A las 8 de la mañana de hoy 14 de enero de 2011 se nos fue Josefa Sulbaran, la Pintora de Los Cerrillos, Valera – Estado Trujillo. Josefa plasmó en sus lienzos toda la vivencia de los campos trujillanos que brotaron en ella, tanto en la espontaneidad de sus recuerdos, como de la imaginación y de conversaciones sostenida con quienes la visitaban.
Josefa desplegó los colores verdes en todos su esplendor y si es posible a la gama de verde existentes le agregó otros verdes, verdes del alma y que no decir esas nubes que parece que las bajaras del cielo ya no para pintarlas pero si para colocarlas con cuidado de madre en sus cuadros de “pintura ingenua” que de ingenua no tienen nada.
Josefa fue entonces la gran cautivadora de verdes y de nubes que sedujo en sus pinturas que mereció el reconocimiento de especialistas y del común pero ambos sensibles al hecho artístico de la espiritualidad humana, puede apreciarse que es una escala superior de la ternura, de la vastedad sensible de apreciar el mundo y a la dimensión humana.
La Bienal de Pintura y Arte Salvador Valero notará la ausencia de esta campesinita de frágil cuerpo, de dulces manos, quizás las nubes y los verdes de Josefa se reúnan en sus espacios para ofrendar el mayor reconocimiento a Josefa Sulbaran que es que niños blancos, rubios, mestizos, negros de las escuelas vayan a ver sus pinturas, que rían, que pregunten, que sean inquietos, que jueguen con Josefa, que ella tenga que mirarlas y mirarlos a todos y todas con sus tremenduras, jugando y pintado una obra colectiva para Josefa bordadas de nubes y verdes y ella sentada con sus manos descansando en su regazo después de recolectar tantas nubes y de atrapar mariposas, cigarras y flores verdes.
Así como Josefa, cuántas Josefas habrá como manantiales, ella de la vegetación fue descubierta, honor al autor, y plenó de retribuciones y satisfacciones.
Trujillo tiene que enaltecer el hilo histórico porque si de pueblos hablamos desde Caracas hasta el Alto Perú en la época de la Independencia Bolivariana no ha habido pueblo de más renombre y notoriedad que el estado Trujillo por los hechos rutilantes para el continente como los que allí acontecieron.
Josefa Sulbaran es una de esas personas que con la discreción de ser de otra dimensión humana abonó la estirpe trujillana. Sus cuadros andan en la Caracas, cuna de Simón Bolívar, en Puerto Ordaz, en manos de coleccionistas de otras regiones del país, así como en otros países, Brasil, EE.UU. Fue premio nacional de artes plásticas y mereció reconocimientos en salas y museos a nivel nacional.
Acompañamos el dolor del pueblo de Trujillo pero el pueblo y las instituciones tienen la responsabilidad de mantener en alto el valor histórico patrimonial de Josefa Sulbaran para Trujillo y para Venezuela. Convertir su casa en Museo donde aún se conservan una muestra de su fecundidad artística; que la Maestría de Literatura de la ULA - Trujillo, que la Universidad de las Artes en Caracas, el Ministerio de la Cultura, entre otras se aboque a interpretar y recopilar toda la obra de Josefa Sulbaran y reproducir sus obras. PDVSA tuvo esa iniciativa de recopilar a varios autores en el almanaque 2009. No esperemos que haya rapiña con su patrimonio o que vengan de universidades de otros países a estudiar el legado artístico de Josefa Sulbaran.
Al informar la muerte de Josefa Sulbaran a Diana Isabel Rojas me expresó por escrito este mensaje: “Que lástima. Nos queda su inocencia de pueblo que creo nunca abandonó y que plasmó con tanta ingenuidad en sus pinturas. Ese reflejo quedará en los ojos de la eternidad de las generaciones futuras que admiren su obra. Que descanse en paz. Amén”
*gaspar_velasquez@yahoo.es