Las últimas medidas del gobierno y el pueblo trabajador

Recién leí un artículo de un camarada de la CMI – Lucha de Clases intitulado ¿Cómo son vistas por los trabajadores las últimas medidas tomadas desde el gobierno? Escrito por el camarada Gerson Pernia de Mérida. 

El título me atrajo puesto que ciertamente los medios de comunicación han sido muy activos al publicitar las declaraciones de diversos sectores de la patronal que se opone a las llamadas expropiaciones, incluyendo a voceros de los partidos de la MUD y al gobernador de Lara, Henry Falcón, quien día a día da acelerados pasos para estructurarse como un dirigente fundamental de esta “Mesa” política opositora al gobierno. 

El artículo aunque habla en genérico de las “medidas tomadas desde el gobierno” solo se refiere a las expropiaciones de 47 fundos al sur del lago de Maracaibo, lo cual es limitativo, pero de seguro que ello responde a las necesidades y objetivos del autor, lo cual es respetable. Como quiero escribir sobre el tema general de las medidas del gobierno, en función de ayudar al debate de ideas, en este artículo me referiré al tema de las expropiaciones de fundos, tocado por el camarada Gerson Pernía y otras no mencionadas. Empiezo. 

Es bien importante el hecho de que el camarada haya realizado una “investigación de campo” para conocer la opinión de trabajadores y cuyo resultado, según el artículo, “ha sido de apoyo absoluto”, siendo “Con respecto a la expropiación de los latifundios "la única pregunta que se tiene que hacer es ¿por qué se tardo tanto para expropiar estos latifundios?" "tienen un montón de tierras y los campesinos sin nada" muchas más por el estilo.” 

En mi entorno que lo constituyen trabajadores, el apoyo no ha sido absoluto pero si claramente mayoritario. Puedo decir que de un 8 a 2 a favor de la medida, y ese veinte por ciento no es de un todo que estén apoyando a los latifundistas y al resto de la oposición burguesa de la MUD, sino que simplemente no ven, ante los resultados de otras expropiaciones, que la medida sea tan positiva, aunque las hay abiertamente defensoras de la propiedad privada de los fundos y otros medios de producción…. Así que en lo esencial coincidimos con el camarada Pernía de que la expropiación de los fundos es altamente aceptada como positiva por el pueblo. 

Pero donde precisamente se debe comenzar el análisis de las expropiaciones ¿o no sería mejor decir compras concertadas” de fundos, es cuando Pernía solo da unas pinceladas para explicar su pensamiento: “Es importante recalcar que también algunos compañeros trabajadores siente cierta desconfianza por algunas nacionalizaciones, no dicen que no sea justificada sino tienen temor a que sean mal administradas, y estos temeros tienen cierta base de sustentación, mas de una empresa tomada por el estado la burocracia la ha arruinado, una nacionalización sin el control obrero a lo único que llevará es a la quiebra de la empresa.”Precisamente uno de los detalles que surgieron de los comentarios a la medida captados por mi. 

Nosotros vamos a partir como esencial de nuestro artículo precisamente de este punto, pues lo consideramos básico para el desarrollo de las discusiones que tenemos que dar, las raíces de los problemas que se mantienen o que aparecen tras las expropiaciones o compras concertadas. 

Lo que nosotros hemos podido palpar, no es un simple temor lo que hoy se da entre los trabajadores al oir hablar de expropiaciones. La experiencia de la estatización mediante pago de propiedades, en la mayoría de los casos no ha sido nada beneficioso para los trabajadores ni para el resto del pueblo. En general la producción de las empresas afectadas por el gobierno ni siquiera han podido mantener la producción pre existente y los precios que llegan al pueblo siguen siendo bien capitalistas, con toda su carga inflacionaria y los beneficios conquistados en duras batallas contra los capitalistas privadas y plasmados en los contratos colectivos, ahora llegan unos “revolucionarios rojos rojitos” y zuas, las destruyen, por considerarlas exageradas, mientras ellos llegan con sueldos millonarios…. 

Una de las cosas que se preguntan también hombres y mujeres del pueblo es ¿cómo es después de tantas expropiaciones en el campo, Venezuela siga importando el 70 - 80% de lo que consume. ¿cómo es que habiéndose producido diversas expropiaciones en empresas importantes, los precios de los productos se eleven muy por encima de los establecidos por el gobierno del presidente Chávez, a excepción de las tarifas de la CANTV. 

El gobierno nos habla de que está aplicando control obrero ¿Es el control obrero la solución o es inócuo ante el poder del mercado?, ¿y de cuál control obrero nos habla? El que se aplica en Lácteos Los Andes, o el desarrollado en SIDOR, que los camaradas de la CMI han alabado en varios artículos de su web, o hay otra forma de control obrero? 

