privada” bajo el imperio del capitalismo, es la necesaria para producir la riqueza en manos de los trabajadores, y debe pasar a éstos progresivamente para reimplantar la justicia social y poner cese a la explotación de humanos por humanos. Pueden exceptuarse los medios de producción pequeños y medianos permitidos y amparados en función de satisfacer necesidades sociales. La propiedad privada personal (vivienda, medios de educación, cultura y salud, ingresos y ahorros provenientes del trabajo, medios de transporte y demás objetos de uso que no contravengan la ley), es intocable y el desiderátum es que todos la posean, que se creen las condiciones para hacerla posible a la inmensa porción de humanidad desposeída por el capitalismo. Por eso lucha la revolución, y gracias a ella masas de compatriotas antiguamente preteridas acceden cada vez más al disfrute de bienes y servicios que antes no poseyeron. Proseguiré.
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