1.- El Estado Venezolano, a partir de la promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de 1999 logra en gran medida cumplir con todos los requerimientos para lograr enrumbar al país hacia la instauración del Socialismo Verdadero, del Socialismo del Siglo XXI, ya que permite garantizar a todos y todas el ejercicio de la democracia participativa y protagónica, la libertad, la justicia, la igualdad y la solidaridad a través de los mecanismos necesarios que permitan lograr el desarrollo integral, es decir, el desarrollo económico, político, social y cultural de la Nación. En todo el articulado constitucional se establecen las metas y las políticas que debe seguir el Estado Bolivariano para el cumplimiento de sus fines y materializar efectivamente estos valores.
Lamentablemente el Estado y muy particularmente el poder legislativo a través de la Asamblea Nacional, no ha logrado cumplir plenamente con los objetivos que les fueron encomendados, ya que no ha sabido pagar la deuda colosal que tiene con la población al demostrar una palpable incapacidad para promulgar todas las leyes necesarias para la práctica efectiva de estos mecanismos de participación, protagonismo, cogestión, contraloría y corresponsabilidad entre pueblo y estado, consagrados en dicha Constitución y que garantizan el desarrollo del Estado Socialista, a pesar de que este no aparezca explícitamente indicado en dicha Constitución Bolivariana. Pero tampoco aparecía en la Constitución de 1961 la frase Estado Capitalista aunque sin duda, lo desarrollaba en la constitución fenecida y lo practicaba durante la IV República.
El intento de la Asamblea saliente de promulgar algunas de esas leyes el último mes del año 2010 nos debe hace reflexionar y ser críticos en el análisis durante el proceso de discusión para implantar las 3 Erres al Cuadrado.
2.- La propuesta de la Revolución Bolivariana del Desarrollo Territorial Desconcentrado se encuentra plasmada en el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2007-2021), el cual promueve entre otras cosas “la igualdad social, la justicia y la solidaridad a través de zonas de desconcentración de actividades económicas, de infraestructuras, vivienda, equipamientos y servicios..,,,”. Hay un Ministro y Vicepresidente de Desarrollo Territorial cuyo nombre es Rafael Ramírez, quien de manera palpable no ha podido ocuparse de esta labor necesaria y fundamental para la Revolución Bolivariana, ya que sus labores en el área de energía y petróleo le impiden avanzar en esta materia. Se trata de un problema similar al caso de los dirigentes del PSUV haciendo labores en altos cargos del gobierno, por supuesto que fracasaron en el intento y así lo reconoció el propio Comandante Presidente Chávez.
Como consecuencia de esto, desafortunadamente, todavía no se ha visto el inicio del desarrollo de este plan tan importante y que se traduce en una deuda colosal de la Revolución Bolivariana con el pueblo. La clave es la “desconcentración de actividades económicas” una medida que debe ser implantada de inmediato ya que constituye un paso fundamental para el logro del desarrollo regional y local. Para ello, el ejemplo debe comenzar por la desconcentración de las actividades del Estado y del Gobierno en particular y por lo tanto al sector privado, quienes el Estado los atrae cual imanes. Su implementación permitiría activar un mecanismo de dinamización de la economía a nivel regional y local, con la ayuda obviamente interesada de los distintos actores económicos públicos y privados (solidarios), especialmente estos últimos quienes históricamente se han visto beneficiados por las contrataciones del Estado, tanto en la IV como en la V República.
Todos los organismos de la administración pública centralizada y descentralizada deben comenzar ya a realizar los estudios pertinentes para definir su ubicación mas apropiada, acorde con su respectiva vocación productiva o de servicio, atendiendo las necesidades sociales de los trabajadores y sus familiares. Se trata de un trabajo científico y titánico pero necesario para el país en general, el cual, mas temprano que tarde, debe comenzar a materializarse.
3.- La proyectada vía expresa que conectaría la Autopista Regional del Centro con la Autopista Mariscal de Ayacucho es otra deuda colosal del Gobierno Bolivariano con el pueblo. La misma permitiría descongestionar considerablemente la autopista Valle-Coche y la Autopista Francisco Fajardo en ambos sentidos, ya que lograríamos que la carga pesada y demás vehículos que no necesiten entrar a Caracas tomen este atajo al oriente y al occidente del país. No creo que se haya cuantificado el inmenso costo económico y social que ha provocado este congestionamiento vehicular en Caracas durante los últimos 20 años, por concepto de tiempo perdido, irritación y estrés de los usuarios y usuarias de estas vías, gasto de combustible y deterioro de los vehículos. Tiene la palabra el Ministro de Transporte y Comunicaciones y su equipo de trabajo.
(*) Trabajador jubilado del mppctii. Militante del PSUV. Ingeniero Eléctrico USB (1976)
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