El intenso período de lluvias que vive el país y que ha dejado una gran cantidad de familias damnificadas y varias entidades federales en situación de emergencia, es, en apariencia, un fenómeno natural, porque en esencia, sus causas están directamente asociadas con una forma de usar irracionalmente el potencial que la naturaleza nos ha aportado u ofrecido.
Las intensas lluvias de aquí, como el duro invierno en otras latitudes es una manera de la naturaleza cobrarnos el uso que el sistema capitalista le ha dado a los recursos naturales. Pagamos ahora esta factura y por los resultados de la cumbre climática que se realiza en México y que está en su etapa final; las próximas facturas vendrán con montos más elevados. El mundo se nos hace cada vez más complicado para la vida.
En el caso especifico de las lluvias que caen intensamente en varios estados del país, la situación nos ofrece la posibilidad de agregarle una lectura adicional, porque aunque responde a la misma causa, sus consecuencias tienen una connotación muy especial y diversa. Literalmente se puede decir que caen intensas lluvias y caen con ellas, parte de un proyecto político que aún luce fuerte y con apoyo social importante en sectores que sufren crudamente los impactos de esas lluvias.
¿Qué otras cosas caen?
En primer lugar, se derrumba una particular manera de ordenar el país, bajo un esquema u orientación profundamente centralista en su peor sentido y en tres direcciones: a) Caracas-Restos del País y b) Entidades Federales-Capital de Municipio y c) Capital de Municipios-Comunidades. Todos estos tres niveles con su respectiva anarquía
Se derrumba (y aunque muy pocos lo advierten) un esquema urbanístico de profundo sentido clasita, en el peor sentido que este término pueda tener. Desde el “modelo” urbanístico que cae con las intensas lluvias, hubo espacio y política de clase muy marcadas. Alguien pudiera decir con datos en la manos, que ese “modelo” urbanístico no fue claisticamente penado, pero aunque haya datos, no hay suficientes argumentos para sostenerlo. Sólo hay que mirar en cada entidad y en cada municipio como se ordenaron espacios y cómo se dejó para que otros fueran ocupado anárquicamente otros espacios y pasar por debajo de la mesa una política de habitad. La ausencia de una política de habitad, fue disimulada con una tímida política de vivienda. Si, así es. Está el este de Caracas, y habrá en Carabobo y otros estados del país, zonas muy parecidas al este de Caracas. Así, en cada estado se reprodujo el este, oeste y los cerros de Caracas. Todo los cerros y zonas pobres bajo la autoconstrucción y las zonas ricas y urbanizaciones bajo el financiamiento de la banca. Un esquema clasista perfecto.
Esta política estuvo intencionalmente escrita con tinta blanca para que so se percibiera sobre papel blanco. Es cosa de tener claro, cuántos de los municipios que por años y años estuvieron bajo la conducción de la llamada guanábana, lograron tener su PDUL y lograron ordenar el territorio en función de las orientaciones de este plan. Muy pocos tenían este instrumento y muy pocos de los que los estuvieron le dieron uso.
Caen entonces una manera clasista de ocupar el país y no nace aún, la nueva geometría del poder, que se fundamenta en un nueva manera de hacer uso de los espacios Geográficos.
Se derrumba también antes nuestros ojos y no la advertimos casi, una de las cosas que estaba quedando de ese modelo “armónico, igualitario, inclusivo” que fue empujado por este otro modelo hermoso de “democracia” que se instaló en el país a partir de 1958. Con las intensas lluvias cae también la reforma agraria de los adecos que “estratégicamente” se había refugiado en los cerros de Caracas y en todas las comunidades pobres que rodean las anárquicas concentraciones humanas que aquí equivocadamente llamamos ciudades.
Se derrumba todo eso, pero los representantes políticos e ideológico de todo eso, tiene el buen argumento para salirse el asunto y reclamar la ausencia de un plan de viviendas.
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