La mefistofélica, y por igual cómica, bellaca, estúpida y sin lugar a dudas inolvidable propuesta de la Reme$a de la Unidad, de proponer el sombrío apodo de José Sánchez, Mr. Mazuco, como candidato a la directiva de la Asamblea Nacional, pasará –si es que ya no suena a los cuatro vientos- como el corrío del nuevo año, como la leyenda modélica venezolana de la lucha entre el bien y el mal, esa donde el Diablo de vaina no se llevó al Catire Florentino o la del Silbón, ocurrida una noche fiera en las oscuras sabanas de Guanarito, donde de milagro el largurucho ese no hizo polvo a al inocente Juan Hilario.
¿Mazuco? ¿Qué pensaría Berlusconi?
Los que nos sentimos cristianos hemos compartido lágrimas de risas hasta por mensajes de texto, pero también cierta congoja insonora al imaginarnos a nuestros hermanos escuálidos seducidos por el talante “democrático” que le acrisola todos los amaneceres Escrivá de Balaguer a Don Guillermo Aveledo, quien seguro fue el de la idea y se la cantó a Borges en la pata de la oreja, o al inefable Marquina, o al refosilizado Andrés Velásquez. ¿Esta argucia podría ser una avanzada temeraria para poner a prueba ante el imperio el analfabetismo funcional que sirve de mantel a la Mesa? A lo mejor María Corina dijo, “echémosle, que si no funciona me aparezco en pantaletas por la Casa Blanca y listo!” Los dólares, sea como sea, seguirán viniendo del Norte a sufragar los planes golpistas de estos paladines hoy de vuelta a la Asamblea. De no ser así, alguien podría decir: “Cónchale, y que le pasaría a la CIA”?
Por eso, hay que luchar contra la estupidez de estos Mazucos sin permitir que sus secuelas ajen nuestro espíritu y esfumen las huellas de este pasado mes de diciembre azotado por tragedias hidroclimatológicas, pero también muy revelador del vigor colectivo para enfrentarlas y de la catadura de pelo en pecho del Presidente Chávez.
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