Reflexiones sobre el IVA
Se anuncian medidas económicas. Entre otras, me refiero al IVA y a una eventual devaluación de la también se viene hablando. Voy a discutir ahora principalmente lo que tiene que ver con el IVA.
Tendría que ser muy selectivo, pero esto siempre crea dificultades a la hora de seleccionar y sobre todo a la hora de ejecutar, pues cualquier descuido puede llevar a golpear a la clase media y ello no se debe hacer. Chávez ha hecho intentos serios por romper los muros. El IVA puede provocar un salto atrás. Sólo que puede afectar la credibilidad de todo el pueblo y darle armas a la oposición
Hay opciones que van desde reevaluar el uso del ingreso petrolero hasta el manejo de otros caminos impositivos e incluso, el endeudamiento.
El precio del petróleo en el presupuesto 2010 está calculado a $40 el barril. El precio ha fluctuado bastante por encima de esta cifra. Una buena administración podría jugar con este excedente, pero no tengo información acerca de cómo se ha manejado. Pero se podría establecer por decreto que a partir de un cierto nivel, el excedente podría ir hacia un fondo para enfrentar la contingencia. Ello depende hasta dónde ese excedente esté comprometido ya. Esta vía depende de eso.
Otro camino es un impuesto a las transacciones financieras y un impuesto extraordinario a las ganancias bancarias, es decir, un impuesto por el año 2011 ó 2011-2012. No sé el monto exacto de las transacciones financieras en Venezuela, pero esto no es difícil de calcular. Este impuesto a las transacciones financieras viene tomando cuerpo a nivel internacional y es objeto de debate en las Naciones Unidas. Por supuesto con la firme oposición sobre todo de EEUU. Lo que quiero decir es que el impuesto a las transacciones financieras tiene legitimidad internacional y es una de las opciones para desviar ganancias del sector financiero hacia el sector productivo. Es uno de los caminos para tratar de torcerle el cuello al capital financiero internacional y las nefastas consecuencias de su predominio.
El impuesto extraordinario a las ganancias bancarias es justo y legítimo. La banca a nivel mundial y también en Venezuela, ha dejado de ser ese intermediario que contribuye a volcar los ahorros hacia la inversión productiva. Al contrario, el sector financiero se ha convertido en una economía de casino. Incapaz de producir una aguja, pero capaz de generar o multiplicar ganancias supermillonarias. Por eso la tasa de ganancias del sector financiero supera con creces la de sectores vinculados a la economía real. Como impuesto extraordinario puede ser establecido precisamente por la emergencia extraordinaria que vive el país. Por eso, precisamente, podría ser establecido por dos años o tres y luego cesar, si se considera conveniente que concluya. Hay razones para mantenerlo en el tiempo.
Estas dos medidas son absolutamente justificadas y pueden ser comprendidas y defendidas. Sólo contarían con la oposición de los poderosos, en cambio contarían con el apoyo popular.
El camino del IVA es más difícil de justificar pues es una forma de imposición regresiva y precisamente por eso, le pone en bandeja de plata a la oposición la posibilidad de tomar iniciativas políticas peligrosas. Económicamente el IVA no es fácil de justificar en momentos cuando el ingreso petrolero ha estado fluctuando hacia el alza por el incremento de los precios. Ahora, desde el punto de vista político, el IVA no encuentra justificación.
Existe la posibilidad de programar un endeudamiento interno por el monto que sea necesario. La relación deuda-PIB lo justifica. Año tras año la banca obtiene ingresos extraordinarios y el gobierno tiene todo el derecho de programar un endeudamiento donde fije las tasas de interés en condiciones no especulativas. Es obvio que el país atraviesa una emergencia. Entonces, los que más se han beneficiado, tienen el deber de responder ante la población, ante la nación. Que paguen los que tienen.
Estas son unas reflexiones que no he podido sustentar técnicamente pues aquí no tengo condiciones para investigar en ese campo. Pero polítcamente el IVA y la devaluación son, sin duda, absolutamente inconvenientes.