SON LAS EXPROPIACIONES MEDIDAS SOCIALISTAS O REFORMAS AL CAPITALISMO 

En varios artículos de los camaradas de la CMI, antes Corriente Marxista Revolucionaria, incluyendo a su máximo dirigente internacional, Alan Woods, han afirmado que las nacionalizaciones realizadas por el gobierno del presidente Chávez, son el camino correcto hacia el socialismo, aunque luego señalan que si no se asumen otras medidas adicionales, ese socialismo no llegará y la reacción capitalista retomará la revancha. 

Coincidiendo en que de no tomarse otras medidas y entre más se tarde, más difícil será, a la reacción se le facilitará su labor contrarrevolucionaria de volver al gobierno, sostenemos que es temerario afirmar que las “expropiaciones” o “nacionalizaciones” realizadas por el gobierno del presidente Chávez son el camino acertado hacia el socialismo sin patronos, burócratas ni corruptos que los marxistas tenemos como objetivo. 

Primero, esas nacionalizaciones no han tocado las “palancas fundamentales de la economía” como gusta llamar Woods a los monopolios, oligopolios, sistema bancario y a los grandes terratenientes y corporaciones agrícolas y agro industriales. Chávez apenas ha rasgado la superficie del control directo del poder económico de la burguesía, lo cual si bien le molesta de sobre manera, no es tanto por lo que “pierde” económicamente, sino porque su proyecto de dominación política no se realiza, pues ha sido temporalmente entorpecido por unas medidas, reformas, que quisieran, en el mejor de los casos, retrotraer el capitalismo a su etapa de reforma agraria y de control por parte del estado de palancas importantes de la economía para desde allí generar un capitalismo nacional o latinoamericano que compita con las multinacionales imperialistas, que el gobierno pierde de vista que las hay europeas, japonesas, chinas, Coreanas, iraníes, etc. y todas con el mismo objetivo. 

Las llamadas nacionalizaciones realizadas por el señor presidente, aún aquellas donde no se consulta a los trabajadores, desde nuestro punto de vista tienen un elemento muy importante y es que son asumidas por los trabajadores como un golpe a los empresarios privados, deshace ver que estos son vulnerables. Durante la huelga en IOSA, los trabajadores asumieron la consigna de expropiación sin indemnización y bajo control obrero, señalando que si el patrón no quería cumplir con sus deudas y los derechos de ellos, y aún conociendo experiencias de expropiación de algunas empresas, entre las cuales está Alentuy, decían preferimos la expropiación. Si los patronos no nos cumplen, pues que se queden sin propiedad. 

En las expropiaciones que nosotros apoyamos por “golpear” la reverenciada propiedad privada de los medios de producción, tenemos que profundizar en el análisis del llamado “control obrero”, pues todo indica que lo que se desarrolla es más bien el “control burocrático de los obreros” en función de darles alas al proyecto de socialismo con empresarios “dueños de las palancas fundamentales de la economía”. 

Vamos con el segundo elemento. Ya dice el refrán: No todo lo que brilla es oro y el darle participación a los trabajadores en la gestión de la producción, por si solo nos muestra que no toda participación es “control obrero”. Ya los empresarios en décadas pasadas desarrollaron una política de participación obrera en la toma de decisiones dentro de las empresas llamada “calidad total”. Podía tener ciertos parecidos formales con el “control obrero” pregonado por los sectores clasistas y marxistas revolucionarios, pero su esencia era todo lo contrario. Los capitalistas impulsaron la participación obrera en la toma de decisiones para aumentar el grado de explotación, reduciendo costos de producción, de los trabajadores, es decir con un cariz totalmente        contrarrevolucionario, donde se llegaba al punto que los propios trabajadores, en las reuniones de los llamados “círculos de calidad” decidían la prescindencia de puestos de trabajo a fin de cumplir sus objetivos de elevar la productividad. La calidad total convertía a trabajadores, en verdugos de sus hermanos de clase.

 
Un tercer elemento que nos debe servir en este análisis. En la Cuba revolucionaria se realizaron una serie de expropiaciones en el campo y la ciudad. Se repartió la tierra y se crearon cooperativas y empresas del estado, pero nunca se permitió que los sectores campesinos ni los trabajadores del campo se organizaran de manera autónoma e independiente del estado, precisemos, del partido de gobierno, el PCC. Todas esas expropiaciones, aún dándose en términos de expropiarse las palancas fundamentales de la economía y sin indemnización, fueron pasos gigantes en contra del capitalismo, pero nunca fueron pasos correctos camino del socialismo. En Cuba, los sectores dirigentes se negaron y aún se niegan, a confiar las palancas del control político económico de las empresas, a los trabajadores, a los campesinos. Allí tenemos una Cuba, que sin haber tocado los elementos de democracia proletaria, socialista esbozados por los teóricos del marxismo, realizados a través de organismos de autogestión como los Consejos de Trabajadores en las empresas de la ciudad y del campo, a nivel regional y nacional de carácter soviético, están camino a perder hasta los beneficios de haber nacionalizado las empresas capitalistas. En Venezuela, ni siquiera hemos derrotado a la burguesía que sigue controlando el sistema bancario y las empresas más importantes del país. Incluso en la Industria petrolera se han dado importantes pasos de retroceso como empresa estatal, y a nivel político, más allá de algunas frases y reconozcámoslo de algunas experiencias incipientes de participación popular a ciertos niveles de la política municipal, el control lo ejercen unos funcionarios electos a dedo y que practican una política gestionaría burocrático – burguesa. 

