Alquimia política

El Habitus en la extensión universitaria

 El habitus (categoría teórica para encarar la sociedad, creada por el sociólogo francés Pierre Bourdieu) es la forma de obrar, pensar y sentir, lo que la experiencia misma hace conocer en razón de algún tema o situación determinada. Para Bourdieu significaba escuchar a quienes viven el tema de estudio. En el presente caso se ha extraído una versión en síntesis del aporte de un sujeto investigado, el cual a través del instrumento de la entrevista abierta informó acerca de sus vivencias y percepciones de la extensión universitaria en los últimos años. Se ha guardado su identidad, aunque al dejar oír su voz no hace más que confirmar las ideas originarias en cuanto a que la función extensión no ha tenido la presencia ni la influencia necesaria para impulsar los cambios en la universidad del siglo XXI.

       Al abordar el tema de la extensión universitaria en Venezuela, prevalece su reconocimiento como actividad cultural y no expresión de la acción social de las universidades. Hay conciencia del rol social de las universidades, pero incertidumbre acerca del rol extensionista en esa acción social. En este aspecto, la extensión ha sido relacionada con la difusión cultural, reconociéndosele su importancia social desde el punto de vista de la burocracia institucional, y adhiriéndose a ella los obstáculos y aislamientos propios de la administración pública.

     A todo ello, la extensión se asume como el producto de un aprendizaje práctico, siendo la conciencia expresión de la filosofía comunitaria; construcción que desde el punto de vista práctico se revela como la actividad que obedece a un claro diagnóstico acerca de los intereses y necesidades del colectivo. Pero a todas estas, la extensión universitaria al no contar con una orientación coherente tanto en la función extensión como en las funciones de docencia e investigación, ha terminado siendo el producto de improvisaciones que no terminan de crear una cultura extensionista. Y con coherente se quiere decir que las instituciones de educación superior no coordinan sus funciones y las ejercen en razón de sus requerimientos locales inmediatos; de éste modo es imposible planificar y crear las bases de una cultura universitaria que contribuya al desarrollo de las comunidades.

     Esto lleva a sentenciar que la extensión no ha construido las bases de un pensamiento extensionista; no ha logrado sus objetivos, y hasta se ha dudado que haya tenido en su historia, en la realidad socioeducativa venezolana, algún objetivo claro y concreto;  por ello la necesidad de ser revisada críticamente. En otro aspecto, la extensión universitaria ha respondido al rol social que la universidad ha considerada como tal; es decir, la universidad tiene una idea de su entorno y lo trata de responder desde su claustro universitario. Esta situación contamina las acciones extensionistas al no ser expresión de las necesidades reales que cada sector de la sociedad tiene.

     La percepción de la extensión no sólo como estrategia comunicacional sino como componente ideológico de la misión y visión de la universidad, ha estado inmersa en la evolución histórico-institucional de las universidades, en la teoría y praxis de su proceso de acercamiento a la sociedad. La praxis ha estado por encima de los planteamientos teóricos. En un aspecto más general, se aprecia que la extensión universitaria ha evolucionado en razón del contexto particular de cada institución, resaltando en el caso venezolano la centralización y orientación extensionista en razón de intereses grupales o sectoriales, pero no de convocatoria colectiva. La extensión ha sido apreciada más en su praxis que en su fundamentación ideológica-institucional.

     En tal sentido, la extensión se ha convertido en responsabilidad de cada miembro de la comunidad universitaria en la búsqueda de proyectar el conocimiento y la cultura hacia aspectos en los cuales contribuya al desarrollo integral de las comunidades. El extensionismo tiene que partir de una visión crítica de su entorno para delimitar sus líneas de acción.

     En cuanto al carácter institucional de la extensión universitaria no aparece reflejado en su orientación práctica y teórica. El marco ideológico de la extensión universitaria no está definido coherentemente con los intereses académicos y de investigación de las universidades. Ha habido una política extensionista en las universidades venezolanas, lo que no ha habido es voluntad política para su aplicación. Aún hoy día persiste, existiendo lineamientos al respecto por parte del Ministerio de Educación Superior, no se ha podido articular un plan conjunto de acción que promueva una política extensionista que responda a las necesidades del colectivo. En cuanto al marco normativo y legal, las universidades han creado un fundamento artificial de la función extensión, separándola de las otras dos funciones, investigación y docencia, y representando intereses políticos-ideológicos determinados ya sea por la necesidad de apoyar las políticas públicas oficiales o para cuestionarlas y criticarlas.

     Sin embargo, la extensión universitaria ha contado con un marco pedagógico explícito, para cuya metodología y contenido, se ha apoyado en el producto de la investigación y docencia universitaria. En este marco de ideas, la extensión se capitaliza como praxis y su impacto en las comunidades es lo que ha hecho hasta el presente valorable su gestión; es mensurable sus acciones más no en su contexto integral de aporte al colectivo, porque se ocupa sólo de unos aspectos y no de los problemas sentidos en las comunidades, porque al no tener vías o escenarios para oír a estas comunidades, no es posible contar con un diagnóstico fiable y válido.

     La extensión como proceso de socialización beneficia a un grupo determinado en las universidades que termina subutilizado sus recursos y desorientando el papel extensionista de carácter institucional; las funciones se identifican con una clase, lo cual desvirtúa el carácter comunitario. A todas estas, es importante entender que la extensión universitaria no es un fin en sí misma, es una vía para proyectar la cultura y conocimiento de la universidad, el fin en sí es la construcción de una sociedad justa, de conocimiento que transfiera saberes y actué en coherencia con las políticas educativas del Estado para generar desarrollo y bienestar al colectivo. Aun existiendo una política extensionista institucionalizada, la extensión mantiene una praxis caracterizada por los intereses particulares de las universidades. La extensión ha de partir de objetivos convergentes con la misión y visión de la universidad para así no distorsionar su carácter académico-institucional.

     Esto lleva a determinar que se necesita una política educativa orientada a la praxis comunitaria y no a la duplicación de espacios universitarios en las comunidades; la universidad ya existe, lo que hay es que proyectar sus saberes. Las universidades necesitan interpretar con claridad los intereses de las comunidades y relacionarlo con las normas y orientaciones institucionales de la política extensionista, a efecto de crear una acción que responda a un interés estratégico de la universidad y no de grupos o sectores particulares. Es decir, la extensión universitaria ha estado influida por un modelo neoliberal que la ha mercantilizado; en los últimos tiempos se ha proyectado hacia un modelo neoliberal-populista que ha influido en el fondo y forma de orientar las acciones hacia las comunidades. La extensión universitaria está asumiendo una postura de autoproducción, en la cual se combina las estrategias de autogestión con las de servicio social; la extensión ha de partir de un reconocimiento de la realidad social para asumir sus acciones de responsabilidad y se materialice en acción social y en asistencia técnica avanzada.

ramonazocar@yahoo.com.ve



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Ramón E. Azócar

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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