El viernes 14 de enero, a las seis de la tarde, la gente de la oposición comenzó a llegar a la quinta Esmeralda. El sábado 15, el presidente Chávez daría su mensaje ante la Asamblea Nacional, y ellos tenían que asumir lo qué iban a hacer ese día.
Los tres asesores internacionales estaban sentados en la mesa principal. Cuando llegaron juntos Ismael García y Omar Barboza comenzó la reunión. "Lo principal es que ustedes dos no se presenten mañana en la Asamblea, porque cuando uno viene de una derrota como esa que tuvieron ustedes en Washington, lo mejor es esconderse", dijo uno de los asesores refiriéndose a García y Barboza. Ismael quiso decir algo, pero María Corina lo detuvo: "no lo interrumpas, que nos está cobrando por horas y sale carísimo".
El segundo asesor dijo: "Es importante asistir, hay que estar allí para que el pueblo sepa que sus representantes están dispuestos a defenderlos. No ir es perder. Por eso, ustedes tiene que ir, todos, perdón, como dijo mi amigo Hermes, los dos que no deben ir son los señores que ya dijimos, los de la Misión Fracaso". Ismael intentó nuevamente decir algo, pero María Corina le dio un golpe con la mano derecha: "ya, chico, como tú no pagas esta vaina, quieres hablar siempre".
El tercer asesor tomó un poco de agua Perrier que Andrés Velásquez le había colocado en la mesa, y dijo: "Es importante que todos se vistan elegantemente. Esa es una diferencia fundamental con esos tierrúos. Mucha elegancia, eso le gusta a la gente. También hay que cuidar los gestos. Nada de sonreír, aplaudir, señalar y conversar entre sí, mucho menos ponerse a enviar mensajes por Twitter. Atentos al mensaje. Ver siempre de frente. Los que se sienten en primera fila, como es tu caso, miss María Corina, tienes que ver atentamente al Presidente. Eso lo pondrá nervioso, o por lo menos le dará qué pensar. Eso es todo".
Los tres asesores se retiraron y los diputados de la Mesa de Unidad Democrática quedaron meditando. "A mí no me gusta esa estrategia, me parece muy pendeja esa vaina", dijo Ismael García. "Cállate Ismael, ya tú fuiste a la Misión Fracaso y no tienes moral para plantear nada. Además, si te tocara ir, para ti sería muy difícil cumplir con lo de la elegancia, porque tú, así te pongas lo que te pongas, siempre te ves marginal", le dijo María Corina.
Todos estuvieron de acuerdo con la estrategia de los tres asesores. Y el sábado en la mañana salieron rumbo a la Asamblea Nacional. Desde que llegaron pusieron sus caras serias y su caminar elegante. Y algunos chavistas les preguntaban. "¿Dónde dejaron a Ismael García?’ ¿Qué hicieron con Lluvia de Nieve? ¿Dónde está Lluvia de Nieve?".Y Marquina le decía a María Corina, "menos mal que ese carajo no vino, el papelón que hubiese hecho aquí sería de película". "Esos asesores son caros, pero son muy buenos Marquina".
Tomaron asientos y cada uno asumió la posición que los asesores le habían pedido. Y cuando el Presidente les dijo: "Es bueno que estén aquí, pero están demasiado serios", Juan Carlos Caldera sonrió. María Corina permaneció inalterable, y Andrés Velásquez preguntó "¿Qué fue lo que nos dijo el asesor?".
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