Yendo al campo, donde el gobierno reparte tierras a los campesinos sin tierras, aparte de lo discutible de la tesis de querer elevar la producción agropecuaria sobre la base de la pequeña propiedad y no de empresas agrícolas o grandes cooperativas que permitan abaratar los costos con la introducción de alta tecnología y la producción a escala, el peso del gobierno, ha distorsionado las buenas intenciones, con la creación de nuevos empresarios o hacendados del campo devenidos de los elementos que haciéndose llamar revolucionarios rojos rojitos, tan solo se aprovechan de sus cargos para hacerse de propiedades, pero que manifestando una incapacidad por ineptos o por no estar interesados en la producción en el campo, enseguida ven como la producción pre existente se va al suelo. Esta tendencia negativa solo se puede revertir con una verdadera participación organizada de los sectores campesinos y del proletariado agrícola y agroindustrial, de manera autónoma de los poderes del estado, y que aplicando planes de inversión y producción a gran escala, sin que ello niegue la posibilidad de mantener pequeños espacios tipo “conuco” para el autoconsumo, desarrollen una agricultura y una ganadería a gran escala que permita utilizar alta tecnología que abarate los costos de producción, permitiendo que las jornadas de trabajo sean menos intensas y los beneficios para los productores y para el pueblo mucho mayores que la labranza y cría en pocas hectáreas. 

La organización autónoma del campesinado, debe aliarse con la organización de los trabajadores (obreros agrícolas) y de los trabajadores de las empresas agroindustriales tanto públicas como privadas, para poder elaborar planes de producción, transporte, procesamiento y distribución de alimentos de calidad y a bajos precios. Los sectores campesinos organizados en la cooperativa CECOSESOLA, pueden ser un punto de partida para la elaboración de los planes de garantizar la real seguridad alimentaria de nuestro pueblo, relación que sería mutuamente beneficiosa y permitiría dar un salto cualitativo en el sector agropecuario, sin que esto signifique todavía un camino correcto al socialismo, sino tan solo la organización de los trabajadores de la ciudad y del campo, aliados con el campesinado para combatir las prácticas capitalistas en la producción, transporte y comercialización de bienes del campo, lo que ayudaría a los trabajadores industriales a librar sus batallas contra los capitalistas y la burocracia del estado que no quiere una verdadera revolución donde los trabajadores sean los dueños de los planes de su propia liberación. 

Quiero finalizar señalando que la nacionalización realizada por Chávez de CANTV, que pagó a precio de oro, muestra la gran potencialidad de abaratar el costo del nivel de vida de los venezolanos. CANTV en manos del gobierno no solo no aumentó sus tarifas sino que las rebajó, obligando a las otras operadoras del ramo a realizar algo similar, sin que los accionistas dejaran de percibir exquisitos dividendos. Esto ha sido posible por un aumento de la explotación intensiva de la mano de obra al realizar inversiones tecnológicas que han aumentado la productividad de la mano de obra y también al limitar los beneficios contractuales con respecto a la desvalorización del bolívar por la inflación. ¿Qué no podría realizarse en CANTV si los trabajadores, organizados en Consejos de Trabajadores con todo el poder de decisión gerencial, para eliminar privilegios económicos y gerenciales? Este punto lo tendremos que desarrollar en otro artículo y muy pronto, aunque por los momentos debemos decir que sobre las llamadas nacionalizaciones, hay mucha tela que cortar antes de ser consideradas un camino cierto al socialismo y que la transición a este será imposible si la dirección de la clase obrera organizada no asume su rol de movilizar a todos los trabajadores tras el objetivo de impedir que la burocracia del estado siga empujando a la clase por los derroteros de una política reformista que solo quiere como hasta ahora remozar al vejestorio del estado capitalista venezolano. 
Esta tarea de combatir con meridiana claridad debe tener a los sectores que se reclaman del marxismo revolucionario a los mejores soldados de la revolución. 
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Andrés Santiago (El Topo Obrero)


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